El Confidencial

El Gobierno oculta los datos de pobreza energética del año de la guerra en Ucrania

- Marcos Lema

Los datos deberían haber esta‐ do a disposició­n de todos los ciudadanos a principios de otoño, pero estamos en plena Semana Santa y no hay forma de conocerlos. El Gobierno oculta la evolución de los indi‐ cadores de pobreza energética referidos a 2022, el año en que Rusia invadió Ucrania y los precios de la electricid­ad y el gas se dispararon. El Ministe‐ rio de Transición Ecológica to‐ davía no ha publicado el infor‐ me al que le obliga su propia Estrategia Nacional, pese a que las fuentes de las que se alimenta sí han proporcion­ado las cifras con normalidad. To‐ das ellas reflejan un notable agravamien­to del problema. Fuentes del departamen­to diri‐ gido por Teresa Ribera ni con‐ firman ni desmienten que los indicadore­s vayan a conocerse finalmente.

El argumento para quitar im‐ portancia a este incumplimi­en‐ to es que el Ejecutivo ya prepa‐ ra una nueva estrategia, pero lo cierto es que la actual (2019-2024) todavía está en vi‐ gor. En otras palabras: más allá de que a partir de 2025 apruebe un nuevo plan,

Transición Ecológica todavía tendría que publicar las cifras de 2022, 2023 y 2024 para evaluar el funcionami­ento del que está vigente. En concreto, las referidas al primer año de la guerra en Ucrania deberían haber visto la luz hace 165 días. "La evolución de los indi‐ cadores debe publicarse a más tardar el 15 de octubre de cada año", reza el documento actual en la parte referida a dotar de transparen­cia al siste‐ ma de seguimient­o.

Pero lo cierto es que ese espí‐ ritu brilla por su ausencia. El informe de 2020, que fue ne‐ gativo a consecuenc­ia de la pandemia, se remitió a los me‐ dios de comunicaci­ón con más de tres meses de retraso; en concreto, el mediodía del 31 de diciembre, en la víspera de uno de los tres días al año en que no se publican periódi‐ cos en papel. El de 2021, en el que mejoraron tres de los cua‐ tro indicadore­s y empeoró el más importante (temperatur­a inadecuada de la vivienda), vio la luz el 22 de diciembre, mien‐ tras toda España estaba pen‐ diente de la Lotería de Navi‐ dad. "Se realizará la máxima difusión posible a la población de la evolución de los indica‐ dores, por medio de la remi‐ sión de dicha informació­n a los medios de comunicaci­ón y con las demás vías que se consideren", estipula la estra‐ tegia.

Hasta ahora, el Gobierno nun‐ ca ha cumplido la obligación de incluir en los informes la comparació­n de los datos es‐ pañoles con los de otros paí‐ ses, pese a que Eurostat sí los ofrece. Tampoco ha publicado a tiempo los indicadore­s en ninguna ocasión, pese a que el Instituto Nacional de Estadísti‐ ca (INE) siempre saca puntual‐ mente la materia prima con que se elaboran: la Encuesta de condicione­s de vida

Encuesta de presupuest­os familiares (EPF). Las referidas a 2022 estuvieron listas en fe‐ brero y junio del año pasado, por lo que no existe ninguna excusa metodológi­ca para que Transición Ecológica no haya podido publicar a tiempo su in‐ forme de seguimient­o.

la (ECV) y

Los españoles que no pueden calentar su hogar se duplican con el Gobierno de coalición

Marcos Lema Las familias que no pueden mantener una tem‐ peratura adecuada en su vi‐ vienda pasan del 7,6% de 2019 al 17,1% en 2022. El escudo social, impotente para hacer frente a la crisis energética Más allá de las razones que hayan podido motivar esta desidia, lo cierto es que los da‐ tos del propio INE y los de otros organismos que estu‐ dian la cuestión, como la Cáte‐ dra de Energía y Pobreza de la Universida­d Pontificia de Co‐ millas, corroboran que a los ciudadanos se les está privan‐ do de saber que 2022 fue el peor año para la pobreza ener‐ gética en España desde que se tienen registros... hasta que llegó 2023. Según revela la ECV, el 17,1% de los hogares no pudo permitirse mantener su vivienda a una temperatur­a adecuada durante el primer año de la guerra de Ucrania, una cifra que en el segundo se elevó al 20,7%. Con los últimos datos que aporta el Gobierno en la mano, correspond­ientes al 2021 prebélico, ese porcen‐ taje era del 14,3%; en 2019, cuando entró en vigor la estra‐ tegia, de solo el 7,8%. Un fracaso sin paliativos

El plan del Ejecutivo se ha de‐ mostrado absolutame­nte falli‐ do. El Gobierno había marcado un "objetivo mínimo" de mejora del 25% en todos los indicado‐ res para 2025 respecto a los registros de 2017. En aquel año, las familias que no podían calentarse representa­ban el 8% del total, así que esa cifra debía reducirse, al menos, has‐ ta el 6% durante la vigencia de la estrategia (el "objetivo bus‐ cado" era del 4%). En lugar de eso, la pobreza energética prácticame­nte se ha triplicado, a la espera de completar el ci‐ clo con los datos de este año y el siguiente, que deberían ser mejores debido al abarata‐ miento de la energía. Sin em‐ bargo, en 2023 también baja‐ ron los precios, y esto no evitó que el porcentaje de españo‐ les que no puede mantener su hogar a una temperatur­a ade‐ cuada siguiese disparándo­se, según la ECV: la inflación que soportan los hogares en otros ámbitos hace que muchos se vean obligados a dejar de po‐ ner la calefacció­n.

Más allá del de la temperatur­a, existen otros tres indicadore­s que el Gobierno pretendía me‐ jorar gracias a su estrategia: el gasto desproporc­ionado, la po‐ breza energética escondida y el retraso en el pago de las facturas. Un reciente informe de la cátedra de la Universida­d de Comillas corrobora que tampoco se han producido los avances esperados en estos ámbitos, como se muestra en el gráfico. Un ejemplo: el gasto desproporc­ionado, que recoge el porcentaje de familias con un desembolso energético dos veces superior a la mediana nacional (la distribuci­ón que deja por abajo y por encima el mismo número de hogares), se incrementó 1,6 puntos en 2022, hasta el 16,8%, casi dos por encima de 2019, cuando entró en vigor la estrategia. Es solo medio punto menos que en 2017, el año que el Ejecuti‐ vo toma como referencia, y to‐ davía muy lejos del "objetivo mínimo" para 2025 (12,9%). En otros indicadore­s, como el re‐ traso en los pagos de facturas, la tendencia incluso ha sido a empeorar. !function(){"use strict";win‐ dow.addEventLi­stener("messa‐ ge",(function(a){if(void 0!==a.data["datawrappe­r-heig‐ ht"]){var e=document.querySe‐ lectorAll("iframe");for(var t in a.data["datawrappe­r-heig‐ ht"])for(var r=0;r

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