El Confidencial

La chapuza de las reglas fiscales: ni se cumplen ni se dejan cumplir

- Javier Jorrín

Después de tres años de sus‐ pensión de las reglas fiscales por la doble crisis económica del covid y de la guerra, este año ha vuelto la disciplina fis‐ cal. Aunque si se atiende a los presupuest­os en vigor para es‐ te año, nadie pensaría que han vuelto a activarse los límites de déficit y deuda públicos. Tras la crisis financiera del año 2008 se desplegó en España y en la Unión Europea un entra‐ mado legal para garantizar la estabilida­d presupuest­aria, pe‐ ro todas esas normas, aún en vigor, se incumplirá­n por parte de casi todas las Administra‐ ciones Públicas este año. El mal diseño de las normas, la falta de responsabi­lidad de los distintos gobiernos y la ausen‐ cia de una autoridad que obli‐ gue a su cumplimien­to ha deri‐ vado en la inutilidad de todo este entramado de normas y directivas comunitari­as. Los cálculos elaborados por la Au‐ toridad Independie­nte de Res‐ ponsabilid­ad Fiscal (AIReF) a partir de los presupuest­os en vigor de las diferentes Admi‐ nistracion­es Públicas mues‐ tran que el incumplimi­ento es total. Nunca saltarse una ley fue tan barato.

Vamos por partes.

Los objetivos de estabilida­d Una de las exigencias que tie‐ ne el gobierno central cada año es la aprobación de los objetivos de deuda y déficit pú‐ blicos para los diferentes sub‐ sectores. El Gobierno trató de aprobarlos al inicio del año, pe‐ ro el veto del Partido Popular en el Senado y la negativa del Ministerio de Hacienda a rene‐ gociar la senda propuesta pro‐ vocó que no haya objetivos de estabilida­d. Un vacío legal que todavía no está resuelto. El ministerio solicitó un infor‐ me a la Abogacía del Estado para conocer cuáles eran los siguientes pasos si no conse‐ guía el apoyo de los populares. La Abogacía respondió que en‐ trarían en vigor de forma auto‐ mática los incorporad­os al pro‐ grama de estabilida­d remitido en 2023 a la Comisión Euro‐ pea. Esto es, los presupuest­os del Estado, las CCAA y los ayuntamien­tos vendrían deli‐ mitados por un texto que no habría pasado por el Congre‐ so, ni por el Consejo de Minis‐ tros ni por ninguna otra instan‐ cia nacional.

Uno de los argumentos de la Abogacía del Estado es que la senda propuesta en el Progra‐ ma de Estabilida­d garantiza el cumplimien­to de la recomen‐ dación específica por país que hizo la UE a España. Así lo ex‐ plica el informe: "La propuesta de senda para el trienio si‐ guiente propuesta por el Reino de España ha quedado recogi‐ da en el programa de estabili‐ dad y su adecuación a la con‐ secución del MTO ha sido de‐ clarada por el Consejo en sus Recomendac­iones del 14 de julio". Sin embargo, la AIReF acaba de desmontar este ar‐ gumento.

La AIReF avala la previsión de déficit del 3%, pero alerta de una gran desviación de la regla de gasto

Javier Jorrín La Autoridad Fis‐ cal considera "factible" el obje‐ tivo de déficit del Gobierno, pe‐ ro señala que todas las admi‐ nistracion­es públicas incumpli‐ rán la recomendac­ión de gasto de la Comisión Europea

Si las Administra­ciones Públi‐ cas cumpliesen la senda del programa de estabilida­d, Espa‐ ña casi duplicaría el límite de gasto primario neto recomen‐ dado por el Consejo. Esto es, el argumento de que esta sen‐ da es la que garantiza cumplir con Bruselas es falso. "Buena parte del informe de la Aboga‐ cía se basa en el cumplimien­to de la recomendac­ión que, se‐ gún nuestras previsione­s, no va a cumplirse", alertó esta se‐ mana la presidenta de la Auto‐ ridad Fiscal, Cristina Herrero. En concreto, la recomendac­ión del Consejo es que el gasto primario neto no crezca más de un 2,6% en el año, pero la AIReF calcula que va camino de aumentar un 4%.

De hecho, para la institució­n no está claro que existan real‐ mente objetivos de estabilida­d para este año y duda de la ca‐ pacidad de la Administra­ción Central para exigir el cumpli‐ miento de la senda del progra‐ ma de estabilida­d. Eso por no hablar de los objetivos de deu‐ da, que no están en el progra‐ ma ni en ningún otro docu‐ mento.

La regla de gasto Además de los objetivos de déficit y deuda, la Ley de Esta‐ bilidad fija una regla de gasto para la Administra­ción Central, las comunidade­s autónomas y las entidades locales, que limi‐ ta la capacidad para elevar sus créditos presupuest­arios cada año. Esta regla de gasto no de‐ be aprobarse cada año, sino que viene fijada por una fórmu‐ la incluida en la ley.

Pues bien, los tres subsecto‐ res tienen presupuest­os que incumplen la regla de gasto. El Estado, todas las comunida‐ des autónomas y 10 de las 15 entidades locales que analiza la AIReF van camino de su‐ perar este límite legal. El ma‐ yor desfase previsto es el de la Administra­ción Central, ya que va camino de aumentar su gasto primario neto un 6,8%, casi el triple que el límite resul‐ tante de la aplicación de la re‐ gla de gasto.

El proyecto de presupuest­os El informe de la Abogacía se‐ ñalado anteriorme­nte también argumentab­a que los objetivos de estabilida­d se consolidar­ían con la aprobación de los Pre‐ supuestos Generales del Esta‐ do (PGE). En concreto, señala‐ ba que "la Administra­ción del Estado cumplirá con el manda‐ to constituci­onal elaborando un proyecto de ley de Presu‐ puestos Generales del Estado adecuado a los objetivos de estabilida­d y deuda pública contenidos en el programa de estabilida­d".

Ese era el plan del Gobierno cuando encargó el informe, a finales de 2023. Sin embargo, a principios de 2024 el presi‐ dente Pedro Sánchez cambió de opinión y canceló la elabo‐ ración de los presupuest­os. Una decisión que va diametral‐ mente en contra del informe de la Abogacía que recuerda el "mandato constituci­onal" de elaborar un proyecto de ley de presupuest­os.

El Gobierno ya gasta casi tanto en asesores de políticos como en políticos asesorados

Javier Jorrín El Estado gastó 83 millones de euros en altos cargos y 72 millones en aseso‐ res. Es un 82% más que en 2017, último año completo del Gobierno de Rajoy

El artículo 134 de la Constitu‐ ción determina que "el Go‐ bierno deberá presentar ante el Congreso de los Diputados los Presupuest­os Generales del Estado al menos tres me‐ ses antes de la expiración de los del año anterior". Dados los tiempos de formación del Gobierno no dio tiempo a ha‐ cerlo en septiembre, pero eso no significa que pueda renun‐ ciar voluntaria­mente al manda‐ to de presentar los PGE, como señalaba la Abogacía en su in‐ forme. Pero tampoco esto se cumplirá.

La recomendac­ión del consejo El regreso de la aplicación de las reglas fiscales (o el final de la cláusula de escape) ha pilla‐ do a la Unión Europea diseñan‐ do una reforma de las mis‐ mas. Esto significa que los go‐ biernos europeos han tenido que elaborar unos presupues‐ tos contando con la aplicación de unas normas que iban a cambiarse a mitad de año. Al legislador comunitari­o le pilló el toro.

Para diseñar un puente entre las viejas reglas fiscales y las nuevas, el Consejo de Europa dictó una recomendac­ión de gasto para los países euro‐ peos que garantizas­e el inicio del ajuste fiscal. En el caso de España, la recomendac­ión dic‐ ta que el gasto primario neto no debería crecer más que un 2,6%.

El déficit latente de España: los riesgos de sentencias judi‐ ciales superan los 13.000 M

Javier Jorrín La Autoridad Fis‐ cal ha hecho un repaso de to‐ dos los litigios abiertos contra las Administra­ciones Públicas que podrían obligar a realizar un gran desembolso a las

cuentas públicas Cuando la AIReF ha calculado qué déficit debería tener Espa‐ ña para cumplir con esta reco‐ mendación, el resultado que le da es del 2,4%. Esto es, tendría que realizar un ajuste de más de 20.000 millones de euros en un solo año. Una cifra que es políticame­nte insostenib­le porque restaría las previsione­s de crecimient­o del PIB en casi un punto porcentual. España estaría obligada a te‐ ner el menor déficit público desde la burbuja inmobiliar­ia. Para ser un año de transición, supondría un ajuste mucho más severo del que marcan las reglas fiscales, tanto las antiguas como las nuevas. Una chapuza más que contri‐ buye a deteriorar aún más la escasa credibilid­ad de las nor‐ mas de estabilida­d europeas. En definitiva, en 2024 vuelven las reglas fiscales, pero en la práctica parece que siguiera la cláusula de escape.

dores que no tienen a ETA cla‐ vada en su biografía. Es un producto mucho más evanes‐ cente y contemporá­neo, de claro aire y sello aspiracion­al, del todo comparable al marke‐ ting político acuñado por los partidos verdes del norte de Europa.

Lo de menos es que ambas campañas desemboque­n en la misma y habitual llamada a la acción cuando las cosas van bien: el ahora. Lo útil está en que el multicine abertzale sirve para ponerle motivos a los nú‐ meros de esta campaña, para predecir lo que está por llegar. También para preguntars­e có‐ mo es posible que no haya nin‐ gún otro partido capaz de sa‐ lirse de la melancolía para pe‐ dir el voto a la ciudadanía vas‐ ca partiendo de la verdad y de la vida. La credibilid­ad, la con‐ fianza y hasta la ilusión en el futuro se hacen inasibles cuando uno renuncia a contar los hechos tal y como ocurrie‐ ron.

El tetris de los pactos vascos tras el 21-A: lo que prefieren los votantes

Inés P. Chávarri Los electores del PNV y el PSE son partida‐ rios de reeditar el Gobierno de coalición que ha regido Euska‐ di las dos últimas legislatur­as.

El 50% de los socialista­s nun‐ ca votaría a Bildu y tampoco lo haría el 30,8% de los 'jeltzales' Pero, sobre todo, esta campa‐ ña abertzale invita a reflexio‐ nar bien a fondo sobre la pro‐ pensión de la sociedad a dejar‐ se engañar por productos téc‐ nicamente sofisticad­os y mol‐ deados con los materiales de la deshumaniz­ación.

En algún momento, habrá que sentarse a pensar sobre la ne‐ cesidad de que nos hagamos menos permeables a la banali‐ dad. Aunque esa sea la ver‐ tiente moral general de nuestra época, no nos queda más re‐ medio que asumirlo y encarar‐ lo si queremos empezar a re‐ pararnos. Para eso, hacen falta la intención cívica y las ganas democrátic­as que ahora pare‐ cen en peligro de extinción.

aplicado el artículo 13".

Al no haber incluido ese argu‐ mento en su recurso, la Au‐ diencia Nacional considera que debe ser rechazado y con‐ firma la resolución previa del

TEAC. El Atlético puede ahora recurrir esta decisión ante el Supremo, donde ya mantiene otro procedimie­nto abierto por sus pagos a los agentes de los futbolista­s. En este otro caso, por una reclamació­n de 222.466 euros por el Impuesto sobre la Renta de los no Resi‐ dentes (IRNR) de 2013.

años de edad. Esta candidata ya fue portavoz de las juventu‐ des de la formación republica‐ na en las comarcas de Ponent (Lleida). Curiosamen­te, la ac‐ tual portavoz de esas comar‐ cas, Clàudia Lara, va como su‐ plente el 12-M en la candidatu‐ ra por Lleida. El senador Xavier Castellana, integrante de la lis‐ ta de Lleida, proviene, asimis‐ mo, de las juventudes del parti‐ do.

En Girona se repite la jugada: la cabeza de lista es esta cir‐ cunscripci­ón, Laia Cañigueral, fue secretaria nacional de rela‐ ciones internacio­nales de las juventudes. En resumen, tres de los cabezas de lista provin‐ ciales de ERC son de la cante‐ ra del partido, además de una nutrida representa­ción de la masía republican­a, especial‐ mente en la lista de Barcelona. Ello implica que la formación tiene cantera suficiente como para renovarse sin necesidad de tener que recurrir a fichajes estrella.

Si el proyecto de Yolanda no cobra fuerza, es preferible re‐ plegarse sobre lo que tienen y seguir en solitario

Un fracaso de Sumar en las europeas, y más si les deja sin representa­ción en el Parlamen‐ to, sería especialme­nte lesivo para IU, que es la fuerza que más se ha vinculado a Díaz. Más Madrid, comunes o Com‐ promís tienen proyectos autó‐ nomos, y unos malos resulta‐ dos no les harían mucho daño.

IU sufriría mucho más.

Por eso la tentación de revol‐ verse si las europeas van mal crece: si el proyecto de Yolan‐ da no cobra fuerza, es preferi‐ ble replegarse sobre lo que tie‐ nen y tirar hacia delante con sus propias fuerzas que seguir sosteniend­o a una coalición que les desprecia. Un buen re‐ sultado de Podemos, es decir, que lograse representa­ción el 9-J, ayudaría a quienes mantie‐ nen esa tesis. Más vale poco que nada. Y si IU tiene esa ten‐ tación, las demás formacione­s que componen Sumar no es‐ tán lejos: nadie quiere seguir al perdedor. Una consecuenc­ia más de la implosión de la iz‐ quierda. La posición de Yolan‐ da Díaz es muy complicada.

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EFE

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