El Confidencial

Sánchez se libra de las visas doradas... pero han sido un dolor de cabeza en toda Europa

- María Zornoza. Bruselas

España tumba los bautizados como visados de oro,aproba‐ dos en 2013 bajo el mandato del Partido Popular, que permi‐ tían a ciudadanos extracomu‐ nitarios obtener ipso facto la residencia si invertían al me‐ nos medio millón de euros en bienes inmobiliar­ios en el país. El Gobierno de Pedro Sánchez busca así poner fin a la espe‐ culación que ha disparado los precios de la vivienda en todo el territorio nacional, especial‐ mente en las grandes ciuda‐ des. La compra de nacionali‐ dad o residencia, aunque ha si‐ do popular en buena parte de la UE, está en extinción. "Este tipo de inversione­s ten‐ sionan el mercado, incremen‐ tan el precio de la vivienda y eliminándo­las, vamos a amor‐ tiguar y paralizar este tipo de especulaci­ón", ha justificad­o este martes Isabel Rodríguez, ministra de Vivienda, que ha cuantifica­do en más de 14.000 las residencia­s obtenidas en la última década por esta vía. El de las visas y los pasaportes dorados es un problema que genera grandes quebradero­s y dilemas en la UE desde hace tiempo. Según los cálculos que maneja Bruselas, en una investigac­ión fechada en 2019, Bulgaria exigía un mínimo de inversión de un millón de eu‐ ros a cambio de la ciudadanía; Chipre lo fijaba en dos millo‐ nes más alguna propiedad en el país; y Malta en 650.000 eu‐ ros además de vínculos inmo‐ biliarios, ya sea por compra o alquiler.

En la Unión Europea hay tres categorías: los países que no cuentan con ningún esquema de este tipo, como es el caso de los nórdicos o Alemania. Los que, como España, sí dan la posibilida­d de pagar por el permiso de residencia, como los vecinos Francia, Italia o Grecia. O los que van más allá como Malta y ofertan pasapor‐ tes dorados, que dan acceso directo a la nacionalid­ad. En los últimos meses, muchos países han comenzado a recu‐ lar, en línea con la estrategia española. El año pasado, Irlan‐ da ya derogó el permiso de re‐ sidencia por inversión y esta también fue una promesa del primer ministro portugués, An‐ tonio Costa, antes de presen‐ tar su dimisión. Bulgaria lo en‐ terró hace dos años. Y Países Bajos también ha hecho lo pro‐ pio.

Los principale­s ojos de Bruse‐ las se han depositado sobre Malta y Chipre, países a los que abrió un procedimie­nto de infracción en 2020 alegando que obtener la ciudadanía de

un Estado miembro a través de pagos premeditad­os y sin ne‐ cesidad de contar con un vín‐ culo real con el territorio "soca‐ van la esencia de la ciudada‐ nía europea". Poco después, Nicosia lo abolió como medida para "restaurar la reputación del país" y tras varios escánda‐ los y más de dos décadas en vigor, que habían dejado en las arcas nacionales más de 9.000 millones de euros. En 2022, el Ejecutivo comunitari­o fue un paso más allá denun‐ ciando a La Valeta ante la Jus‐ ticia europea.

El adiós a la 'golden visa', ¿fre‐ nará la especulaci­ón? No ne‐ cesariamen­te

E. Sanz La dificultad a la hora de analizar el impacto de una medida como la anunciada so‐ bre el mercado residencia­l ra‐ dica, fundamenta­lmente, en la falta de datos y estadístic­as oficiales

Un informe del Parlamento Eu‐ ropeo, fechado en 2018, pone de relieve que la de los visados y pasaportes de oro es una medida discrimina­toria, injus‐ ta, peligrosa y poco transpa‐ rente. "Los críticos alegan que abre el camino para la corrup‐ ción y los delitos porque los segundos y terceros pasapor‐ tes son con frecuencia utiliza‐ dos por delincuent­es para co‐ meter delitos, evadir impues‐ tos y lavar dinero", recoge. El texto añade que los beneficia‐ rios se aprovechan a su vez de la libertad de movimiento en suelo comunitari­o. En el otro lado, sus defensores aluden a la ventana de oportunida­d que abre para atraer inversione­s extranjera­s.

La Eurocámara aprobó en mar‐ zo de 2022 por una abrumado‐ ra mayoría una iniciativa legis‐ lativa instando a la Comisión Europea a proponer medidas comunes en todo el bloque que atajasen "el blanqueo de capitales y la corrupción" que genera una práctica a la que los eurodiputa­dos se refieren como un método "objetable desde el punto de vista ético, jurídico y económico". "Estos sistemas solo sirven para que personajes oscuros que no po‐ drían entrar por la puerta prin‐ cipal entren por la de atrás. Es hora de cerrar esa puerta, para que los oligarcas rusos y otras personas que se sirven del di‐ nero negro se queden fuera. Los Gobiernos de los Estados miembros se han negado a abordar el problema, alegando que no era un asunto de la Unión Europea. Ya no pueden seguir eludiendo la cuestión", apuntó por entonces la ponen‐ te Sophie In’t Veld, eurodipu‐ tada neerlandes­a de Renovar Europa.

Rusia, en el centro de la diana En 2009, por ejemplo, un políti‐ co de Austria propuso a un in‐ versor ruso invertir 5 millones de euros en el país -una parte iría destinada a financiar su partido- a cambio de obtener la nacionalid­ad. Desde la inva‐ sión rusa a Ucrania, en febrero de 2022, el debate sobre los vi‐ sados dorados ha cobrado es‐ pecial relevancia en los pasi‐ llos de la capital europea. Ape‐ nas un mes después de que Vladímir Putin desplegase sus tanques a ocho kilómetros de Kiev, la Comisión Europea emi‐ tió una recomendac­ión exhor‐ tando a los Estados miembros a derogar "todos los regíme‐ nes de ciudadanía para inver‐ sores existentes" y a "garanti‐ zar controles estrictos" para evitar que nacionales rusos o bielorruso que están sujetos a las sanciones europeos o que apoyan la guerra de agresión puedan beneficiar­se de privile‐ gios como la libertad de movi‐ miento por el espacio Schen‐ gen.

"Los valores europeos no es‐ tán a la venta. Consideram­os que la venta de la ciudadanía a través de pasaportes dorados es ilegal con arreglo al Dere‐ cho de la UE y plantea graves riesgos para nuestra seguri‐ dad. Abre la puerta a la corrup‐ ción, el blanqueo de capitales y la elusión fiscal. Todos los Estados miembros afectados deben poner fin inmediata‐ mente a sus regímenes de ciu‐ dadanía para inversores. Ade‐ más, deben evaluar si deben revocar los pasaportes de oro ya concedidos a personas san‐ cionadas y a otros que apoyen significat­ivamente la guerra de Putin", espetó por aquel enton‐ ces Didier Reynders, comisario de Justicia. Bruselas lleva tiempo mostrando su malestar por estas prácticas, sin embar‐ go, la obtención o pérdida de ciudadanía es una competen‐ cia nacional.

de lujo, sepa que la última dis‐ ponible es del lunes de la se‐ mana en que estalló el escán‐ dalo. En efecto, fue llamarle un periodista y desaparece­r los pelucos de la muñeca presi‐ dencial. Tras dar varias expli‐ caciones contradict­orias sobre el origen de los relojes, la pre‐ sidenta dice ahora que fueron un “préstamo” del gobernador de Ayacucho, Wilfredo Oscori‐ ma. Boluarte sostiene que fue “una equivocaci­ón aceptar el préstamo de un amigo”, que las noticias sobre sus relojes son “tendencios­as y falsas” y que los peruanos deben “pasar página” sobre este asunto fu‐ nesto.

Sus últimas explicacio­nes han sido recibidas con mucho es‐ cepticismo. "Nadie se lo ha tra‐ gado", según Sifuentes, que til‐ da de “extraño” que alguien te preste varios Rolex junto a sus “certificad­os de autenticid­ad”, encontrado­s durante el regis‐ tro ordenado por la fiscalía. "Boluarte no ha logrado dar una respuesta coherente sobre el origen de los relojes en tres semanas", concluye. "Nadie pensaba que esto fuera a tener tanto impacto, de he‐ cho, la presidenta pudo haber‐ lo rebajado rápidament­e con una primera respuesta acepta‐ ble, pero escaló el caso sin querer al admitir que uno de los Rolex era suyo; luego, cam‐ bió su versión, pero ya era tar‐ de: la gente se indignó porque su sueldo no alcanzaba para pagarlo", añade Cabral. Boluarte pidiendo la (EFE)

El relato

Es legítimo preguntars­e por la velocidad de crucero alcanza‐ da por el 'rolexgate'. ¿Cómo es posible que una pequeña in‐ vestigació­n calcine así a una presidenta en un país en el que ha ocurrido de todo -y casi na‐ da bueno- en los últimos años? ¿No estaban ya los pe‐ ruanos curados de espanto

hora.

tras ver caer a varios presiden‐ tes y sufrir los casos de co‐ rrupción más inverosími­les? Además de la perenne inesta‐ bilidad institucio­nal del país, estamos ante un caso de rela‐ to sexy, también conocido en España como el irresistib­le en‐ canto de las tarjetas 'black'. En efecto, si el millonario rescate público a Bankia (24.000 millo‐ nes de los que solo se recupe‐ raron 9.000) no acabó de cua‐ jar como escándalo porque cuando las cifras son tan altas es imposible hacerse una idea de lo que significan, la revela‐ ción de que los consejeros po‐ líticos del banco tenían barra libre de carajillos y cochinillo­s, generó un tifón político históri‐ co. Del mismo modo, lo de los Rolex parece menor compara‐ do con otras sombras que per‐ siguen a Boluarte, como los 50 muertos en manifestac­iones contra su nombramien­to (anti‐ gua vicepresid­enta, Boluarte subió de escalón tras la con‐ trovertida caída del presidente anterior, Pedro Castillo). "¡Todo el mundo sabe lo que es un Rolex, lo que vale, lo que significa que alguien que no puede pagarlo tenga uno! Es fácil indignarse por esto" "Quizá sea la mayor masacre vista en América Latina este siglo, pero la cifra de muertos acabó abrumando y nublando el juicio", según Sifuentes. El relato Rolex, en definitiva, es menos grave pero más nítido: político que presuntame­nte se aprovecha de su cargo para enriquecer­se.

"Es más fácil para la población conectar con este tipo de his‐ torias. Otro escándalo político reciente es la intromisió­n del Congreso en la independen­cia judicial, pero es mucho más complicado de entender, inclu‐ so para los que se informan diariament­e. Pero un Rolex... ¡Todo el mundo sabe lo que es un Rolex, lo que vale, lo que significa que alguien que no puede pagarlo tenga uno! Es muy sencillo indignarse por es‐ to. Las encuestas dicen que el 80% de los peruanos no cree a la presidenta", zanja Cabral. Pero el tirón del relato no expli‐ ca por sí solo el impacto del 'rolexgate'. Ha habido cambios decisivos en la correlació­n de fuerzas judiciales del país. Aliada del Gobierno, la anterior fiscal general "enterró" el caso de los muertos en manifesta‐ ciones, según Sifuentes, pero acabó dimitiendo acusada de corrupción. A la nueva fiscalía, por contra, no le ha temblado el pulso para allanar la casa de Boluarte.

"Que le rompan la puerta de casa a una presidenta es una imagen muy impactante", ase‐ gura Sifuentes. Parece cues‐ tión de tiempo que la siguiente patada sea para desalojar a una rentabiliz­ada Boluarte de la presidenci­a del país, aunque nunca se sabe... “En Perú no se pueden hacer prediccion­es porque hace tiempo que se rompieron las reglas del jue‐ go", zanja.

Las administra­ciones públicas son las grandes propietari­as de suelo del país y, por tanto, quienes tienen en su mano abaratar el precio de la vivien‐ da, no especuland­o con el pre‐ cio de los solares y poniendo en el mercado todo el suelo posible.

"Es de un cinismo altísimo usar la vivienda como herra‐ mienta electoral en un país co‐ mo España"

Ruth Ugalde Juan Velayos sur‐ feó en la cresta de la ola con Neinor y terminó engullido por ella. Ahora, al frente de JV20, ha vuelto a coger la tabla y se ha lanzando al mar convenci‐ do de que el futuro pasa por el alquiler, la ESG y recuperar Ca‐ taluña

Para la banca, esta reunión ha supuesto una sorpresa, al es‐ tar más acostumbra­dos a li‐ diar con el Ministerio de Eco‐ nomía, y existe cierto temor a que la convocator­ia sea un preludio de algún anuncio en clave electoral, ante los comi‐ cios vascos y catalanes. Las entidades tienen dos vías de exposición a este negocio: por el de los activos adjudica‐ dos, que se han reducido con‐ siderablem­ente en los últimos años; y por el lado de la finan‐ ciación. Por ejemplo, el Ejecuti‐ vo y el sector financiero toda‐ vía tienen pendiente la nego‐ ciación de la letra pequeña de la línea de avales ICO (Instituto de Crédito Oficial) Joven, con 2.500 millones de euros en avales para que jóvenes de no más de 35 años y familias con menores a cargo puedan acce‐ der a su primera vivienda. Más allá de este frente, las en‐ tidades financiera­s han estado en el foco del Gobierno y sus socios en el pasado por los pi‐ sos adjudicado­s que todavía tienen en balance y por los desahucios de la última crisis, lo que muchos banqueros re‐ conocen como uno de sus ma‐ yores errores estratégic­os. De cara al futuro, los banqueros piden una política clara de vi‐ vienda que permita impulsar el mercado y no pongan nuevas traba.

Sánchez anuncia la elimina‐ ción de los visados por inver‐ siones inmobiliar­ias Sánchez anuncia la eliminació­n de los visados por inversione­s inmo‐ biliarias

Críticas

“Antes de decidir medidas, los políticos deberían tomar un curso de economía para cono‐ cer los sus efectos”, afirmó es‐ te martes Josep Oliu, presiden‐ te de Banco Sabadell, en un evento con periodista­s previo a la junta de accionista­s del banco. “Hay déficit de vivienda y de alquiler, cualquier cambio puede provocar cambios con‐ trarios a lo que se persigue, ya ocurrió en Barcelona, donde la oferta de alquiler se redujo”. Los banqueros llegan a estas reuniones con cautela tras los distintos reveses que han veni‐ do recibiendo del Ejecutivo en los últimos años, con medidas como el impuesto extraordin­a‐ rio y las críticas a los sueldos de sus principale­s responsa‐ bles, el éxodo rural o la excesi‐ va digitaliza­ción.

más favorecida fue del 12% en 2019, cuando hace seis déca‐ das era del 40%. Por último, no contaban con alianzas comer‐ ciales, y ahora sí. Esto hace que los países no alineados podrían beneficiar­se de una creciente fragmentac­ión geo‐ económica.

El telón de acero

La nueva Guerra Fría, en todo caso, como afirman los auto‐ res del estudio, está muy lejos de aquella que se inició des‐ pués de que Churchill hablara del telón de acero. Esto es así porque la interdepen­dencia co‐ mercial, tecnológic­a y, en ge‐ neral, económica o, incluso, cultural, entre países es mu‐ cho mayor hoy en día, ya que los costes del comercio han disminuido sustancial­mente debido a la reducción de las barreras y al desmantela­mien‐ to gradual de los aranceles, además de las mejoras en el transporte marítimo y el avan‐ ce en las tecnología­s de la in‐ formación, que favorecen los intercambi­os. Como resultado, el comercio, incluido el de ser‐ vicios, se ha convertido en una parte mucho mayor de la acti‐ vidad económica y la produc‐ ción se comparte a través de cadenas de valor globales mu‐ cho más complejas ahora que hace setenta años.

Hay que tener en cuenta que al comienzo de la Guerra Fría (1947-1952), el comercio mun‐ dial de bienes representa­ba solo el 12% del PIB, mientras que en los últimos cinco años (2019-2023), la relación entre el comercio mundial de bienes y el PIB promedió aproximada‐ mente el 44%. Incluyendo los servicios, el comercio superó el 60% del PIB mundial en 2022. En otras palabras, sos‐ tiene el trabajo, a pesar de los niveles extremos de fragmen‐ tación de los intercambi­os co‐ merciales entre bloques duran‐ te la Guerra Fría, el comercio dentro de los bloques floreció reflejando políticas y avances tecnológic­os que efectivame­n‐ te redujeron los costos comer‐ ciales entre países del mismo bloque geopolític­o.

Lo que sucedió durante aque‐ lla época fue que los esfuer‐ zos para fomentar la integra‐ ción comercial (dentro de los bloques) y las mejoras tecno‐ lógicas allanaron el camino para un aumento del comercio. Este proceso se aceleró una vez que los países del antiguo bloque del Este se unieron a la economía global. Ahora, el co‐ mercio y la inversión globales han sido resistente­s, principal‐ mente porque los flujos se han desviado a través de países conectores. Ellos habrían sal‐ vado el comercio y, por ende, la globalizac­ión.

la demanda, en el momento en que tú estás metiendo un sub‐ sidio, el precio lo captura inme‐ diatamente. Los subsidios al alquiler o a la demanda en si‐ tios donde realmente la gente demanda vivir, son ineficaces. Es decir, es una pérdida de di‐ nero". La banca tampoco se ha mostrado reacia a este tipo de medidas, puesto que eso se traducirá en más hipotecas, más clientes. "Sabemos que el Banco San‐ tander junto con el Gobierno han estado trabajando mucho para hacer un Help to Buy en España y ya está aprobado. Al

Banco Santander, o a cualquier banco, le viene fenomenal por‐ que está dando más hipote‐ cas, pero le da exactament­e igual dónde acaba el dinero. Al final, la familia va a pedir un préstamo o más dinero para pagar una casa más cara. Y ese dinero acabará en el bolsi‐ llo del propietari­o del terreno. Hay muchos intereses por de‐ trás, porque los políticos dicen que están realmente ayudando a la compra, pero no van más allá para ver qué está pasando con el dinero y a los bancos les vienen fenomenal que haya más transaccio­nes. Y aquí el objetivo no es ir contra el mer‐ cado, sino que si el objetivo o lo que queremos es defender a las familias vulnerable­s, a la gente trabajador­a... pues que se haga bien", lamentaba Lu‐ que en esa entrevista. La solución: más oferta de vi‐ viendas, pero ¿cómo?

En lo que sí coinciden todos los expertos es que solo poner más oferta en el mercado ayu‐ dará a contener precios. Pero, ¿cómo? Es la pregunta del mi‐ llón. Aunque, de nuevo, se po‐ dría considerar que las solu‐ ciones ya están inventadas. Podemos mirar al otro lado del Atlántico, en concreto hacia Estados Unidos, donde, según Luque, hay dos programas que sí han funcionado.

El TIFF (Tax Increment Financi‐ ng) y el LIHTC (Low Income Housing Tax Credit). El primero consiste en adelantar al cons‐ tructor la cantidad equivalent­e a los impuestos a la propiedad -nuestro IBI en España- que el nuevo edificio construido ge‐ neraría durante los próximos 15-30 años. Esto equivale a dispensar ese edificio a pagar IBI y es visto como un subsidio que permite al constructo­r de‐ dicar una parte del edificio a vivienda protegida.

El segundo es un crédito fiscal de 'dólar por dólar', lo que sig‐ nifica que por cada dólar de crédito fiscal que compre un inversioni­sta -por ejemplo, una corporació­n o un banco como pueden ser Verizon o Chase Bank-, puede deducir un dólar de su impuesto federal sobre la renta. Los créditos fiscales se venden a precios de merca‐ do -las empresas compiten por estos créditos fiscales-. El constructo­r podrá vender cré‐ ditos fiscales a los inversores si a cambio ofrece un porcen‐ taje de pisos con renta protegi‐ da -por ejemplo, un 40% de los pisos en el edificio se alquila‐ rán por un precio igual al 30% del ingreso mensual del inqui‐ lino-. Las rentas protegidas de estas unidades deberán man‐ tenerse por un mínimo de 30 años.

nas extranjera­s. La adquisició­n de viviendas ligadas a estos vi‐ sados suponen el 7,1% en Mar‐ bella, el 5,3% en Barcelona e in‐ cluso hasta el 10% en algunos municipios de Baleares. Ahí sí que lo notarán. Sobre todo los que aspiraban a comprar vi‐ viendas de más de 500.000 euros, que tendrán menos competenci­a. También lo nota‐ rán las inmobiliar­ias especiali‐ zadas en vender viviendas de lujo a este tipo de clientes, que además de chinos y rusos, suelen ser británicos, estadou‐ nidenses, ucranianos, iraníes, venezolano­s y mexicanos. Los que difícilmen­te notarán la diferencia son los más jóve‐ nes, que en España tienen uno de los accesos a la vivienda más difícil de toda la Unión Eu‐ ropea, por la escasez de alqui‐ ler asequible y la inexistenc­ia endémica de vivienda social.

Hace falta mucho más que su‐ primir las 'golden visa' para cambiar esto. Las cientos de miles de viviendas de alquiler social que no se han construi‐ do en las últimas décadas no se arreglan con un espejismo.

asignatura pendiente y la prin‐ cipal reclamació­n de los presi‐ dentes de Andalucía, Comuni‐ dad Valenciana, Murcia y Cas‐ tilla-La Mancha. Y Juanma Mo‐ reno se lo recordó al propio Pedro Sánchez en directo el lu‐ nes en Sevilla, donde ambos coincidier­on en la inaugura‐ ción de las obras de la amplia‐ ción del Metro de la capital an‐ daluza. Este martes, ante el

Consejo de Alcaldes del PP an‐ daluz, el jefe del Ejecutivo au‐ tonómico redobló su exigencia y se mostró muy duro con el presidente del Gobierno por "menoscabar los recursos de los andaluces para privilegia­r a otro territorio­s", una referencia directa a Andalucía. "La solida‐ ridad, la justicia y la igualdad ya no están en el diccionari­o del PSOE porque no las pue‐ den utilizar", zanjó el barón po‐ pular, que ha vuelto a elevar el tono de confrontac­ión contra el líder socialista en las últi‐ mas fechas.

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