El Confidencial

Un sector de ERC plantea un pacto con Illa si dan los números: "Habrá que revisar los apoyos"

- Itziar Reyero entonces nos tendríamos que exiliar a Teruel".

No lo asumirán públicamen­te, porque es tanto como un suici‐ dio electoral, pero algo se mueve dentro de ERC. Oficial‐ mente, la dirección nacional y su candidato a la Presidenci­a del Govern, Pere Aragonès, re‐ chazan de plano cualquier op‐ ción de un acuerdo con el PSC tras las elecciones del 12 de mayo. Sin embargo, sectores de la formación empiezan a plantear tímidament­e en priva‐ do la necesidad de revisar su estrategia de pactos para evi‐ tar el bloqueo infinito en Cata‐ luña. "Incluso nosotros tendre‐ mos que revisar los apoyos", señalan voces de los republi‐ canos, aun siendo consciente­s de que su peso es minoritari­o y, más aún, que todo lo que no sea concertar con Carles Puig‐ demont puede llevarles de vuelta al purgatorio indepen‐ dentista.

El escenario electoral catalán es diabólico para todos, desde luego también para Pedro Sán‐ chez, porque se juega la esta‐ bilidad de su Gobierno en el re‐ parto de cartas en Cataluña. Los de Aragonès intentan mantener su posición de parti‐ do de gobierno y proseguir su camino hacia el pragmatism­o político tras el fiasco del pro‐ cès, con su propuesta de fisca‐ lidad "singular" y un referén‐ dum de vía constituci­onal pero tienen las encuestas de espal‐ das. Mientras tanto, Puigde‐ mont pide paso para su "resti‐ tución" como líder supremo del independen­tismo y ha lanzado un aviso serio a Sánchez de que le hará caer si el PSC no se abstiene para que gobierne él. Por fin, Salvador Illa es el fa‐ vorito en todas las casas de apuestas, aunque sin mayoría suficiente ni socio posible a la vista. ERC y Junts descartan pactar con el PSC, pero exhi‐ ben su enorme dificultad para volver a gobernar juntos otra vez. La amenaza de repetición electoral está muy presente. En ERC se apresuran a descar‐ tar la reedición de un tripartito, que en 2010 les supuso un gran castigo en las urnas: ba‐ jaron de 21 escaños a 10. Y re‐ bajan cualquier expectativ­a de llevar a la Generalita­t el acuer‐ do entre socialista­s y republi‐ canos como el que se perfila en la ciudad de Barcelona, pa‐ ra evitar fugas de voto a Puig‐ demont. De hecho, el president ahondó ayer en el abismo que les separa del PSC, aunque ha‐ ce apenas un mes llegaran a un acuerdo sobre el proyecto frustrado de Presupuest­os ca‐ talanes. En un acto político en Barcelona para conmemorar la República, Aragonès acusó a Illa, al que ningunea, de estar "al dictado de la Moncloa", mentir sobre una mejor finan‐ ciación a Cataluña y no defen‐ der el catalán lo suficiente. "El proyecto de Salvador Illa es España. El proyecto de Carles Puigdemont es Carles Puigde‐ mont. Y el de ERC es Catalu‐ ña", concluyó.

Desde Ferraz, destacan que ERC "está en la senda del prag‐ matismo" desde hace años y confían en que culmine el pro‐ ceso habilitand­o un gobierno socialista. "ERC está en la vía de la financiaci­ón, es verdad que con una propuesta de má‐ ximos", señalan sobre la pro‐ puesta de Aragonès de un cu‐ po vasco para Cataluña que re‐ conozca su "singularid­ad" fren‐ te al resto de CCAA. "Pero has‐ ta cuando te habla de referén‐ dum, te habla de hacer dentro de la Constituci­ón, mediante el artículo 92", destacan con al‐ tas dosis de fe en su rehabili‐ tación a la política práctica. Pero lo cierto es que nada ha‐ ce presagiar un giro estratégi‐ co en la formación de Oriol Junqueras y Marta Rovira, más allá de las tenues voces que piden volcarse en la agenda social y romper las cadenas con Puigdemont. Como refie‐ ren los socialista­s, la gran pre‐ gunta es si ERC sabrá manejar la presión de sus bases a la hora de explorar alternativ­as de gobierno más allá de Junts. Un portavoz republican­o, que descarta "elucubrar" sobre po‐ sibles pactos, lo expresa así. "Si ganamos nosotros, Junts hará lo que pueda para no in‐ vestir president a Aragonès porque el sistema mediático catalán no le penaliza. Pero si Puigdemont queda primero y no le entregamos el Govern,

Illa pugna por ser el nuevo Pu‐ jol y el proceso no ha existido

Josep Martí Blanch Illa ayer no solo absolvió y perdonó todos los pecados del independen­tis‐ mo, sino que se vistió, además de catalanist­a convencido, de autonomist­a fetén

El runrún del adelanto electoral sobrevuela en los posiciona‐ mientos de los socios de Sán‐ chez. El PNV ha debatido en sus órganos de dirección la posibilida­d seria de que la le‐ gislatura colapse en otoño por el incierto escenario político en Cataluña. Y eso también preocupa en ERC, que no des‐ carta que Junts pueda ir de la mano del PP para "reventarlo" todo. "Si a España le va mal, a Cataluña le va mal", señalan los republican­os sobre la con‐ vicción de que un final abrupto de la legislatur­a traerá un Go‐ bierno del PP, tal vez con Vox. En Madrid, ERC se ha demos‐ trado un socio mucho más se‐ rio y estable para la Moncloa que JxCAT. Como dijo Puigde‐ mont en Elna, cuando presentó su candidatur­a, "nosotros no nos hemos casado con las iz‐ quierdas españolas. No tene‐ mos un idilio con el PSOE". Los de Míriam Nogueras ya han amenazado en diversas oca‐ siones con tumbar los Presu‐ puestos Generales del Estado para 2025. Junts necesita ir al choque con el Gobierno para justificar su existencia. Aunque estratégic­amente ERC volcará sus armas contra Illa para hacerse con el voto fron‐ terizo que mantienen con el PSC, los republican­os miden con prudencia su participac­ión en la comisión de investiga‐ ción en el Senado sobre la compra de material sanitario durante el covid, donde com‐ parecerá el 24 de abril, a dos días de que arranque la cam‐ paña. No tienen claro que el caso Koldo pueda dañar elec‐ toralmente al exministro. Le describen como "el último peón de Sánchez" e insisten en que no les interesa generar más inestabili­dad al Gobierno en el Congreso.

Minoría de bloqueo

La amenaza de una repetición electoral en Cataluña no se le escapa a Ferraz. "No se pue‐ den estar repitiendo eleccio‐ nes hasta que salga lo que a Puigdemont le gusta", explican los socialista­s, convencido­s de que la gran mayoría de los ca‐ talanes quiere estabilida­d y que el próximo Gobierno se de‐ dique a la gestión de las cosas del comer, y no a sueños sobe‐ ranistas. "La gente ha tomado nota y está cansada de escu‐ char lo imposible". "Ya gana‐ mos las anteriores elecciones con Illa, hemos ganado las ge‐ nerales y con toda seguridad vamos a ganar estas", resuel‐ ven en la dirección federal. Sin embargo, en Junts fanta‐ sean con la idea de una mino‐ ría de bloqueo. Por ejemplo, Puigdemont ha evitado com‐ prometerse en público a ne‐ garse a aceptar los votos de la ultraderec­hista independen­tis‐ ta Aliança Catalana, algo que sí ha hecho ERC, especuland­o sobre si los de Sílvia Orriols obtendrán representa­ción. Si JxCAT consigue una minoría de bloqueo podrían intentar ju‐ gar a forzar una repetición electoral en Cataluña para el mes de octubre. Y, según fuen‐ tes de esta formación, no des‐ cartan poder arrastrar a los re‐ publicanos hacia sus posicio‐ nes maximalist­as.

En ERC, en cambio, tiene ma‐ yor prepondera­ncia la agenda social del partido. Y eso tam‐ bién pesará en su futura rela‐ ción con Salvador Illa. Una op‐ ción podría ser no repetir el tri‐ partito, sino jugar a dar apoyo externo desde fuera en función de acuerdos objetivos, en recí‐ proco retorno a la política des‐ plegada por el socialismo ca‐ talán hacia el Ejecutivo de Ara‐ gonès durante la pasada legis‐ latura.

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