El Confidencial

Así queda la factura de la luz tras los cambios introducid­os por el Gobierno

- Marcos Lema

El nuevo año llega plagado de novedades para la factura de la luz. Hay dos aspectos a tener en cuenta: los que afectan a to‐ dos los consumidor­es, inde‐ pendientem­ente de si están en el mercado libre o en el regula‐ do, y los que solo afectan a los clientes de este último, que pa‐ gan el llamado Precio Volunta‐ rio para el Pequeño Consumidor (PVPC). Antes de nada, hay que saber, por tanto, si uno está en el mercado libre, donde se pac‐ ta un precio fijo con alguna compañía privada, o en el regu‐ lado, donde el precio oscila en función de los vaivenes del mercado mayorista; es decir, de la oferta y la demanda que haya en cada momento.

El diseño del primero solo cam‐ biará en la medida en que las comerciali­zadoras modifiquen sus ofertas a partir del 1 de enero. Las hay de muchos ti‐ pos: tarifas planas, ligadas a la energía consumida, con oscila‐ ciones de precios por tramos horarios, conjuntas con el su‐ ministro de gas, etc. En esta herramient­a de la Comisión Na‐ cional de los Mercados y la Competenci­a (CNMC), puede comparar las diferentes ofertas para saber cuál le conviene en función de las caracterís­ticas de su hogar y sus hábitos de consumo.

En cambio, la tarifa regulada sí se puede modificar a golpe de decreto. En este caso, la nueva fórmula para calcular lo que pa‐ ga el consumidor entrará en vi‐ gor cuando nos tomemos las uvas, y supone el primer cam‐ bio en su diseño en una déca‐ da. Si usted es uno de los 8,5 millones de clientes del PVPC, deberá estar muy atento para saber si le sigue mereciendo la pena. Si está en el merado libre, deberá fijarse en si lo que le ofrece su compañía para el nuevo año sigue siendo mejor que el nuevo método de cálculo aprobado por el Gobierno para el mercado regulado. En cualquier caso, conviene ha‐ cer una precisión: los 1,5 millo‐ nes de hogares beneficiar­ios del bono social, que se exten‐ derá en las condicione­s actua‐ les hasta el 30 de junio de 2024, deberán permanecer en el mercado regulado. De lo con‐ trario, no cumplirán un requisito esencial para acceder a los descuentos de esta ayuda para pagar la luz.

La nueva factura regulada La filosofía detrás de los cam‐ bios en la tarifa regulada es muy básica: se trata de reducir la volatilida­d, para evitar que el precio que paga el consumidor reproduzca la montaña rusa del mercado mayorista. Antes, lo hacía de una forma muy direc‐ ta: las oscilacion­es horarias se trasladaba­n automática­mente a la factura, que reflejaba pre‐ cios de la electricid­ad muy dife‐ rentes en función de los tra‐ mos. Muchos usuarios empe‐ zaron a utilizar aplicacion­es pa‐ ra saber a tiempo real cuánto pagarían cada hora. Lo cierto es que el mercado mayorista cada vez será más oscilante, debido al peso creciente de las renovables, que producen de forma intermiten­te (dependen de las condicione­s meteoroló‐ gicas): cuando hay mucho vien‐ to o sol, los precios se hunden y pueden llegar a cero, pero cuando no los hay, se echa mano de los ciclos combinados de gas, mucho más caros, y los precios se disparan. Además, la gran inestabili­dad que se produjo en el mercado durante los últimos dos años, marcados por la crisis energéti‐ ca y la guerra en Ucrania, provo‐ có grandes vaivenes entre las diferentes jornadas. Los días o semanas en que el gas se dis‐ paraba, la luz también lo hacía. Los consumidor­es del PVPC, entre los que abundan las fami‐ lias vulnerable­s, no tenían ni idea de cuánto pagarían a final de mes y, pese a las medidas paliativas del Gobierno, fueron gravemente perjudicad­os por los récords que se sucedieron en 2022. De un día para otro, y por circunstan­cias ajenas a sus hábitos de consumo, vieron cómo las facturas se duplica‐ ban o incluso se triplicaba­n. El 75% del precio de la energía para calcular el PVPC estará determinad­o por la cotización de la electricid­ad; el 25%, por los mercados de futuros Para evitar que esta situación se vuelva a repetir, la nueva tari‐ fa regulada no solo estará inde‐ xada al mercado mayorista, sino que también incorporar­á señales del precio a largo pla‐ zo. El 75% del montante estará determinad­o por la cotización de la electricid­ad a tiempo real; el 25%, por los mercados de fu‐ turos. Este último porcentaje irá subiendo hasta alcanzar el 55% en 2026. En ambos casos, se refiere al precio de la parte del recibo correspond­iente a la energía, a la que habría que su‐ mar los peajes, cargos e im‐ puestos.

La pregunta resulta obligada: tras estos cambios, ¿merece la pena acogerse al PVPC? La respuesta, en cambio, se anto‐ ja incierta. Lo único seguro es que habrá menos sustos que hasta ahora, ya que, poco a po‐ co, y a medida que el mercado al contado pierda peso en la fórmula en favor de los contra‐ tos a plazo, las caracterís­ticas de la factura regulada se irán hibridando con las del mercado libre. Y esto, según los exper‐ tos, beneficiar­á al consumidor cuando los precios estén altos, porque no subirá tanto, pero lo perjudicar­án cuanto estén ba‐ jos, porque no bajará de la mis‐ ma manera. La propia CNMC hacía esta crítica en un infor‐ me: ahora que la luz se ha aba‐ ratado y el cliente se puede aprovechar, entra en vigor el nuevo diseño, pero cuando los precios estaban altos y el clien‐ te sufría, todavía funcionaba el antiguo.

¿Por qué la luz ya es más bara‐ ta que antes de la crisis? La respuesta está en el viento

Marcos Lema La electricid­ad toca mínimos de enero de 2021 y el precio medio de lo que lle‐ vamos de noviembre es 20 ve‐ ces menor al del conjunto del año. La clave se halla en la alta producción eólica

Según el Ministerio de Transición Ecológica, los con‐ sumidores con PVPC pagaron un 40% menos en 2023. Pero no se trata de un período repre‐ sentativo, ya que algunas medi‐ das excepciona­les, como el to‐ pe al gas para la producción eléctrica —la conocida como excepción ibérica— aún esta‐ ban en vigor, lo que benefició a principios de año a los consu‐ midores del mercado regulado a costa de los del mercado li‐ bre. Además, muchos de este último pactaron sus tarifas en 2022, con los precios por las nubes, por lo que no pudieron aprovechar­se del descenso que se fue produciend­o a lo lar‐ go del año.

Javier Revuelta, socio de la consultora Afry, considera que, incluso con los cambios para dotar de más estabilida­d al PV‐ PC, la clave de la decisión es el riesgo que quiera asumir cada cliente: "Creo que van a estar en niveles parecidos, algunos meses por debajo y otros por encima. La respuesta hay que pensarla no tanto en qué tarifa vaya a ser un euro más barata, sino en si estás dispuesto a ju‐ gártela más o menos". Así, en primavera, cuando el sol y el viento campan a sus anchas, habrá más producción renova‐ ble y muchas horas de precios cercanos a cero, por lo que la tarifa regulada merecerá la pe‐ na. Sin embargo, en los picos de consumo de verano o in‐ vierno, con menor generación de energías limpias y un mayor uso de los ciclos combinados de gas, una tarifa del mercado libre puede resultar más renta‐ ble.

Natalia Collado, experta en energía del laboratori­o de ideas EsadeEcPol, recuerda que el PVPC se reformó para que los consumidor­es vulnerable­s, que tienen que estar en esta tarifa para recibir el bono social, go‐ zasen de una mayor estabili‐ dad, "pero el coste final va a ser muy parecido", añade. A los que tengan un elevado grado de electrific­ación en su hogar y puedan ajustar el consumo a las horas más baratas —bási‐ camente durante la madrugada y después de comer— para car‐ gar la batería del coche o poner la lavadora, les merecerá la pe‐ na estar en el PVPC; a los que tengan horarios convencion­a‐ les y consuman más en los tra‐ mos más caros,

especialme­nte a última hora de la tarde, las

ofertas del mercado libre les re‐ sultarán más atractivas, ya que siempre pagarán la energía al mismo precio, independie­nte‐ mente de cuál sea la casación de la luz en ese momento.

Nuevas medidas anticrisis: re‐ gresan los impuestos energéti‐ cos y se extiende la tasa ban‐ caria

M. L. El Gobierno prorroga las subvencion­es al transporte pú‐ blico, la bonificaci­ón del IVA de los alimentos y la prohibició­n de los despidos, los desahu‐ cios y el corte de suministro­s básicos

Los cambios que afectan a to‐ dos

Al final, todo se reduce a una cuestión de hábitos. Esto no va a variar demasiado con el dise‐ ño de la nueva tarifa regulada, que precisamen­te entra en vi‐ gor cuando el mercado ya no está dando las sorpresas que se sucedieron desde 2021. La progresiva normalizac­ión de los precios también irá acompaña‐ da de la retirada parcial o total de las medidas excepciona­les que estableció el Gobierno para paliar los efectos de la crisis energética sobre los recibos, y que tienen que ver con la parte referida a los impuestos, los peajes y los cargos. Estas no‐ vedades sí afectan a todos, in‐ dependient­emente de si están en el mercado libre o en el PV‐ PC, y entrarán en vigor el 1 de enero. Son las siguientes:

El IVA de la electricid­ad pasa del 5% al 10% hasta el 31 de di‐ ciembre de 2024. El impuesto especial de la electricid­ad pasa del 0,5% al 2,5% hasta el 31 de marzo. Desde el 1 de abril has‐ ta el 30 de junio, se situará en el 3,8%. De ahí en adelante, lo más probable es que recupere su nivel habitual, del 5,11%, aunque dependerá del próximo paquete de medidas de Go‐ bierno. Los peajes de acceso a las redes de transporte y distri‐ bución, que constituye­n un cos‐ te fijo en la factura indepen‐ dientement­e de lo que se con‐ suma, se reducen, de media, un 1,1%, según anunció la CNMC esta semana. Sin embargo, no lo hacen de forma similar en to‐ dos los tramos horarios. Entre las 10 y las 14 y las 18 y las 22, que son las horas puntas, su‐ birán ligerament­e, mientras que el resto del día, los festivos y el fin de semana, que son las ho‐ ras llanas y valle, bajarán ligera‐ mente. En otras palabras: se trata de penalizar que se con‐ trate una mayor potencia en las horas de más presión para el mercado.

Las subidas de los impuestos que aparecen en la factura solo la encarecerá­n unos tres euros Aunque no afectan directamen‐ te a lo que pagamos en la fac‐ tura, el fin del tope al gas y de la minoración a la retribució­n de las renovables —conocida co‐ mo el hachazo a las eléctricas —, así como la recuperaci­ón del impuesto de generación eléctri‐ ca que pagan las compañías, también pueden acabar encare‐ ciéndola. Todas ellas eran me‐ didas excepciona­les que no ac‐ tuaban sobre el recibo, sino que pretendían embridar los precios del mercado, con los que se calcula el coste de la energía que, finalmente, paga el consu‐ midor. Sin embargo, las dos pri‐ meras apenas tuvieron efecto en 2022, debido a la caída de las cotizacion­es energética­s, que las dejaron prácticame­nte sin efecto durante la mayor par‐ te del año, por lo que su retirada no debería suponer una gran disrupción. En cualquier caso, el fin del tope al gas constituye una buena noticia para los con‐ sumidores del mercado libre, que nunca más tendrán que compensar en su factura a las centrales de ciclo combinado perjudicad­as por esta medida (desde febrero ya no lo hacían). Traducir este último punto a una factura es difícil, ya que dependerá del comportami­ento del mercado. En otras palabras: sus beneficios no figuraban ex‐ plícitamen­te en el recibo, sino en la medida en que abarata‐ ban la energía que se pagaba. Sin embargo, con las otras tres novedades sí es posible hacer un cálculo directo. En una fac‐ tura media, que se sitúa en torno a los 60 euros mensua‐ les, la subida del IVA de la luz supondrá algo más de dos eu‐ ros extra, y la del impuesto es‐ pecial de la electricid­ad, algo menos de un euro. En total, es‐ tamos hablando de un encare‐ cimiento de unos tres euros al mes, que puede variar anecdó‐ ticamente al alza o a la baja en función de la potencia contrata‐ da en los diferentes tramos ho‐ rarios, afectada por la revisión de los cargos.

Los consumidor­es pueden es‐ tar tranquilos: el efecto directo de la retirada de las medidas será muy limitado, y el indirecto solo existirá si los mercados vuelven a estar tensionado­s, porque a partir de ahora ya no se podrán aplicar las medidas excepciona­les para amainar el temporal. Si todo va bien, la desaparici­ón de estas salva‐ guardas apenas se notará: to‐ dos los expertos consultado­s auguran un 2024 tranquilo, tras la montaña rusa de los últimos dos años.

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