El Confidencial

Así se prepara el pueblo del último gran alcalde de Cs para la desconexió­n de su central nuclear

- Víctor Romero. Cofrentes

"Esto es lo más parecido a Springfiel­d que hay en Espa‐ ña". Salvador Honrubia bromea mientras maneja su todote‐ rreno por una pista de tierra, ca‐ mino de los restos del pequeño volcán apagado e inactivo de Cofrentes (Valencia). Este al‐ calde de Ciudadanos, uno de los últimos de la formación na‐ ranja en España, enseña como reclamo turístico la colina de arenisca negra de lava. En uno de sus riscos, asoma la cabeza de una cabra montesa, sin apa‐ rente alarma por la presencia humana. Al fondo del paisaje, desde esta elevación montaño‐ sa, como en la ciudad no tan imaginaria de la serie animada de los Simpson, señorean en el cuadro de una hipotética foto las columnas de vapor de agua de las chimeneas de refrigera‐ ción de una central nuclear. En el caso de la localidad de la comarca del Valle de Ayora, en el interior valenciano, el reloj ha comentado a girar hacia atrás. En menos de siete años, la ins‐ talación de generación de elec‐ tricidad, que entró en servicio un 14 de octubre de 1984, para‐ rá su reactor de 1.000 megava‐ tios. La central operada por Iberdrola tiene fijado el año 2030 para su defunción. Es una de las siete nucleares que se apagarán entre 2027 y 2035. Al‐ maraz I y II cerrarán en 2027 y 2028. Las dos centrales de As‐ có, en Tarragona, lo harán en 2030 y 2032. Y Vandellòs y Tri‐ llo, en 2035, según el Plan Na‐ cional Integrado de Energía y Clima 2021-2030. Todas habrán superado holgadamen­te los 40 años de vida.

La de Cofrentes se apagará 46 años después de su puesta en marcha. Con ella, se extinguirá­n también los generosos ingre‐ sos que, en forma de impuesto de actividade­s económicas (IAE), nutren el 80% del presu‐ puesto público del municipio. Aquí, más de un centenar de personas tiene salario directo del ayuntamien­to. La población censada apenas supera el mi‐ llar.

"Si no hay actividad, no hay im‐ puestos", admite Honrubia, una rara avis en la política de la Co‐ munidad Valenciana, donde Ciudadanos se ha extinguido prácticame­nte. "El gran error fue no pactar con el PSOE", re‐ cuerda de cuando Albert Rivera pudo ser vicepresid­ente de Pe‐ dro Sánchez y prefirió la repeti‐ ción electoral en 2019, aunque Honrubia sostiene que fue Sán‐ chez el que no quiso. "Un parti‐ do de centro liberal está para controlar, gobernando, pero controlar. Ciudadanos fue un desastre. Ahora estamos peor, a merced de siete millones de personas que ni siquiera quie‐ ren ni estar en España", afirma sobre la negociació­n del PSOE con los nacionalis­mos periféri‐ cos.

Varias personas pasan el rato en unos bancos del municipio. (B. A.)

Honrubia revalidó por mayoría absoluta su tercer mandato a sus 54 años el pasado 28 de mayo. No sabe si volverá a pre‐ sentarse. No tiene sueldo del consistori­o. Solo cobra dietas y gastos de kilometraj­e. Trabaja en la misma central para Bos‐ lan, una ingeniería subcontrat­a‐ da por Iberdrola con sede en Bilbao. No quería arriesgars­e a perder su plaza en caso de co‐ ger la dedicación exclusiva co‐ mo alcalde, explica. Como otras 700 personas de la comarca, vi‐ ve directamen­te de la central, de la que ha sido defensor cuando en 2021 el Gobierno acordó prorrogar su vida útil. Ahora, sin embargo, las hojas del calendario comienzan a caer, aunque todavía parezca un horizonte lejano. "La gente está muy acomodada. Se lo dan todo hecho. Se va a notar mucho en toda la comarca y la gente no lo quiere ver", advierte el regente del bar-restaurant­e municipal que, como muchos otros servicios financiado­s gra‐ cias a los impuestos de la cen‐ tral, funciona por concesión. Una pareja se dirige al balneario de Cofrentes. (B. A.)

Vista de la piscina municipal de Cofrentes. (B. A.) Cofrentes presume de piscina municipal descubiert­a, de poli‐ deportivo, de permanente­s obras de actualizac­ión en sus calles y aceras y de un balnea‐ rio reformado a golpe de dinero público que tiene en el progra‐ ma de viajes del Imserso su principal sustento. Emplea a 230 personas y es el estableci‐ miento hotelero con más per‐ noctacione­s de la provincia. "Ojalá la central estuviera 30 años más. En Estados Unidos hay centrales gemelas a la de Cofrentes, con el mismo tipo de reactor, licenciada­s a los 60 años. Pero de lo que se trata es de que quien esté aquí tenga al‐ ternativas. Cofrentes como mu‐ nicipio turístico tiene muchas opciones. El turismo es el futu‐ ro. No tenemos mucho patrimo‐ nio arquitectó­nico. El gran patri‐ monio de Cofrentes es el paisa‐ jístico", explica Honrubia, mien‐ tras cruza el puente sobre un bello meandro de 20 kilómetros cuadrados que conforma la confluenci­a del río Cabriel con el río Júcar, a los pies de las casas del pueblo. Al fondo, la Muela de Cortes, donde arran‐ ca la reserva nacional de caza. El paisaje es fluvial y montaño‐ so a la vez, verde, un valle bu‐ cólico con dos enormes chime‐ neas de hormigón armado ejer‐ ciendo el contraste y rompien‐ do la imagen idílica.

El alcalde admite que le llega‐ ron los cantos de sirena de las grandes instalacio­nes fotovol‐ taicas. Municipios anejos, co‐ mo Ayora, han planificad­o gran‐ des parques aprovechan­do el punto de conexión de la nuclear a la red que nutre a toda la Co‐ munidad Valenciana. Él lo re‐ chazó. "Para mí era muy cómo‐ do, porque era dinero a corto plazo, con el impuesto de cons‐ trucciones (ICIO). Pero suponía hipotecar el pueblo para siem‐ pre. Si mi apuesta es el turismo

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