El Confidencial

RTVE y el síndrome de Puerto Hurraco

- Antonio Casado

Aunque solo se dispararon pa‐ labras, lo de ayer en el Consejo de Administra­ción de RTVE fue como la matanza de Puerto Hurraco. Una página de la Es‐ paña negra en forma de lucha por el poder entre dos perso‐ najes al servicio del Gobierno. Matándose entre sí han caído dos criaturas de la Moncloa, cuyo favor se había ido incli‐ nando hacia José Pablo Ló‐ pez, director de Contenidos, mientras se iba fragilizan­do el liderazgo de su rival. La inqui‐ na era recíproca. La presidenta interina, Elena Sánchez, fue quien golpeó primero con la inestimabl­e ayuda de los tres consejeros del PP y uno de los dos Podemos.

Insólito, pero cierto: la que ha‐ bía sido niña bonita del Go‐ bierno para enderezar la crisis suscitada hace año y medio con la marcha de Pérez Torne‐ ro, acabó aliándose en inespe‐ rada pinza con los consejeros nombrados a propuesta del PP para acabar con López. Y a renglón seguido esos mismos consejeros, a propuesta de uno de Podemos (ojo, no el mismo de la votación anterior) acababan haciendo una pinza no menos inesperada con los del PSOE para destituir a Elena Sánchez a cambio de asumir que la presidenci­a sea rotato‐ ria a partir de ahora entre los miembros que quedan vivos (uno cada seis meses).

El caos está servido. Es lo úni‐ co garantizad­o, si tenemos en cuenta que el mandato de la mitad de los consejeros está a punto de caducar y que Mon‐ cloa tiene prisa por poner al frente del invento a una perso‐ na de su confianza. Los dos de la cuerda del Gobierno, claro (Concepción Cascajosa y Ra‐ món Colom), pero ninguno de los dos tiene asegurados los cinco votos necesarios para salir elegido (ayer tarde se ne‐ gociaba a la carrera). Esto pue‐ de desembocar en un bloqueo parecido al del CGPJ,

donde lo ideológico se mezcla con lo profesiona­l.

Juego de tronos en RTVE: el consejo de administra­ción ex‐ plota y cae en el desgobiern­o

Carlos Rocha Las salidas de Elena Sánchez y José Pablo López dan cuenta del conflicto en la cúpula del ente público, donde el Ejecutivo ya no tiene asegurada la mayoría

En estos momentos Moncloa ha perdido en RTVE la mayoría que también ha perdido en el Parlamento por fractura en la balcanizad­a ecuación de po‐ der que pone en peligro el futu‐ ro la legislatur­a. Los alinea‐ mientos son imprevisib­les. Y la existencia de dos almas en la familia socialista (López más sanchista y Elena Sánchez más PSOE de toda la vida), así como en Sumar (la de Yolanda y la de Ione Belarra), se ha pro‐ yectado sobre el caos organi‐ zativo de RTVE.

No es por el modelo, sino por los modeladore­s, que han aca‐ bado pasándose por el arco del triunfo lo dispuesto en el

BOE sobre la naturaleza y el funcionami­ento de la corpora‐ ción (sucesivas actualizac­io‐ nes de la Ley 17/2006 de la ra‐ dio y la televisión de titularida­d estatal). Basta preguntars­e por qué antes que Elena Sánchez cayó Pérez Tornero. Pues por‐ que al Gobierno PSOE-UP de entonces le dio por creer que Pérez Tornero se había puesto al servicio del PP. Como ahora le ha dado por creer que a la causa no le aportaba nada el hecho de que Elena Sánchez quisiera una televisión pública alejada de los métodos pro‐ pios de las cadenas privadas para aumentar la audiencia a toda costa.

Los fichajes de Belén Esteban y Broncano, punta del iceberg de la guerra abierta en la cúpu‐ la de RTVE

Berto Molina Choque de trenes en RTVE. El modelo opuesto de televisión pública ideado por Elena Sánchez, presidenta interina, y José Pablo López, director general de contenidos, ha explotado

El culebrón va más allá de las cuotas de pantalla. El caso de David Broncano, que López gestionaba para incorporar al humorista por cifras millona‐ rias de dinero público, va cosi‐ do a la necesidad de contra‐ rrestar el antisanchi­smo de las cadenas privadas. Y debe ser muy apremiante viendo que en la Moncloa no ha perdido ni un minuto en ponerse a buscar un presidente/a a la medida de sus apremios electorale­s. Me cuentan que Elena Sán‐ chez había puesto pie en pa‐ red a la entrada de la telebasu‐ ra en TVE, convencida de que la medida de la excelencia en un medio estatal la da un buen servicio a través de sus pro‐ gramas formativos e informati‐ vos. Y en ese sentido, al mar‐ gen del síndrome de Puerto Hurraco que se ha instalado en la cúpula de RTVE, procede re‐ conocer el excelente trabajo de los profesiona­les de la ca‐ sa. Y las excelentes cobertu‐ ras informativ­as que RTVE vie‐ ne haciendo a escala nacional e internacio­nal de la actuali‐ dad.

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