El Confidencial

¿Siguen los Reyes siendo rosas y azules?

- Marta García Aller

Estábamos tan acostumbra­dos a vivir en un mundo que sexaba los juguetes en dos colores que habrá todavía quien se siente desconcert­ado porque muchas juguetería­s hayan dejado de se‐ parar los estantes en rosas y azules. No se preocupe. Seguro que no ha sido tan difícil. Algo habrá encontrado que pueda gustarle a su hijo, su nieta, su sobrino o su ahijada en función de su edad, carácter y sus gus‐ tos, en vez de su género. Cada uno comprobará esta ma‐ ñana al ver a los niños abrir los regalos si es verdad que estos Reyes están siendo menos se‐ xistas, como presume la indus‐ tria juguetera a raíz del reciente compromiso de no promover, a través de la publicidad, estereo‐ tipos de roles que asocien el ro‐ sa a las niñas y el azul a los ni‐ ños. Ni el trabajo doméstico o el cuidado solo a las niñas y la tecnología y la acción solo a los niños, como solían hacer. Hay también quien ve una im‐ posición forzosa que en los anuncios de juguetes hace unos años se haya normalizad­o que salgan niñas astronauta­s y niños cocinando, como si en vez de un reflejo de la realidad fuera algún tipo de oscura inge‐ niería social. En realidad, lo ver‐ daderament­e artificial era lo an‐ terior. ¿Acaso no es la variedad de gustos, roles y colores lo más natural?

Que los anuncios de juguetes fueran necesariam­ente de co‐ lor rosa para las niñas y azules para los niños, y en buena parte lo sigan siendo, sí que es inge‐ niería social. Se había asimila‐ do tanto esa segregació­n cro‐ mática del tiempo de juego que ha llegado a verse como una fuerza de la naturaleza, como si la dictara la biología. No fueran los críos a confundirs­e en qué les está permitido que les gus‐ te a cada uno.

El nuevo código suscribe que no se presentará­n los juguetes con la indicación expresa de que son para uno u otro sexo Lo sorprenden­te no es que a un niño le guste divertirse coci‐ nando y una niña quiera jugar a astronauta, lo raro es que haya hecho falta firmar un acuerdo para que los anuncios de jugue‐ tes empiecen a parecerse un poco más al mundo real y las juguetería­s nos dejen de enca‐ sillar la diversión desde que na‐ cemos. El nuevo código de la industria juguetera suscribe que no se presentará­n los ju‐ guetes con la indicación expre‐ sa o tácita de que son para uno u otro sexo, ni se harán asocia‐ ciones de colores, aunque ro‐ sas y azules siguen siendo pre‐ dominantes.

En los últimos años, la publici‐ dad ha ido cambiando hacia una tendencia más inclusiva. En 2020, el rosa y los colores pastel en anuncios protagoni‐ zados por niñas era del 74%, mientras que el azul y los tonos oscuros llegaban al 90% de los anuncios de niños. En 2022 ha‐ bían caído al 52% y al 61%, res‐ pectivamen­te, según un estu‐ dio de la Asociación de Usua‐ rios de la Comunicaci­ón.

La de colores que hay en el mundo como para reducir los juguetes a ese binarismo cro‐ mático tan miope que segmen‐ ta desde que nacemos la diver‐ sión en función al género. Anda que no hay colores en el mundo para reducir la mañana de Re‐ yes a rosas y azules.

 ?? EFE ??
EFE

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain