El Confidencial

Profesión: abogado vip. "Sancho no se salvaría ni con todas las teles españolas a su favor"

- Carlos Prieto

Una trampa cultural acecha al contingent­e español que inten‐ ta estos días hacer gestiones en Tailandia: el sí tailandés, que significa 1000 veces no... "No importa el papel que pidas en Tailandia, que siempre te responden 'Sí, sí' con la mejor sonrisa... pero el papel nunca llega. Lo digo con cariño, eh. Cuando al fin comprendes que el 'sí, sí' tailandés solo es una manera de hablar, cambias de enfoque y las cosas mejoran mucho", cuenta Juango Ospi‐ na, abogado de la familia de Edwin Arrieta, el cirujano co‐ lombiano descuartiz­ado por Daniel Sancho el pasado ve‐ rano en una paradisiac­a isla tailandesa.

Los últimos meses, Ospina via‐ jó varias veces a Tailandia pa‐ ra contratar a un bufete local (“muchas horas de gestiones exhaustiva­s y complicada­s”) y preparar el proceso contra Sancho, el más jugoso en años para los medios españoles por su masivo seguimient­o. El jui‐ cio empezó la semana pasada en un tribunal de Samui, al sur del país.

En el candelero Cualquiera que haya seguido la trayectori­a de Juango Ospi‐ na, de 37 años, sabe que su irrupción en un juicio de estas caracterís­ticas era cuestión de tiempo. Fundó su propio bufe‐ te penalista cuando aún era un veinteañer­o. En 2022, se pre‐ sentó a las elecciones del Co‐ legio de la Abogacía de Ma‐ drid. Su alcance llega también al costumbris­mo madrileño: pertenece a "Los Curris", que suena a banda latina, pero es la pandilla bon vivant de Íñigo Onieva, marido inconstant­e de Tamara Falcó.

Ospina también tiene un fasci‐ nante estilo propio, que plas‐ ma en vídeos de Tik Tok, roda‐ dos por un asistente en los juz‐ gados, con el letrado en modo final de Champions, narrando el caso con afán, mostrando su mejor sonrisa a cámara. ¡Weah! Los vídeos son hipnoti‐ zantes en todos los sentidos; algunos se los toman a risa, a otros, les flipan. "Es el aboga‐ do joven que conocen los estu‐ diantes de derecho, es lo que entienden por un profesiona­l de éxito", afirman fuentes del sector. @juango_ospina Empezamos el día en los Juzgados de Pla‐ za Castilla, repasando la decla‐ ración de uno de nuestros clientes. Acto seguido nos diri‐ gíamos a Soto del Real, dónde un cliente ha contratado nues‐ tros servicios. #abogadopen­a‐ lista #derechopen­al #juicio #prision #cliente ♬ sonido ori‐ ginal - Juango Ospina Igual que a Cristiano Ronaldo, a Ospina se le ve venir, es transparen­te en sus ambicio‐ nes. Lleva años en tertulias te‐ levisivas porque “vender el ne‐ gocio es parte del trabajo, hay que participar del ritual de los medios, porque ellos van a ha‐ blar de ti en cualquier caso”, razona el letrado.

"A Ospina le encanta salir en los papeles. Se ve a sí mismo como el Kennedy de la aboga‐ cía madrileña", añaden las fuentes.

¿Es buena tanta exposición mediática para un abogado?

"Depende de cuál sea tu clien‐ te. Para los casos gordos qui‐ zá no le llamen, porque prefie‐ ran a un penalista sobrio de sesenta años, pero también te digo que Ospina es listo y muy trabajador, algo que no se pue‐ de decir de otros abogados mediáticos".

"No soy solo el abogado Tik Tok, como me llaman algunos,

he ganado varios recursos en el Supremo", matiza Ospina. Su bufete se dedica a todo tipo de casos, también de andar por casa, pero a Ospina le gus‐ ta estar en el ajo. Suya fue la defensa de los fiesteros a los que la policía tiró la puerta abajo durante el confinamie­n‐ to, pique digital incluido con el ex fiscal y letrado de los agen‐ tes, Juan Antonio Frago. Frago Vs Ospina.Esto sí que deberían televisarl­o https://t.co/emKvGtfh3I

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- Carlos ⚖ (@suker778) No‐ vember 10, 2023

En esas le contactó la familia de Edwin Arrieta el pasado septiembre, tras un mes de agosto con las tertulias televi‐ sivas españolas echando fue‐ go con el caso Daniel Sancho. “Algunos tertuliano­s banaliza‐ ron y relativiza­ron el crimen, hasta se hicieron comentario­s racistas sobre Arrieta, como si fuera responsabl­e de lo que le pasó. Había que dar la batalla ahí para salvar su honor”, ase‐ gura Ospina.

La familia de Daniel Sancho fi‐ chó al abogado Marcos García Montes, subido a la ola de ca‐ sos escandalos­os desde los años ochenta. Ojo al dato: el juicio a Sancho empezó casi a la vez que el del bailaor Rafael Amargo, acusado de tráfico de estupefaci­entes, al que tam‐ bién defiende García Montes. El Ospina versus García Mon‐ tes tiene algo de batalla gene‐ racional entre la nueva y la vie‐ ja camada de abogados con un pie en el tribunal y otro en los medios.

Ospina atendiendo a los me‐ dios en Tailandia. (Cedida) Ejemplo de que en el caso Da‐ niel Sancho no es fácil diferen‐ ciar lo judicial de lo mediático: dentro del ruido de los prime‐ ros días tras conocerse el cri‐ men, una de las "expertas lega‐ les" que más se mojó en las tertulias en defensa de Sancho -habló de la presencia "terce‐ ras personas" en la habitación del descuartiz­amiento, teoría de la que ya nadie se acuerdaaca­bó contratada como abo‐ gada del equipo del acusado. ¿Dónde acaba el frenesí tertu‐ liano y dónde empieza la justi‐ cia cuando todo se confunde? Los casos criminales de im‐ pacto, en definitiva, pueden acabar siendo devorados por los medios, pero la derivada tailandesa ha puesto palos en las ruedas de la maquinaria mediática española... Juicio paralelo

La defensa de Sancho, por tan‐ to, se pertrechó para el caso mediático español, pero… ¿lo hizo también para el caso judi‐ cial en Tailandia? ¿Alguien cree que la influencia de las tertulias españolas llega al su‐ deste asiático?

En una entrevista reciente en 20 Minutos, García Montes di‐ jo que su "mayor temor" era "que la opinión pública pueda influir en el tribunal, porque hay una gran presión social so‐ bre este procedimie­nto .... Es bastante lamentable que du‐ rante meses se hayan filtrado documentos y opiniones por parte de la policía al margen del fiscal y del juez".

"El único juicio importante es el tailandés, el paralelo de los medios en España solo es hu‐ mo"

Decir que la justicia tailandesa no es de fiar es casi un lugar común en España, pero el en‐ foque legalmente pertinente quizá sea otro. ¿Le gustará al sistema judicial tailandés que los letrados españoles les pin‐ ten la cara? ¿Atacar la instruc‐ ción puede llegar a ser contra‐ producente para los intereses de Daniel Sancho? Cualquier lo diría según el juicio: tras ase‐ gurar Sancho que el cuchillo con sierra que compró antes de la muerte de Edwin Arrieta era para cortar cocos, el ma‐ gistrado le respondió: “Todos sabemos lo que hiciste con ese cuchillo”, según algunas crónicas del juicio, aunque los abogados de Sancho aseguran que el juez no dijo eso, en otra muestra de la confusión Espa‐ ña/Tailandia que caracteriz­a al proceso, que los periodista­s españoles cubren desde fuera de la sala del tribunal.

Lo que está claro es que Da‐ niel Sancho nunca se lo ha puesto fácil a sus letrados, que han intentado socavar la acu‐ mulación de pruebas en su contra jugando al ataque, des‐ de el escaso margen dejado por las acciones de su cliente. “Daniel Sancho no sé salvaría ni con todas las teles de Espa‐ ña remando a su favor”, asegu‐ ra Ospina.

Calentar los platós españoles para un juicio tailandés, en de‐ finitiva, vale para algunas co‐ sas, pero no para otras.

Entre bambalinas del juicio Da‐ niel Sancho: Tailandia presen‐ ta caso contra la prensa espa‐ ñola

Luis Garrido-Julve. Koh Samui (Tailandia) El inicio del juicio de Daniel Sancho ha sido un circo de altura. Tailandia ha bloqueado la entrada a la pren‐ sa por falta de respeto Porque “caso mediático” no solo significa “resolucion­es ju‐ diciales”, sino publicidad (bue‐ na o mala) para los bufetes im‐ plicados. Preguntado sobre por qué aceptó un caso que está pa‐ gando de su bolsillo y no es barato (a instancias de poder cobrar algún día una indemni‐ zación), Juanjo Ospina ofrece varios motivos sobre su impli‐ cación. "Para hacer justicia" y porque “una experienci­a judi‐ cial así no la vuelvo a tener en la vida”. Pero también para "posicionar al bufete". Ospina no esconde, en definitiva, que también buscaba ponerse en el candelero: “No éramos aje‐ nos al interés mediático del caso”.

Dicho lo cual… "El juicio mediá‐ tico es malísimo para las par‐ tes. El único veredicto impor‐ tante aquí es el tailandés, el juicio paralelo de los medios en España solo es humo", zan‐ ja Ospina.

Vamos camino de confirmar nuevamente que el camino del infierno está empedrado de buenas intencione­s, sobre to‐ do en políticas públicas. De momento, lo que sí se ha ace‐ lerado es la fuga de inmuebles hacia el alquiler de temporada. En Barcelona supone ya el 30% del parque total. Y subiendo.

Dos de cada tres alquileres en España están inflados: este mapa te dice cuánto deberías estar pagando

Miguel Ángel Gavilanes Utilice los botones para observar la diferencia de precios entre el mercado y lo recomendad­o por el Gobierno o el importe aconsejado para un piso de determinad­as caracterís­ticas según la zona.

La ampliación del listado de municipios con el

alquiler in‐ tervenido por parte de la Gene‐ ralitat es una medida precipita‐ da y responde a criterios úni‐ camente electorali­stas.

Eso no quiere decir que el pro‐ blema no existe. Existe, vaya si existe. Y no afecta únicamente a los lugares con alta densidad de población.

El auge del turismo en todas sus modalidade­s ha provoca‐ do también escasez de vivien‐ da de alquiler permanente en muchos municipios que ahora se incorporan a este nuevo de‐ creto.

Política de vivienda, diagnosis de un fracaso en Cataluña y en toda España

Marcos Lamelas. Barcelona Hace décadas que España y Cataluña carecen de una ver‐ dadera política de vivienda, de manera que lo que fueron acti‐ vos residencia­les se han con‐ vertido hoy en activos financie‐ ros

Pero los experiment­os hay que hacerlos con gaseosa. Y evi‐ tarlos si antes han salido mal en otros sitios. En este senti‐ do, la experienci­a internacio­nal ya demuestra que el interven‐ cionismo del parque de alqui‐ ler privado acaba por estrangu‐ lar la oferta, provocando gra‐ ves perjuicios (menos vivienda disponible, encarecimi­ento y mercado negro).

Pero, aun obviando lo sucedi‐ do en otros lugares, la Genera‐ litat hubiera podido aguardar igualmente la evolución y los efectos de la intervenci­ón del mercado practicada en los pri‐ meros 140 municipios para, con datos fiables y oficiales en la mano sobre la bondad o no de la medida, ampliarla o recti‐ ficarla pasado un tiempo. En lugar de eso, Aragonès ha optado por el electorali­smo ramplón: ¡hay que dar titulares, que estamos en campaña! "Ahora es la clase trabajador­a la que no puede acceder a una vivienda, no solo las rentas ba‐ jas"

E. Sanz Defiende el derecho a la propiedad privada, apuesta por los incentivos al sector pri‐ vado para construir vivienda asequible y se muestra contra‐ rio al control de los alquileres porque disminuye la oferta y empobrece a la clase trabaja‐ dora

Esperemos que pasado el pe‐ riodo electoral la Generalita­t actúe y se atreva a rectificar. Si todas las políticas públicas de‐ ben evaluarse, no hacerlo con esta, y mantenerse prisionera del prejuicio ideológico o de la bondad de una iniciativa solo porque el papel la soporta, se‐ ría imperdonab­le. Los datos de evolución del precio del alqui‐ ler y, sobre todo, del número de viviendas disponible­s van a ir conociéndo­se en tiempo real. Así que, es de esperar, que la precipitac­ión al menos pueda compensars­e con la rectificac­ión si se cumplen los peores augurios.

Y mientras tanto que se cons‐ truya. Porque lo que se necesi‐ ta de verdad no son paños ca‐ lientes, sino un parque de vi‐ vienda pública de alquiler lo suficiente­mente dotado de uni‐ dades para equilibrar mínima‐ mente la oferta y la demanda. Mientras tanto, todo lo demás no van a ser más que salvas. Claro que dar ese paso signifi‐ ca apostar por la política a lar‐ go plazo. Y no es que llevemos décadas parados, es que ni si‐ quiera hemos empezado a cambiar de paradigma más allá de las palabras y los titula‐ res cuando se acercan eleccio‐ nes.

¿Largo plazo? ¿Acaso da votos el largo plazo? Pues eso.

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