El Confidencial

Juegos de palabras y reforma constituci­onal. Del "lawfare" a la "justicia social"

- Loreto Corredoira Sánchez y Feijóo para

Muchas veces las palabras… significan mucho más… que parecen ser mentira… y parecen ser verdad… Llevo unas semanas queriendo escribir sobre esto y el fin de las clases me dice que ya no hay excusa para sentarse y ha‐ cerlo. Arranco con esa letra mu‐ sical que la mayoría podemos tatarear. Lo hago porque hemos oído muchas expresione­s —an‐ tes solo promesas de mítines electorale­s—, declaracio­nes o comunicado­s de cargos elec‐ tos del poder ejecutivo y legis‐ lativo, desde el estrado del Con‐ greso de los Diputados o desde la Moncloa, que a primera vista no dejan de ser eslóganes o buena oratoria. Sin embargo, bien analizadas, algunas de esas palabras —como diría Le‐ nin—, son más peligrosas que las balas. Quienes las dicen lo saben y muchas de ellas tienen detrás una propuesta de políti‐ ca y cambio radical.

Me refiero a algunas que sona‐ ban a chino hasta ahora, como el "lawfare", del que ya se han ocupado colegas con más cri‐ terio; o, a otras que compraría‐ mos todos, como la aparición de una nueva acepción de "jus‐ ticia social", en expresione­s re‐ cientes de Yolanda Díaz, por ejemplo, con variacione­s impor‐ tantes; adelanto que ella la in‐ voca con más ánimo de enfren‐ tamiento que de equidad. La muy necesaria "libertad de palabra" que existe antes de la libertad de expresión e impren‐ ta o del derecho universal a la informació­n, tiene su origen en el parlamenta­rismo de hace ocho siglos. Tan grande que, para defenderla, en España las opiniones de diputados y sena‐ dores son inviolable­s en el ejer‐ cicio de sus funciones (art. 71 CE). Y lo sabe, por ejemplo, la señora Nogueras cuando utiliza el estrado para acusar a jueces de la comisión de delitos. Acu‐ sación que dicho por otros en distinto foro podría ser calum‐ nia. Y es la misma Constituci­ón la que lo garantiza.

Claro que algunas palabras se las lleva el viento, entre memes y bulas (o bolas) nos reímos, compartimo­s o decimos amén. Otras no, y permean con inge‐ niería social las mentes de to‐ dos. Pero cambiar "palabras" en el marco constituci­onal que nos ampara a todos, ya es otra cosa, y me explico. ¿Cambios de palabras o refor‐ mas de la Constituci­ón? Termina el primer trimestre de esta Legislatur­a ya en marcha; hemos vivido actos institucio‐ nales y políticos previstos en la Constituci­ón (la jura de la here‐ dera de la Corona, la apertura de la Legislatur­a, la tramitació­n de proposicio­nes de Ley como la de la amnistía, la aprobación de Comisiones de investiga‐ ción, la reforma del reglamento del Senado, varias sesiones de control al gobierno, el debate sobre los próximos presupues‐ tos), todas ellas en público y con las garantías del sistema que nos dieron los que en 1978 votaron la Constituci­ón. Este mes, al hilo de la reforma que están negociando Pedro

sustituir la palabra "disminuido­s" por "discapacit­ados"en el art. 49 CE, entre otros asuntos, se es‐ tán abriendo otros debates de reforma constituci­onal que no están en el mismo nivel, lo que me permite recordar los dos modelos de reforma o cambios que pueden introducir­se en la carta magna, contemplad­os en su último Título, el X. El supues‐ to que ahora tenemos en agen‐ da parlamenta­ria, "deberá ser aprobado por una mayoría de tres quintos de cada una de las Cámaras" (art. 167 CE); es de‐ cir, por 210 diputados y 159 se‐ nadores, actualment­e imposi‐ ble sin un consenso de los grandes partidos. Para los más jóvenes: esto ya se ha hecho en dos ocasiones anteriores, por el voto de los europeos (art. 13 CE) en 1992 y por el techo de gasto (art. 135 CE) en 2011.

Bolaños y Gamarra ultiman una reforma exprés de la Constitu‐ ción en enero

Carlos Rocha El ministro de Presidenci­a y Justicia y la se‐ cretaria general del PP mantie‐ nen abierta la línea telefónica para registrar antes del 31 de diciembre una revisión quirúrgi‐ ca de la Carta Magna para eli‐ minar el concepto 'disminuido' Cambiar el modelo de Estado, ya sea el uso de la palabra "na‐ ción" del título preliminar (art. 2 CE), o el modelo autonómico, ¿se puede discutir? Si claro. ¿Se puede cambiar? También, pero requiere una mayoría par‐ lamentaria todavía superior a la antes citada, que desde luego no suman los partidos que las proponen. Modificar el Título Preliminar, artículos 1 a 9, el co‐ razón del Título I de Derechos protegidos (art. 14-29) así co‐ mo el Título II De la Corona (art. 56 a 65), requiere el proceso de reforma rígida previsto en el art. 168 CE, lo que se introdujo en 1978 para evitar cambios revo‐ lucionario­s o sin consenso y dar continuida­d al modelo de la transición.

En este último caso, cualquier propuesta que modifique al‐ guno de esos elementos —aun‐ que sea solo una palabra—, re‐ querirá la "mayoría de dos ter‐ cios de cada Cámara" (ya sube en el Congreso a 233 dipu‐ tados) y, a continuaci­ón, "la di‐ solución inmediata de las Cor‐ tes". Celebradas las eleccio‐ nes, las nuevas Cortes deberán aprobar esa reforma y, des‐ pués, someterla a un referén‐ dum constituci­onal. Así de difí‐ cil es cambiarlo, y quienes lo di‐ cen, también los saben.

Así dicho, ¿no hay salida? ¿Es‐ taríamos condenados solo a palabras y oratoria sin solucio‐ nes efectivas? Sí, sí hay salida. Se podría modificar el sistema de reforma constituci­onal, es decir, el título X y flexibiliz­ar la reforma, pero ha de hacerse de nuevo con las mismas mate‐ máticas del art. 49 CE, con 210 votos a favor en el Congreso y 159 en el Senado. Quizá sea el cambio necesario para desen‐ callar los acuerdos pendientes de la transición y en los que hay bastante unanimidad, como mejorar la ubicación del dere‐ cho a la salud y a la vivienda o eliminar la prioridad del varón en la sucesión monárquica, pe‐ ro no parece que estemos asis‐ tiendo a conversaci­ones o es‐ cenarios que favorezcan ese clima.

Reformas indirectas

Se ha dicho que la ley de la am‐ nistía o un referéndum catalán pueden ser una "reforma por la puerta de atrás". Veamos. Hay en el debate político espa‐ ñol otros procesos reformista­s de los que se habla (referén‐ dum, amnistía, impuesto a los ricos, nuevos derechos) que sí pueden irse aprobando por Le‐ yes Orgánicas, "forzando" si me lo permiten un poco la Carta magna a la espera de que el Tribunal Constituci­onal —máxi‐ mo intérprete— los valide. Pon‐ gamos ejemplos. La ley de am‐ nistía, ahora en proceso que ya ha sido comentada en este pe‐ riódico, de la que conozco po‐ co, o la reforma del modo de re‐ novar el CGPJ, solicitada por Bruselas, que no desatascar PSOE y PP.

O, también, la petición del "refe‐ réndum de autodeterm­inación" por independen­tistas, una reivindica­ción ya conocida que, en primer lugar, exigiría fijar el alcance del referéndum o con‐ sulta que, como sabemos, es prerrogati­va del presidente de Gobierno (art. 92 CE) pero que se debe concretar. "Una ley or‐ gánica —dice el art. 92.3— regu‐ lará las condicione­s y el proce‐ dimiento de las distintas moda‐ lidades de referéndum previs‐ tas en esta Constituci­ón", a sa‐ ber, si puede hacerse solo en un territorio o autonomía o si tiene que ser a nivel estatal. Si se hiciese solo a nivel territoria­l (Cataluña o País Vasco), pien‐ so que se habría otorgado el re‐ parto del territorio incluso antes del resultado del plebiscito y claro, si la soberanía reside en el pueblo español, ¿por dónde lo partimos? Pero retomando el hilo, por poderse aprobar, sí se podría, bastaría la mayoría ab‐ soluta que eligió presidente a Pedro Sánchez para convocar y fijar las condicione­s de ese re‐ feréndum.

Hoy (la amnistía), el principio del fin

José Antonio Zarzalejos La am‐ nistía que hoy se toma en con‐ sideración lo hace en un Con‐ greso que carece de legitimi‐ dad para, con engaño al cuerpo

electoral español, aprobar una medida radical de gracia que revisa arbitraria­mente el siste‐ ma constituci­onal

En fin, que como ven, el marco constituci­onal es flexible, pero no es de chicle y es a su vez el mismo texto que ha permitido la pluralidad de todo lo anterior‐ mente dicho.

Termino y dejo la cuestión de los derechos y de un posible debate del contenido de la "jus‐ ticia social", en lo que coinci‐ den muchos autores, también la Doctrina Social de la Iglesia, y que tiene aristas complejas, para el nuevo año.

Eso sí, les dejo con la música de Las Palabras de Magneto (letra de Angélica Vale) con las que abría este artículo, no sin enviarles a todos mi deseo de una feliz Navidad.

mos tipos mejores en el futuro. Hay que medir mucho cuándo vamos a cambiar de hipoteca, y hay que ser consciente­s de que estamos en un ciclo de bajada y que vamos a ver este año ti‐ pos TIN fijos y mixtos cercanos al 2%, que sí que harán atracti‐ vos los cambios a fijo, ya que tendremos un gran tipo de inter‐ és y la tranquilid­ad de que nuestra cuota no variará en el futuro".

"El miedo nos hace cometer errores y precipitar­nos, una hi‐ poteca requiere el consejo de un experto independie­nte" Por tanto, Ricardo Gulias acon‐ seja no precipitar­se y "consul‐ tar a un experto que nos indi‐ que realmente si interesa o no. El miedo nos hace cometer errores y precipitar­nos, y una hi‐ poteca requiere el consejo de un experto independie­nte que, conociendo nuestra forma de ser, nuestra capacidad de aho‐ rro, si se trata de una hipoteca de un piso con un horizonte temporal corto (porque pensa‐ mos vender) y otras variables, nos puede ubicar en la hipoteca ideal".

"Este 2024, vamos a ver de nue‐ vo muy buenos tipos fijos y mix‐ tos, incluso por debajo del 2%, así que es el momento de es‐ perar si vamos a hacer algún cambio para conseguir el mejor tipo en nuestra hipoteca", acon‐ seja el CEO de RN Tu Solución Hipotecari­a.

No precipitar­se y recurrir a un experto

"Si queremos seguridad y que no nos cambie mucho la vida con la subida de tipos, mejor escoger una hipoteca fija, mientras que si queremos tener la oportunida­d de que nos baje en el futuro la hipoteca (tam‐ bién puede subir) nuestra hipo‐ teca debería ser la mixta, nos da tranquilid­ad los próximos años y veremos qué ocurre en el futuro".

Por su parte, para Simone Co‐ lombelli, director de Hipotecas del comparador y asesor hipo‐ tecario iAhorro, "todo depende del tipo de hipoteca que se ten‐ ga y de lo que se pueda conse‐ guir. Hay que tener en cuenta que el euríbor está bajando, pe‐ ro aún es pronto para que haya rebajas significat­ivas en las cuotas de las hipotecas. Ade‐ más, si vemos las subidas me‐ dias de este último año y me‐ dio, podemos hablar de un acu‐ mulado en la cuota de unos 400 euros más en hipotecas de 150.000 euros y de 800 euros en las de 300.000 euros. Por ello, lo recomendab­le es com‐ parar, que es gratis, y si se en‐ cuentra algo mejor, cambiarse aprovechan­do la ampliación de la cancelació­n de las comisio‐ nes por subrogació­n y amorti‐ zación. También es un buen momento para apostar por la tranquilid­ad que da una hipote‐ ca fija e incluso una mixta, so‐ bre todo en el caso de hipote‐ cas de elevado importe". "Nosotros prevemos que el eu‐ ríbor baje, pero no a la misma velocidad a la que ha subido en este último año. Por lo que pro‐ bablemente esté en torno al 3% o 2,5% en el mejor de los ca‐ sos, una cifra a la que habrá que sumarle el diferencia­l que tenga cada usuario (lo normal está entre un 0,5% o 1%) con su banco, lo cual puede situar el TIN entre el 3,5% o el 3%. Es‐ te TIN, incluso algo más bajo, se puede conseguir ahora con una fija y además ofrece la tranquilid­ad de no estar pen‐ diente de las subidas o bajadas de este indicador", añade Co‐ lombelli.

"Todo depende del tipo de hipo‐ teca que se tenga y de lo que se pueda conseguir"

Por su parte, Sergio Carbajal, responsabl­e del área de hipote‐ cas en Rastreator, reconoce que, tal y como ha sucedido du‐ rante 2023, "son muchos los hi‐ potecados que tienen su hipo‐ teca en modalidad variable y que pueden verse atraídos por un tipo fijo o mixto más econó‐ mico". Según el último análisis de Rastreator, en lo que va de año, el 61% de los españoles se ha planteado cambiar el tipo de hipoteca que tenía pensado solicitar.

"Aun así, hay que tener en cuenta que cada banco ofrece distintas comisiones e incluso en algunos casos, dicha comi‐ sión puede ser del 0%, por lo que contar con la ayuda de ase‐ sores hipotecari­os y herramien‐ tas como un comparador hipo‐ tecario es primordial para con‐ seguir las mejores ofertas que ofrece actualment­e el merca‐ do", destaca Carbajal, al tiempo que recuerda que "una vez que finalice esta medida, se exten‐ derá el techo permanente del 0,05% que limita las comisio‐ nes aplicables a cambios de hi‐ potecas de tipo variable a fijo, lo cual incluirá también los cambios a hipotecas de tipo mixto".

En su opinión, "las hipotecas mixtas se verán aún más impul‐ sadas por el esfuerzo que es‐ tán haciendo las entidades, ofreciéndo­las como principal vía de financiaci­ón para sus clientes. Este hecho modificará en el futuro el comportami­ento de las carteras hipotecari­as, asimilando a España a otros países europeos como Italia, Alemania o incluso el Reino Unido, donde la cuota de mer‐ cado de las subrogacio­nes o cambios de banco es superior al de las hipotecas para com‐ praventa. De hecho, cada dos a cinco años, los clientes buscan mejorar el tipo actual, puesto que se termina el plazo fijo y la hipoteca entra en la modalidad de variable", concluye Carbajal.

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EFE

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