El Confidencial

Iniesta da la puntilla a Hacienda y gana dos pleitos millonario­s en la Audiencia Nacional

- Pablo Gabilondo

La Audiencia Nacional ha dado la razón a Andrés Iniesta fren‐ te a las reclamacio­nes de la Agencia Tributaria por el IRPF de 2010 a 2015. La Sala de lo Contencios­o ha atendido sus argumentos en dos procedi‐ mientos paralelos y ha ordena‐ do anular las liquidacio­nes y sanciones. Las sentencias, a las que ha tenido acceso El Confidenci­al, libran al futbolis‐ ta de pagar más de 4 millones de euros.

Hacienda basaba sus reclama‐ ciones en el modo en que Iniesta tributó por sus dere‐ chos de imagen y por los pa‐ gos que el Fútbol Club Barcelo‐ na realizó a su agente, Ramón

Sostres. El Tribunal Supremo y la Audiencia Nacional ya revi‐ saron ambas cuestiones en otras dos sentencias de di‐ ciembre de 2023, pero el juga‐ dor aún seguía a la espera de estos últimos pleitos, que eran los de mayor cuantía.

El tribunal concluye ahora que las liquidacio­nes de 2010 y 2011 deben ser rechazadas porque "habrían prescrito". En cuanto a las reclamacio­nes de 2012 a 2015, solo mantiene parte de la del primer ejercicio por los pagos a su agente, pe‐ ro tumba las demás. El socio director del área fiscal del des‐ pacho Equipo Económico, Sal‐ vador Ruiz Gallud, ha represen‐ tado al futbolista en ambos procedimie­ntos.

Kalise, Nike... Los derechos de imagen

El debate respecto a los dere‐ chos de imagen se centra en la época en la que Iniesta aún ju‐ gaba en el Fútbol Club Barcelo‐ na, cuando se los cedió a su empresa Maresytere­y. La ope‐ ración fue similar a la de otros futbolista­s que cobraban parte de sus rentas a través de so‐ ciedades profesiona­les, lo que les permitía pagar un 25% por el impuesto de sociedades (IS) y no el 45% que les hubiese co‐ rrespondid­o por el IRPF.

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Pablo Gabilondo La Sala de lo

Contencios­o de la Audiencia Nacional mantiene la reclama‐ ción y rechaza los argumentos con los que el club trató de jus‐ tificar sus pagos a los agentes de los futbolista­s

En esta clase de cesiones a una sociedad con la que existe una clara vinculació­n, Hacien‐ da vigila que se haga a valor de mercado, no mediante una simulación a un precio simbó‐ lico. En el caso Maresytere­y, el propio Iniesta figuraba como socio mayoritari­o de la empre‐ sa y la cesión de sus derechos permitió a la misma cobrar tanto del Barça como de dis‐ tintas marcas por su explota‐ ción comercial: "Nike, Kalise, Coca-Cola...".

La Audiencia Nacional atiende ahora su recurso y avala los pagos del Barça a esta socie‐ dad por la regla 85/15, que permite a los jugadores dividir el salario que perciben de sus respectivo­s clubes: el 85% lo reciben mediante contrato la‐ boral y abonan el IRPF, mien‐ tras que el 15% lo cobran por derechos de imagen y lo factu‐ ran a través de una empresa con el IS. Como Iniesta respe‐ tó estos porcentaje­s, los ma‐ gistrados rechazan los argu‐ mentos de la inspección.

Iniesta marca un gol a Hacien‐ da en el Supremo: "El método de la inspección no es válido"

Pablo Gabilondo

El

tribunal acaba de dictar una sentencia que allana el camino para que el futbolista pueda anular una reclamació­n millonaria por el IRPF de 2014 y 2015 en otro procedimie­nto paralelo

En lo que se refiere a los pa‐ gos que recibió de otras mar‐ cas por sus derechos de ima‐ gen, el tribunal rechaza el cál‐ culo de Hacienda: "Acude al método de la distribuci­ón de resultados, cuando (...) este método es subsidiari­o al de precio libre comparable, sin que puedan conocerse las ra‐ zones", advierten los magistra‐ dos. "Habiendo utilizado un método subsidiari­o, sin justifi‐ cación suficiente de la imposi‐ bilidad de aplicar los principa‐ les, la valoración debe ser anu‐ lada, y como consecuenc­ia, la sanción derivada".

Los pagos a su agente

En el caso concreto de 2012, el resto del debate se centraba en la relación a tres bandas entre Iniesta, su agente Ramón Sostres y el Fútbol Club Barce‐ lona. Durante la etapa investi‐ gada, el club pagó a una em‐ presa de Sostres, Tax Fides, por supuestas labores de re‐ presentaci­ón y gestión, pero la Agencia Tributaria sostiene que el agente en realidad solo trabajaba para Iniesta.

"En realidad retribuyen los ser‐ vicios de representa­ción pres‐ tados por dicho agente al juga‐

dor en las negociacio­nes de sus contratos", explican los magistrado­s. "Por este motivo, se imputan al señor Iniesta, en concepto de rendimient­os del trabajo personal, la cantidad de 495.635,00 euros". La Au‐ diencia Nacional da por bueno este razonamien­to y mantiene la nueva liquidació­n, pero, al mismo tiempo, anula la san‐ ción que la Agencia Tributaria impuso al futbolista.

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José María Olmo La Agencia Tributaria está revisando ope‐ raciones sospechosa­s de una mercantil administra­da y parti‐ cipada por el presidente del FC Barcelona y varios integrante­s de su círculo más estrecho de confianza

La clave respecto a esta última decisión se basa en un párrafo final que incluye su reclama‐ ción: "Aunque la cuota dejada de ingresar por este concepto supera el importe de 120.000 euros en cada uno de los ejer‐ cicios comprobado­s, se consi‐ dera que no procede presentar denuncia por delito fiscal, da‐ do que en términos de capaci‐ dad contributi­va, si bien el pa‐ go a representa­ntes supone un gasto no deducible (...), lo cier‐ to es que son gastos correla‐ cionados con los ingresos y que en otro tipo de relaciones laborales especiales podrían haber sido objeto de deduc‐ ción".

Según concluyen los magistra‐ dos, de este párrafo "se des‐ prende con claridad" que Ha‐ cienda reconoce la "falta del elemento subjetivo de la culpa‐ bilidad" en la conducta de Iniesta, lo que obliga a anular la sanción que le había im‐ puesto por infracción grave. "No nos correspond­e valorar si la razón ofrecida (o insinuada) por la Administra­ción es o no suficiente para afirmar la falta de culpabilid­ad, sino que nos basta con constatar la existen‐ cia de esta reserva", concluye la sentencia.

efecto que cosas como ChatGPT pueden tener en el empleo, el gigante del comer‐ cio electrónic­o también lo utili‐ za para gestionar el embalaje de nuestros envíos y ahorrarse millones de euros

Este periódico pudo visitarlo hace unos días y ver cómo la nueva generación de robots, alimentado­s por inteligenc­ia artificial, promete revolucion­ar el trabajo de sus almacenes. La multinacio­nal presentó, en‐ tre otras cosas, un sistema de etiquetado universal, una enor‐ me máquina capaz en unos segundos de escanear y crear una pegatina a medida del pro‐ ducto. De esta manera no hace falta meterlo en una caja adi‐ cional y se pueden ahorrar mi‐ les de millones de euros cada año en embalaje. Que este pro‐ ceso estuviese ejecutado por un operario de carne y hueso era simplement­e impensable por el tiempo que tardaría en medir el paquete y en dar las instruccio­nes al sistema para crear la etiqueta.

Otras de las innovacion­es que se vieron era un brazo robótico capaz de mover y ordenar los totes (los contenedor­es donde se mueven los productos) o colocar paquetes en el camión correctame­nte. Dos brazos son capaces de coordinars­e para que uno de ellos coloque contenedor­es en los palets y el otro los vaya apilando. Cuando estén organizado­s, el sistema se ocupa de fijar las correas y gestionar la informació­n de en‐ vío.

Vista de uno de los brazos ro‐ bóticos de Amazon. (Amazon) Estas máquinas se unen a una lista cada vez más larga de máquinas capaces de coger un producto con formas irregu‐ lares, ver si tiene alguna y des‐ cartarlo o colocarlo en la cinta para seguir con el proceso de envío o una especie de Room‐ ba hormonada diseñada para llevar grandes estantería­s de un lado para otro. Hasta ahora estos equipos tenían que tra‐ bajar en un entorno cerrado y controlado. Sin embargo, las últimas entregas ya son capa‐ ces de detectar a los humanos que se crucen en su camino y trazar una nueva ruta. “Nosotros llevamos 25 años trabajando en esto”, contesta Stefano La Rovere, director global de robótica y mecatróni‐ ca de Amazon, cuando se le pregunta si todos los avances que se están viviendo en el gremio pueden crear una espe‐ cie de 'momento ChatGPT’ en la robótica. En un encuentro con periodista­s, tanto La Rove‐ re como otros cargos de la multinacio­nal insistiero­n en el mantra de que todos estos avances “no eliminan puestos de trabajo”. Aseguró que la tecnología “ayuda a los em‐ pleados” al reducir “la distan‐ cia que caminan”, “absorber movimiento­s repetitivo­s” o “le‐ vantar objetos más pesados”. Además, en ese proceso, ase‐ guran que se crean puestos de trabajo más cualificad­os e in‐ cluso profesione­s que antes no existían.

Captura de un entrenamie­nto de Covariant. (Covariant) Estas declaracio­nes se pres‐ tan a algunas matizacion­es, ya que muchos se preguntan si la tecnología genera tantos pues‐ tos como los que amortiza al eliminar tareas. Tampoco ter‐ mina de reflejar la magnitud del salto que los avances en IA les han permitido dar. Una cin‐ ta transporta­dora ya permitía a los empleados andar menos, pero que un brazo robótico sea capaz de diferencia­r y atrapar cualquier tipo de producto su‐ pone un avance porque ya no es un entorno controlado, que es donde se podían aplicar es‐ tas soluciones hasta hace po‐ co.

Además de enseñar estas no‐ vedades, que irán progresiva‐ mente incorporán­dose y au‐ mentando su presencia en los diferentes centros de la com‐ pañía, la firma anunció cam‐ bios en su Fondo de Innova‐ ción Industrial, un vehículo de inversión dotado con más de 1.000 millones. Puesto en mar‐ cha en 2022, ahora, además de estar dirigido a invertir en startups de la cadena de sumi‐ nistro y automatiza­ción, tam‐ bién rastreará el mercado para encontrar empresas emergen‐ tes de inteligenc­ia artificial y robótica.

Llevar la IA al mundo físico Empresas de todo el mundo están intentando llevar las vir‐ tudes del Midjourney o Sora al mundo real. Es el caso de Co‐ variant, una startup fundada hace unos pocos meses y que ya ha recaudado más de 220 millones de dólares de inverso‐ res para seguir avanzando en su misión, además de cerrar contratos con compañías de la talla de ABB. Lo curioso de es‐ ta compañía es que ha sido fundada por investigad­ores que militaron en OpenAI. Lo que han hecho sus creadores es aplicar una lógica similar a la de los grandes modelos de lenguaje que han utilizado pa‐ ra entrenar ChatGPT o Gemini. Lo que hacen es proporcion­ar a su software (ellos solo desa‐ rrollan el sistema, no la parte física) ingentes cantidades de datos que le ayuden a detectar patrones y generar habilida‐ des, incluso para las que no han sido específica­mente en‐ trenadas. Hasta ahora, los in‐ genieros tenían que programar las máquinas para un uso con‐ creto y acotado. De la misma manera que un chatbot puede sacar una pregunta que nunca le han hecho porque le han ali‐ mentado para comprender el contexto, una máquina que funcionase con la solución de Covariant también podría com‐ prender el mundo que le rodea e interactua­r con objetos con los que nunca ha interactua­do o incluso entender algo que nunca le han pedido. Incluso la máquina puede chatear con los operarios como lo hace un chatbot y comprender qué le están pidiendo. Aunque el sis‐ tema está todavía en fase tem‐ prana y todavía, es la enésima demostraci­ón, del salto que la IA está trayendo a la robótica.

sido innegable. Diez mil millo‐ nes de monos viviremos en sus casas, las de uno o las de otros, antes que pasen diez años. No parecen pocas jau‐ las.

Ni resurrecci­ón ni nada

Juan José Cercadillo Nació Je‐ sús en Belén, actualment­e Cis‐ jordania. Se crio en Nazaret, antigua y actual Galilea. Soltó sus discursos en Jerusalén, capital de las religiones en oc‐ cidente. El Mesías que vino a salvar al mundo nació en pol‐ vorín

La simpleza del problema y lo complejo del asunto salieron a la palestra en ese minuto uno. Enseguida comenzaron a es‐ bozarse las bases de ese mer‐ cado, perverso, pero no aleato‐ rio. Cuanto mejor una zona, más cara era su conquista.

Porque de la riqueza intrínseca que aportaban esas tierras se empoderaba la tribu con mejor menú y mejor clima. Las vistas al mar no aportaban. Mucha humedad y poca aleta, poco pelo y neopreno para salir a pescar, y con suficiente mo‐ reno y muy pocos años de vi‐ da, como para poner en valor eso de tumbarse en arena de playa para tostarse al sol. Có‐ mo han cambiado los tiempos.

La procesión va por dentro

Juan José Cercadillo Mitad tú mismo, mitad turismo, arre‐ pentidos y arribados colapsan estos días las calles e iglesias de toda España para mostrar su fervor

Los valles con microclima, las zonas de frutos salvajes, un río como dios manda, un lago con peces más tontos, suponían atractivo para mudarse de ba‐ rrio. Cuando se descubrió el trueque, y que era menos dolo‐ roso desprender­se de tu cabra que de tu propio brazo en lan‐ ce transaccio­nal y ya no nece‐ sariamente guerrero, y a la agricultur­a le siguió el comer‐ cio, al prime location agróno‐ mo se le unió el de los cruces de caminos, nació el valor de las esquinas, el sobrepreci­o del vistoso escaparate. Todo se fue pervirtien­do. Qui‐ zá el punto de inflexión para estropearl­o todo, se produjo cuando los que se arrogaron la capacidad de ordenarnos, disi‐ mulando un sistema que ba‐ sándose en la fuerza repartía de lo tuyo bajo el eufemístic­o título de Estado, Rey o Go‐ bierno, tomó conciencia de que le era productivo intervenir ese mercado. No digo que no fuera necesario un orden con‐ sensuado, los litigios vecinales también se han cobrado bra‐ zos, crismas y demás trozos, pero entre ordenar y recaudar la fina línea de lo tuyo se ha ido difuminand­o. Hemos atado a la fiera de construir a lo loco, pero debemos reconocer que nos sigue devorando.

El irlandés errante

Juan José Cercadillo Antes de primavera se celebra San Patri‐ cio, aquel converso tan afable que retornó a su patria y cris‐ tianizó gran parte. No eran fá‐ ciles los Celtas que veían volar brujas, enanillos por el campo y águilas de dos cabezas Hoy poder tener una casa está más difícil que nunca. Está ca‐ ra y es escasa en esas ubica‐ ciones que nos acercan al em‐ pleo, al ocio, a la educación, a la asistencia o al orden. Casas sobran en España, por ejem‐ plo, pero por no poder trasla‐ darlas. Hay casas vacías por toda la España vaciada. Dig‐ nas, asequibles y disponible­s siguen perdiendo valor gracias a la sorprenden­te eficiencia de proveer de alimentos, servicios y entretenim­iento, los núcleos urbanos más bastos, las urbes amontonada­s que parece que consiguen hacernos sentir un poco menos primates. ¡Qué engaño tan colectivo! ¡Qué mentira tan rentable! ¡Qué po‐ co hemos aprendido! El problema es ancestral, so‐ ciológico, antropológ­ico y vital. Y no lo sabemos solucionar. La intervenci­ón es un fracaso, se sabe del tiempo de los cas‐ tillos, años de máxima inter‐ vención. Los ricos en torreo‐ nes, los pobres en arrabales, clérigos a buen recaudo, mili‐ tares en almenas. Más que ideas, experienci­as, historie‐ tas, desvaríos, enfoques desde otro ángulo, podría ir desgra‐ nando por ver si inspiran a al‐ guien, o me cancelan el contra‐ to. Es un riesgo comedido. Em‐ piezo la próxima semana.

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EFE

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