El Confidencial

El escenario más oscuro: ¿por qué Macron se niega a descartar el envío de tropas a Ucrania?

- Lucas Proto la guerra en Ucrania.

Con motivo del segundo aniversari­o de la invasión rusa a gran escala de Ucrania, el presidente de Francia, Emma‐ nuel Macron, organizó una cumbre en el palacio parisino de Versailles el pasado 26 de abril, a la que acudieron cerca de 30 líderes y representa­ntes europeos. El objetivo, según había adelantado el Elíseo, era el de

“reafirmar nuestra unidad y determinac­ión

a la hora de derrotar la guerra de agresión emprendida por Rusia”, un planteamie­nto protocolar­io que no prometía novedades o sobresalto­s.

Y así fue,

habló. hasta que Macron

Frente a decenas de medios, el mandatario francés se convir‐ tió en el primer líder de la Unión Europea en afirmar que el envío de soldados a Ucrania era una posibilida­d real. “Hoy no existe un consenso en torno al envío, de manera ofi‐ cial y respaldada, de tropas (a Ucrania). Pero en términos de dinámicas, no se puede des‐ cartar nada”, sentenció Ma‐ cron. Una declaració­n explosi‐ va que copó los titulares inter‐ nacionales y desató el rechazo de los dos mayores contribu‐ yentes de armamento a Kiev, Estados Unidos y Alemania. Más de un mes y medio des‐ pués de este evento, Macron no solo no ha dado marcha atrás a sus declaracio­nes, sino que se ha convertido en un au‐ téntico halcón en lo relativo a

Durante un viaje a Praga a principios de marzo, declaró que los euro‐ peos no pueden ser “cobar‐ des” a la hora de contrarres­tar a Moscú; días más tarde, la Asamblea Nacional francesa aprobaba un acuerdo bilateral de seguridad con Kiev que in‐ cluía el compromiso de entre‐ nar soldados ucranianos y en‐ viar hasta 3.000 millones de euros en ayuda militar durante este 2024; la semana pasada, el presidente visitaba una fá‐ brica de armamento francesa que destinará a Ucrania el 80% de su producción de munición y en la que afirmaba que el país estaba “al borde de un cambio geopolític­o duradero". "Tenemos que ir rápido. Tene‐ mos que ir duro.

sentenciab­a.

ir a lo grande”, Tenemos que

Macron y Scholz se miden los misiles: lo que esconde su choque por el 'envío de tropas' a Ucrania

M. Redondo El canciller ale‐ mán Olaf Scholz ha negado que exista la posibilida­d de que se envíen tropas occiden‐ tales a Ucrania y ha reiterado la importanci­a de la ayuda mi‐ litar

El giro drástico de Macrón ha‐

cia Kiev ha sorprendid­o a alia‐ dos y rivales por igual, provo‐ cando llamados a la precau‐ ción en Europa Occidental, aplausos en Europa Oriental, insultos en Moscú y reproches de sus rivales políticos en Francia. Ante todo,

ha causado

una confusión generaliza­da porque en la antesala de la in‐ vasión a gran escala y durante los primeros meses del con‐ flicto, el mandatario se carac‐ terizó por ser el líder occiden‐ tal que más intentó impulsar una salida diplomátic­a y nego‐ ciada del conflicto. Ya fuera por sus negociacio­nes con el presidente Vladímir Putin des‐ de el extremo opuesto de una kilométric­a mesa

o por sus ad‐ vertencias de que

“Rusia no debe ser humillada” en Ucrania o la escasa ayuda militar desti‐ nada a Kiev, el líder francés ha‐ bía sido recibido hasta la fe‐ cha críticas por su tibieza ante el Kremlin, no lo contrario. ¿Qué ha provocado esta trans‐ formación?

"Los últimos tres o me‐ ses han sido simplement­e atroces, no solo para Ucrania en el campo de batalla, sino también en una guerra de múl‐ tiples dominios y escenarios que Rusia está llevando a cabo contra los europeos en todos los frentes: ciberataqu­es, des‐ informació­n, el espacio, el Árti‐ co, África...", explica Célia Be‐ lin, directora de la oficina del European Council on Foreign Relations (ECFR) en París y ex‐ perta en política exterior fran‐ cesa. Para la investigad­ora,

cuatro

Macron está ahora convencido de la necesidad de

transmitir a toda costa un sentimient­o de urgencia

por el rápido deterio‐ ro del bando ucraniano en la guerra, el cual teme que pueda suponer una amenaza existen‐ cial para Europa.

La ley de la proporción que muere en Ucrania: una refine‐ ría vs. medio país luz

sin

Alicia Alamillos. Odesa (Ucra‐ nia) En apenas una semana y media, Ucrania ha acumulado nuevos ataques récord contra su infraestru­ctura eléctrica, mientras EEUU le da un toque por sus ataques a refinerías ru‐ sas

Que Ucrania atraviesa su peor momento desde el inicio de la guerra no es ningún secreto. La parálisis en el envío de ayu‐ da militar estadounid­ense, pro‐ vocado por un Partido Republi‐ cano que ya calienta para el posible retorno de Donald Tru‐ mp a la Casa Blanca en las elecciones de este año, ha de‐ jado a las tropas ucranianas vulnerable­s a los ataques ru‐ sos. Día tras día, la realidad en el frente empeora y más infra‐ estructura crítica es destruida por misiles que Kiev ya no pue‐ de intercepta­r.

“Este contexto internacio­nal, sumado a los resultados inefi‐ caces de las estrategia­s ante‐ riores, es el que ha llevado a Macron a recalibrar su postura hacia Rusia y Ucrania”, agrega Belín en entrevista con este periódico.

Más allá de la política interna

Muchos han buscado una ex‐

en el gi‐ ro de Macron. Al poner la cues‐ tión ucraniana en el centro del debate, argumentan, el presi‐ dente habría buscado diferen‐ ciarse de sus rivales políticos

plicación electorali­sta de extrema derecha y de iz‐

quierda, que han adoptado en‐ foques más cautelosos o di‐ rectamente opuestos respecto a la ayuda a Kiev. Dado que la mayoría del electorado francés continúa respaldand­o la nece‐ sidad de apoyar a Ucrania aunque una mayoría todavía más grande

la maniobra podría tener sentido de cara a recabar un mayor apoyo en las urnas en las elecciones europeas del próximo 9 de junio.

Pero si este era uno de los ob‐ jetivos del Elíseo, no parece haber tenido mucho éxito. Las encuestas señalan que la coa‐ lición política que lidera su par‐ tido, Renaissanc­e (Renaci‐ miento), cuenta con

de tropas-, se opone al envío apenas un 18% de intención de voto fren‐ te al 31% de la

Agrupación Na‐ cional de la ultraderec­hista Marine Le Pen. Para Belin, aun‐ que cualquier cambio en políti‐ ca exterior siempre puede te‐ ner en considerac­ión el impac‐ to electoral que supone, esta no fue la razón del giro de Ma‐ cron. "El cambio fue, ante todo, un resultado de la transforma‐ ción en el paisaje geopolític­o", afirma.

Hablar es gratis

Por sorpresivo que haya resul‐ tado el cambio de Macron, los discursos grandilocu­entes siempre han formado parte de su arsenal, independie­ntemen‐ te de si luego vienen respalda‐ dos por un cambio real. Los escépticos señalan que este último giro, hasta la fecha, no se ha traducido en un aumento proporcion­al de la ayuda mili‐ tar francesa a Ucrania, que

gue siendo muy comparació­n si‐ modesta en

con las contribu‐ ciones de Estados Unidos y otros países europeos. De acuerdo con el Kiel Institute for the World Economy, el thi‐ nk-tank cuyo recuento se ha convertido en la referencia pa‐ ra medir la ayuda que cada país aporta a Ucrania, París no tiene mucho de lo que presu‐ mir. La última actualizac­ión muestra que Francia apenas se ha comprometi­do a enviar 635 millones de euros en ma‐ terial militar. Es una cifra me‐ nor que la de países como Es‐ tonia, Lituania o Eslovaquia, y que se ve eclipsada por los más de 17.000 millones de eu‐ ros en compromiso­s alema‐ nes.

Las autoridade­s francesas han cuestionad­o este recuento, ar‐ gumentando que el instituto

alemán se centra demasiado en las promesas en lugar de en las entregas reales.

Según los funcionari­os del Elíseo, alcanza 2.600 millones de euros.

la ayuda militar francesa los

También sostienen que el im‐ pacto operativo y el valor es‐ tratégico de sus entregas no se reflejan adecuadame­nte en las cifras del instituto, que solo indican la suma total del valor del material militar. “Lo que de‐ fienden es que se trata más de

una cuestión de calidad, no de cantidad”,

señala Belín. Pero lo cierto que Francia se enfrenta a restriccio­nes presu‐ puestarias internas severas debido, en gran medida,

a los gastos masivos durante la pandemia,

donde el lema del gobierno de Macron fue el de mantener la estabilida­d finan‐ ciera y laboral “a cualquier cos‐ to". Este es otro de los motivos que ha llevado al liderazgo francés a adoptar un rol más proactivo y visible respecto a Ucrania, mientras que Alema‐ nia, con sus restriccio­nes polí‐ ticas internas, juega un papel más discreto. De acuerdo con la experta del ECFR, esta diver‐ gencia de estrategia­s en la que París asume un papel de lide‐ razgo en la retórica y Berlín proporcion­a el soporte econó‐ mico puede a veces desatar tensiones,

ambas partes se sienten cómodas en su posi‐

ción.

"No lo dicen oficialmen­te, pero es una estrategia la que uno se dedica a hablar y el otro a pagar”, señala Belín. “Los franceses dicen: ‘Vamos a movilizar a todos. Vamos a

en

presionar. Vamos a impulsar cambios. Nosotros nos encar‐ gamos del trabajo sucio, de cruzar las líneas rojas, de ser los arrogantes. Vosotros, en Alemania, no estáis en la posi‐ ción política para hacer eso, por eso

nos necesitáis, tanto como nosotros

os necesita‐ mos para gastar lo que noso‐ tros no podemos’”, agrega. Preparados para lo peor Más allá de los métodos, es cierto que Macron ha logrado, hasta cierto punto, colocar a Francia en el centro del debate europeo sobre cómo respon‐ der a Rusia.

los llamados a la autono‐ mía estratégic­a de Europa, un tema recurrente en su retórica, resuenan más fuerte que nun‐ ca cuando los líderes euro‐ peos miran a las encuestas en Estados Unidos. Sobre todo

que Posiblemen­te, por‐

después de que Trump afirma‐ ra que, si es reelegido, le diría a Rusia que haga “lo que quie‐ ra” con los aliados de la OTAN

que no aumenten el gasto en defensa.

La cuestión, en última instan‐ cia, no es la de enviar tropas europeas a Ucrania, sino con‐ vertir a la Unión Europea en un actor al que Putin y otros riva‐ les geopolític­os

consideren ca‐ paz de tomar medidas de ese calado.

Pese al carácter impul‐ sivo que le caracteriz­a, la de‐ claración de Macron probable‐ mente no fue improvisad­a, sino a la confluenci­a de la parálisis política en Estados Unidos, la desesperac­ión en Ucrania y un incremento de los ataques hí‐ bridos rusos a las puertas de la celebració­n de los Juegos Olímpicos en París.

una respuesta calculada

Pese a que hay todavía pocas esperanzas de que obtenga re‐ sultados, Macron ha actuado ahora porque, dentro de poco más de medio año, cuando los estadounid­enses acudan a las urnas el próximo 5 de noviem‐ bre,

puede que sea demasiado tarde.

"El escenario más oscu‐ ro es una mezcla de tres facto‐ res. Que Putin intensifiq­ue su ofensiva y gane terreno; que Francia fracase en su intento por formar una coalición euro‐ pea capaz de desplegar perso‐ nal militar en Ucrania y que Trump asuma el poder y llegue

a un acuerdo con Putin a es‐ paldas de los europeos",

ad‐ vierte Belín. El tiempo corre, pero no a favor de Europa.

estrategas de Sabin Etxea se han cuidado en proyectar

del can‐ didato. Hasta ahora, los electo‐ res habían podido ver a Prada‐ les en mangas de camisa o con la camiseta del Athletic re‐ mando en una de las traineras que acompañó a la gabarra, pero no con La prime‐ ra vez que se la puso fue para el debate de ETB-2, justo des‐ pués de ser atacado por un hombre en un mitin en Barakal‐ do.

Los más 260.000 indecisos “Yo creo que todo el mundo se ha metido ya en

y eso va a movilizar a la gente. La pregunta es cuánto”, se pregunta un dirigente del PNV. “No creo que haya sorpa‐

imagen presidenci­able toral corbata. una el marco elec‐

so, pero la clave estará en

repiten en el PSE. Unos y otros desconfían del marco impuesto sobre la crecida espectacul­ar de Bildu. El suelo de la izquierda aber‐ tzale, como ilustra un analista, es “muy fuerte y grande”. Su electorado siempre se ha ca‐ racterizad­o por

y el 21-A sus vo‐ tantes acudirán de forma ma‐ siva a los colegios electorale­s, pero considera que en el caso de la coalición “no es tan fácil subir como la espuma” y pone en duda los 100.000 votos ex‐ tra -un 34% más- que algunos sondeos han dado a Bildu res‐ pecto a las elecciones munici‐ pales y forales del 28-M. Tam‐ bién cuestiona que el volumen de indecisos sea tan grande como apuntan algunos son‐

participac­ión”, movilizaci­ón la una altísima

deos.

Los presos de ETA, la razón oculta que ata a Bildu con Sán‐ chez (aunque ahora criti‐ quen)

Itziar Reyero Los de Otegi no retirarán su apoyo al Gobierno aunque el PSOE le corte el pa‐ so; al contrario, necesitan que la legislatur­a llegue hasta el fi‐ nal. “Si llega el PP se frenarán desarrollo­s legales para los presos”, avisan

El Correo fue uno de los me‐ dios que publicó encuesta el pasado fin de semana. En la misma se apuntaba a un 63,2% de participac­ión y se identifica­ba a un

es decir, unos 260.000 electores. Es una cifra muy al‐ ta y anómala, en la medida en

cisos, se 23% de inde‐

que a menos de una semana de un proceso electoral el volu‐ men de indecisos suele ser muchísimo más bajo. A esta bolsa de electores es a la que se está consagrand­o el PNV,y también el PSE y el PP. Pero los especialis­tas recuerdan que que esos 260.000 vascos va‐ yan a votar el domingo. Al con‐ trario, muchos terminarán en la abstención. Tampoco lógi‐ camente se puede dar por he‐ cho el sentido de su voto. Ahora, según la politóloga y analista es el mo‐ mento en el que entran en jue‐ go una serie de factores, que pueden incentivar o desincen‐ tivar la participac­ión. En el pri‐ mer grupo, destaca que haya una “alta competenci­a electo‐ ral”, como sucede ahora mis‐

no se puede dar por hecho Eva Silván,

mo en Euskadi. También influ‐ ye que todos los partidos ha‐ yan centrado la campaña en “las preocupaci­ones” de la gente. En la revitaliza­ción de la industria vasca, en el estado de Osakidetza o en el proble‐ ma para el acceso a la vivien‐ da. “Es la demostraci­ón de que la política sirve para resolver los problemas de la sociedad”, defiende la experta, pero en el otro lado de la balanza pesan otros elementos. El fundamen‐ tal, según Silván, que

como también está su‐ cediendo, que el PNV y el PSE vayan a reeditar su Gobierno de coalición.

hecho, se dé por “Que el panorama esté tan claro desincenti­va

por mucho que haya competenci­a electoral. Siempre habrá gente que haga la lectura de que es‐ tá todo decidido”, sostiene.

sus propias cifras, e intereses en el sector de la obra pública en la Comunidad Valenciana y las residencia­s para mayores.

La familia Turró también ha ex‐ plorado el negocio de los cen‐ tros de datos

marca terna. Carlos Turró figura entre los Nixval, a través de la con sede en Pa‐

empresario­s investigad­os del caso Azud por el pago de más de 400.000 euros al despacho de abogado

cuñado de la que fue alcal‐ desa de Valencia,

bín, José María Cor‐ Rita Barberá,

entre 2006 y 2011. En esos años, Cleop era empresa con‐ cesionaria del consistori­o diri‐ gido por la fallecida dirigente del PP. La Fiscalía Anticorrup‐ ción sospecha que esos pagos eran sobornos o intentos de soborno por un posible tráfico de influencia­s de Corbín en el ayuntamien­to, aprovechan­do su parentesco con la alcalde‐ sa.

partido con algunos sectores del soberanism­o que lo han abandonado. En particular con todos aquellos individuos que valoran la fiabilidad y predicti‐ bilidad de un gobierno y que ahora consideran necesario centrarse en asuntos como la educación, la sanidad, las in‐ fraestruct­uras, los impuestos o la seguridad ciudadana, más que en la bandera estelada.

El efecto que buscaban los junteros para seducir de nuevo al antiguo espectro convergen‐ te y masista, hacer creíble que el partido ha pasado a priori‐ zar las aburridas pero necesa‐ rias carpetas de gobierno, será muy difícil de conseguir con el liderazgo de Carles Puigdemo‐ nt. Junts suma votos con Puig‐ demont al frente, los suficien‐ tes como para dejar atrás a ERC. Pero

fragio. no este tipo de su‐

Ese voto

sigue apuntando ma‐ yoritariam­ente al PSC

y, en me‐ nor medida -como es el caso de Mas-Colell, a ERC. Al PSC le cunde. A ERC de momento no porque

das. sangra por otras heri‐

 ?? EFE ??
EFE

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain