"Nuestra gente no lo soportaría": PSE y Bildu se dan hasta las municipales de 2027 para gobernar
El Gobierno vasco de Patxi Ló‐ pez, el único no nacionalista en la historia de Euskadi, nació en mayo de 2009 bajo amena‐ za directa de ETA. La banda te‐ rrorista llegó a idear un plan para matar al entonces lehen‐ dakari socialista y a su conse‐ jero de Interior, Rodolfo Ares, aprovechando un homenaje a Eduardo Puelles, el inspector de Policía asesinado junto a Bilbao semanas después. Así arrancó la legislatura "del cam‐ bio", que acabó con el fin de la violencia etarra y la legaliza‐ ción de su brazo político. Ahora, pasados quince años, Bildu está en condiciones de convertirse en primera fuerza en el País Vasco, y aspira a que los socialistas le aúpen al poder, aunque sea a medio plazo. El PSE mantendrá su pacto con el PNV tras las elec‐ ciones del próximo domingo e insiste en que no cambiará de socio mientras Bildu no conde‐ ne a ETA. Pero en los cuarteles generales del PSE, de Bildu y del PNV consideran que ese escenario quedará alterado tras las elecciones municipa‐ les y forales de mayo de 2027. "Para entonces el PSOE se va a sentir libre de pies y manos para cambiar de socio", avisan en Sabin Etxea, donde se asu‐ me abiertamente que habrá baile de parejas en 2027, aun‐ que sea para pactos puntuales en consistorios concretos "Bil‐ du les enredará y podrá ofre‐ cerles cosas que sean estimu‐ lantes, como municipios de la margen izquierda (de Vizcaya), o la alcaldía de Vitoria sin no‐ sotros, a cambio de que ellos le entreguen Guipúzcoa ente‐ ra", anticipa un estratega de Sabin Etxea, que por esa razón justifica el relevo generacional de Iñigo Urkullu por Imanol Pradales.
El PNV alerta de que viene el lobo pero el 'miedo a Bildu' aburre a sus ovejas
Itziar Reyero. Bilbao Sabin Etxea juega la baza del partido refugio para frenar a Bildu y pescar entre el electorado del PSE y PP, mientras sufre una seria desmovilización de sus bases. Sánchez promete ser fiel al PNV y Feijóo cotiza al al‐ za
Aún quedan tres años y no hay ninguna decisión estratégica tomada al respecto en los ór‐ ganos del Partido Socialista, pero el paso del tiempo y el cambio de la sociología electo‐ ral vasca apunta a esa direc‐ ción, según refrendan desde los tres principales partidos. Desde hace meses, el candida‐ to socialista, Eneko Andueza, se ve en la obligación de repe‐ tir a diario que "jamás" pactará con la "izquierda abertzale" porque no comparten "suelo ético", ni proyecto identitario. Su lema electoral, "Vota al que decide", tampoco es que le ayude mucho. Pero aún peor fue el pacto autorizado por Fe‐ rraz a finales de año para que Bildu gobernara Pamplona. Es un espejo empañado. ¿Por qué en Navarra, sí y en el País Vas‐ co, no? La respuesta sigue siendo inconclusa. "Nuestra gente no lo soporta‐ ría", destaca un estrecho cola‐ borador del lehendakari Patxi López, apelando a la trinchera emocional de quienes resistie‐ ron durante décadas la dicta‐ dura de ETA desde los ayunta‐ mientos y las casas del pueblo del PSE. Generaciones de so‐ cialistas que hoy defienden sin discutir el pragmatismo de Pe‐ dro Sánchez y el PSOE para gobernar con el apoyo de Bil‐ du, pero que no imaginan el re‐ verso del acuerdo en Euskadi. Según el último Deustobaró‐ metro, el 50% de los votantes socialistas nunca apoyaría a la izquierda abertzale.
El PSE tiene mayor sintonía en fiscalidad, políticas económi‐ cas y de vivienda con Bildu que con el PNV
Otro informe de Deusto del pa‐ sado verano reflejaba que uno de cada cuatro votantes socia‐ listas (24,4%) se "sentiría trai‐ cionado" si su partido acordara un gobierno de coalición en su ayuntamiento, un rechazo su‐ perior al PP (18,8%). Por el contrario, al preguntarse por las preferencias a los simpati‐ zantes de Bildu, la mitad (50.7%) desea pactos munici‐ pales con el PSE, su primera opción muy por delante del PNV (28,5%).
En los últimos años, la coali‐ ción abertzale, además de ser un socio estable del Gobierno de Pedro Sánchez, ha pactado distintos presupuestos munici‐ pales con el PSE, como en Vi‐ toria o en Pamplona, y existe una comunión fuerte en políti‐ cas sociales y económicas, in‐ cluida la de vivienda y la fisca‐ lidad, más incluso que con el PNV. Y luego está la cuestión personal. "En muchos pueblos hay más feeling con Bildu que con el PNV, compartimos más modelo de ciudad en Irun y en Eibar, por ejemplo", subraya un dirigente de Guipúzcoa. "¿Se puede empezar a explorar Gobiernos municipales en 2027? Claro que sí. Bildu aún maneja un discurso ambiguo porque tiene por detrás a Ar‐ naldo y compañía, pero vete a saber quién está al frente de esto entonces, si entra una nueva generación y si dicen las palabras mágicas: matar estu‐ vo mal", reflexiona esta fuente. “Yo no lo veo maduro. Ellos no están preparados. Cada vez que les llevas la contraria te arrojan el comodín” de ETA, di‐ ce un exdirigente de Bildu "Falta un mundo para que eso se dé aquí. Los socialistas so‐ mos de los que peor lo hemos pasado durante los años de plomo, aunque ahora ellos se muestren simpáticos, vayan de hermanitas de la caridad y sean una parte de la coalición de Madrid", explica un vete‐ rano del PSE a punto de jubi‐ larse. Para su generación, ex‐ pone, sigue funcionando la "vacuna" clavada a fuego y sangre por la banda, aunque "lo que más duele es que sean la referencia de los jóvenes. Al‐ go estamos haciendo muy mal".
Para Sortu tampoco se dan las "condiciones suficientes" co‐ mo para gobernar ahora con los socialistas. "Yo no lo veo maduro. Ellos no están prepa‐ rados, no pueden con noso‐ tros. Todavía, cada vez que les llevas la contraria te arrojan el comodín", afirma un exdirigen‐ te de Bildu con responsabilida‐ des institucionales en la etapa 2011-2015, cuando la coali‐ ción logró por primera vez ha‐ cerse con la Diputación de Gui‐ púzcoa y el Ayuntamiento de San Sebastián. El "comodín" es su incapacidad de condenar a ETA. De hecho, en su progra‐ ma electoral hablan de "presos políticos", no mencionan a las víctimas y defienden un "relato poliédrico" del pasado. Bildu aguarda su momento con paciencia estratégica. "No tenemos ansiedad", suele de‐ cir Otegi, que sigue ahí como recuerdo del pasado y, sobre todo, pegamento con el mun‐ do de los presos. "Pacto ahora no va a haber. Lo que necesita‐ mos es una mayoría suficiente y que los otros no se pongan de acuerdo para quitarnos. Ya ha pasado una vez en la histo‐ ria", señala este ex alto cargo en alusión a cuando Bildu al‐ canzó la Diputación de Guipúz‐ coa. El PNV permitió la investi‐ dura de Martin Garitano pese a que podría haberla obstaculi‐ zado con el PSE y el PP. Dura‐ ron cuatro años, porque las ur‐ nas castigaron una gestión errática en un tema tan serio como la gestión de las basu‐ ras, desde luego mucho más crucial que sus políticas identi‐ tarias como la preeminencia pública del euskera o la colo‐ cación de mapas de Euskal Herria.
El pacto navarro, bumerán en‐ venenado para PNV y PSE en las elecciones vascas
Itziar Reyero La orden de Fe‐ rraz de entregar Pamplona a Bildu hipoteca a los socialistas vascos, que reiteran que no pactarán con Otegi. El PNV apaga alarmas: no ve cambios en las alianzas en Euskadi “a corto plazo”
"Llegará el momento en que será más normal, quién sabe cómo evolucionan y cuántas capas de maquillaje se pon‐ drán, esperemos que no solo sea cosmética", expresa otra fuente que asumió importan‐ tes responsabilidades en el PSE hasta hace bien poco. Da por hecho que las juventudes socialistas están mucho más familiarizadas con Bildu que sus mayores. Se le reconoce a Bildu su gran capacidad de transformación. "Ha cambiado la sociología electoral del país y ellos han sido listos. Han de‐ jado a un lado la cuestión na‐ cional y se han centrado en el discurso social".
De momento, los socialistas son los primeros interesados en alejar el escenario de con‐ certación municipal con Bildu, y destacan que incluso el PP cierra acuerdos políticos con Bildu en las instituciones, co‐ mo en las Juntas Generales de Guipúzcoa. "Firman transac‐ cionales con Bildu y Podemos, y no pasa nada", reseña un fontanero del PSE.