La banca baraja de nuevo prejubilaciones tras tres años de tregua laboral
Los bancos españoles han en‐ lazado dos años seguidos de resultados históricos sentados cómodamente sobre los ingre‐ sos. Sin embargo, han arranca‐ do 2024 con las primeras ame‐ nazas de frenazo en los már‐ genes, lo que está llevando a las entidades a enfocarse en la siguiente gran línea de la cuenta de resultados: los cos‐ tes.
Kutxabank sorprendió al mer‐ cado hace algunas semanas al anunciar que había reservado una partida importante de sus resultados (provisiones de 150 millones) para un plan de pre‐ jubilaciones que pondrá en marcha en los próximos me‐ ses. Algo que, según diversas fuentes del sector, están estu‐ diando para este año y el próxi‐ mo otras entidades. Dichas fuentes explican la ra‐ cionalidad de estos procesos en este momento, y también su mayor incertidumbre. Los motivos están claros: todo apunta a que los ingresos han tocado techo ante las posibles bajadas de tipos del Banco Central Europeo (BCE) y los costes están creciendo por la inflación y los convenios sec‐ toriales que se están firmando en los últimos meses con las patronales.
Junto a ello, hay una razón in‐ cuestionable: el envejecimien‐ to de las plantillas desde los últimos grandes procesos de recortes de empleo, que tuvie‐ ron lugar en 2021 con los ERE (Expediente de Regulación de Empleo) del covid de Santan‐ der y BBVA y el de la fusión CaixaBank-Bankia. Incluso desde los sindicatos recono‐ cen que hay demanda embal‐ sada para este tipo de proce‐ sos.
La incertidumbre es principal‐ mente política y social. Con el actual Gobierno, que se ha mostrado en diversas ocasio‐ nes contrario al sector finan‐ ciero, algunos banqueros creen no deben abrir un melón como el del empleo, al menos mientras los resultados sigan en niveles récord. A esto se su‐ ma la tensión actual con los sindicatos, que no se quiere disparar aún más. De ahí que algunos grupos prefieran espe‐ rar a 2025 para potenciales planes de ajuste extraordina‐ rios como el de Kutxabank. El punto de partida es de relati‐ va calma en las plantillas de los bancos en España, que por primera vez desde antes de la crisis de 2012 se mantuvieron estables en 2023 o incluso se incrementaron en el caso de algún banco, como Sabadell, CaixaBank o BBVA, en unos 2.000 trabajadores (ver gráfi‐ co).
BBVA, en el foco Precisamente, esta última enti‐ dad es la que más rumores de este tipo genera. Al contrario que Santander, no ha realizado prejubilaciones en los últimos años más allá de algunas pun‐ tuales, lo que hace que las fuentes consultadas vean de‐ manda embalsada. Según su último informe anual, en 2023 se jubilaron anticipadamente apenas 162 trabajadores, in‐ cluso menos que en 2022. Desde BBVA no comentaron sobre posibles planes a futuro en esta materia.
Frente a ello, Santander anun‐ ció en su último informe de 520 prejubilaciones y bajas in‐ centivadas, que le costaron 160 millones de euros, una ci‐ fra superior a la de un año an‐ tes: 446 profesionales y 92 mi‐ llones de coste. Desde esta entidad señalaron que no hay ningún plan extraordinario so‐ bre la mesa y que se manten‐ drá la misma política en 2024. Del resto de entidades, Caixa‐ Bank, la que más plantilla tiene en España (más de 40.000 profesionales) descarta cual‐ quier ajuste extraordinario. Es‐ te grupo tiene al Estado como segundo accionista, a través del FROB (Fondo de Reestruc‐ turación), lo que le marca en estos procesos.
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Otra entidad que hizo ruido en este aspecto hace algunos meses fue Unicaja Banco, co‐ mo reconoció su equipo finan‐ ciero en una presentación ante analistas. Aun así, este posible ajuste, promovido por un anti‐ guo accionista (Oceanwood) ha quedado congelado tempo‐ ralmente con la llegada del nuevo CEO, Isidro Rubiales, que tendrá que decidir a futuro en el plan estratégico que pre‐ sentará a finales de año. El resto de entidades del sec‐ tor siguen en la misma línea que las anteriores: estabilidad en la plantilla para seguir tra‐ tando de conseguir los mayo‐ res ingresos posibles, a la es‐ pera de posibles ajustes pun‐ tuales. Con excepciones como la de Abanca, que aumentó su plantilla en 2023 por la compra de Targobank y que sigue digi‐ riendo esta adquisición con salidas puntuales, aunque sin ERE.