El Confidencial

La Justicia obliga al Gobierno a acoger a un testigo de la tragedia de Melilla que Marlaska ubicó "en tierra de nadie"

- Alejandro Requeijo

"Gritaban pidiendo ayuda, pero nadie ayudó. Vi mucha gente morir". Basir sabe lo que pasó aquel 24 de junio de 2022 en la valla de Melilla porque lo vivió en primera persona. Es uno de los supervivie­ntes de la trage‐ dia en la que perdieron la vida decenas de migrantes que tra‐ taban de llegar a Europa. La imagen de los cadáveres apila‐ dos en el suelo marca el punto más oscuro de la relación en‐ tre el Gobierno de Pedro Sán‐ chez y Marruecos. La Audien‐ cia Nacional, en una resolu‐ ción a la que ha tenido acceso El Confidenci­al, ha ordenado a España que acoja en su territo‐ rio a este testigo de los he‐ chos, abandonado a su suerte en el país magrebí desde en‐ tonces. Sus abogados cargan contra Exteriores e Interior por sus mensajes y por obstaculi‐ zar la llegada de este sudanés cristiano perseguido en su país. Podría arrojar luz sobre lo acaecido en la frontera espa‐ ñola.

Aquel suceso partió de una avalancha mortal en la misma valla de separación que el mi‐ nistro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ubicó “en tie‐ rra de nadie”, aunque hay imá‐ genes y testimonio­s que po‐ nen en duda esa versión y si‐ túan parte de los hechos y muertos en suelo español. El Gobierno de Pedro Sánchez cerró filas en torno a la gestión de las autoridade­s de Marrue‐ cos. En los primeros compa‐ ses, cuando todavía no se sa‐ bía el alcance de la tragedia, Sánchez despachó la interven‐ ción como “bien resuelta”.

Hasta ahora, España ni siquie‐ ra ha exigido a Rabat una in‐ vestigació­n a fondo. A día de hoy, no hay tampoco un dato certero del número de falleci‐ dos. Las autoridade­s magre‐ bíes se hicieron cargo de los cuerpos.

La Sección Segunda de la Sala de lo Contencios­o-Administra‐ tivo de la Audiencia Nacional dictó un auto el 29 de febrero con el que pone fin a la situa‐ ción de desamparo en la que se encuentra Basir en Marrue‐ cos (nombre ficticio para pro‐ teger su integridad) desde ha‐ ce un año y medio. Los cinco jueces que componen el tribu‐ nal han acordado trasladar provisiona­lmente a España a este solicitant­e de asilo mien‐ tras se resuelve el fondo de su reclamació­n, pero pasan las semanas y todavía no se ha llevado a cabo.

La resolución va en contra de la voluntad del Gobierno que se opuso a su llegada por me‐ dio de la Abogacía del Estado, según recoge el auto. El Confi‐ dencial ha consultado acerca de este caso en el Ministerio de Asuntos Exteriores. Un por‐ tavoz del departamen­to que di‐ rige José Manuel Albares ha eludido ofrecer detalles del ca‐ so apelando a la "confidenci­ali‐ dad", pero afirma que "los de‐ talles los conocen los interesa‐ dos".

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Antonio Casado No hay "tierra de nadie" que valga cuando es‐ tán en juego los derechos hu‐ manos

Basir huyó por razones religio‐

sas de su país, donde se en‐ frenta a la muerte en caso de regresar, según dice. Acudió a la embajada de España en Ma‐ rruecos en diciembre de 2022, meses después de sobrevivir a la valla de Melilla. En su caso logró salvar la vida y acceder a territorio español, pero fue uno de los cientos de migrantes re‐ chazados en frontera por las autoridade­s españolas, una actuación que censuró el De‐ fensor del Pueblo. En la dele‐ gación diplomátic­a pidió pro‐ tección internacio­nal en virtud de la Ley de Asilo y sus aboga‐ dos llevan pleiteando desde entonces.

Imágenes de cuerpos apilados tras la avalancha difundida por la Asociación de Derechos Hu‐ manos de Nador (ADHN) Con motivo del aniversari­o de la tragedia concedió una entre‐ vista a El Confidenci­al donde relató su experienci­a: "Por suerte, logré ocultarme bajo los migrantes que estaban tira‐ dos en el suelo allí. Así que fui herido, pero no gravemente, gracias a Dios (...) Las autori‐ dades marroquíes nos recibie‐ ron de las fuerzas españolas golpeándon­os salvajemen­te, amenazándo­nos. Otros fueron también apaleados hasta que perdieron la vida. Fue muy, muy terrible. Vi mucha gente morir, allí en el suelo. Cuando fui devuelto del territorio espa‐ ñol, fui arrojado sobre el resto de los migrantes que estaban tirados en el suelo, sobre aque‐ llos que ya estaban muertos. Fue una auténtica tragedia". Los jueces de la Audiencia Na‐ cional corrigen una resolución anterior del 15 de enero en la que le denegaron la medida cautelar de traslado a España al entender que Basir no corre riesgo en Marruecos. El cam‐ bio de parecer, según el auto, se debe a una sentencia re‐ ciente del Tribunal Supremo del 6 de febrero. El alto tribunal estableció que, para valorar el peligro al que se enfrenta un solicitant­e de asilo, hay que te‐ ner en cuenta las circunstan‐ cias en su país de origen y no del lugar en el que realiza los trámites para llegar a España. “Esta Sala, lógicament­e, debe aplicar el criterio sentado por el Alto Tribunal”, dicen los jue‐ ces.

El Defensor del Pueblo acusa a Interior de incumplir la ley el día de la tragedia de Melilla

Alejandro Requeijo "Se efectuó un rechazo en frontera de 470 personas sin contemplar­se las previsione­s legales", dice la institució­n. El ministerio de‐ fiende que se hizo todo "dentro de la más estricta legalidad" “Debemos, por lo expuesto, realizar una nueva valoración de la situación del riesgo del demandante, aplicando los cri‐ terios sentados por el Tribunal

Supremo. El país de origen del solicitant­e es Sudan -Kordo‐ fán- (aporta documento de identidad). Adjunta un certifi‐ cado en el que se dice pertene‐ ce a la fe cristiana. Realiza un relato extenso de la “persecu‐ ción” padecida en Sudán ale‐ gando ser perseguido por cau‐ sa de su religión que no puede ser calificado de inverosími­l”, dice el auto.

El equipo jurídico de DEMOS,

Estudio Legal de Derechos Hu‐ manos, que asumió su caso de forma gratuita. Según relatan, a los 15 años perdió a su pa‐ dre y a su hermano, que fueron asesinados. Él sobrevivió al ataque en Durban, su aldea, e intentó refugiarse a cientos de kilómetros, en la casa de fami‐ liares, pero estos intentaron forzarle a convertirs­e al islam. Basir ha pasado ya por cinco países (Egipto, Libia, Argelia y Marruecos) en los que ha sido víctima de privacione­s de liber‐ tad, tortura y tratos inhuma‐ nos. Tras la tragedia de Melilla, las fuerzas de seguridad de Marruecos le trasladaro­n for‐ zosamente a más de 600 kiló‐

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