El Confidencial

El 21-A y el "Ven y cuéntalo" de Rosa Díez y de Antonio Mingote

- José Antonio Zarzalejos Hace treinta años, en 1994, consejera socialista en el

sa Díez,

Gobierno de coalición PNV-PSE bajo la presidenci­a del recienteme­nte fallecido Jo‐ sé Antonio Ardanza, impulsó una iniciativa que en el País Vasco se juzgó necesaria, aun‐ que voluntaris­ta. Ella desem‐ peñaba (1991-1998) la cartera de Comercio, Consumo y Tu‐ rismo. Valoró, como lo hacían muchos, que la imagen del país no podía ser más trágica, más dramática y destructiv­a. Viajar a las capitales vascas desde el resto de España se percibía como una actividad de riesgo. Así que puso en marcha una

anclada en un mensaje breve y contundent­e:

keting cuéntalo!".

Ro‐

campaña de mar‐ "¡Ven y

Se trataba de que los foráneos visitasen los museos locales (el Guggenheim estaba ya en construcci­ón desde 1993), pa‐ seasen por las costas y playas extraordin­arias de Vizcaya y Guipúzcoa, hiciesen rutas cul‐ turales descubrien­do el gran patrimonio artístico del país, degustasen la gastronomí­a de la tierra y comprobase­n que la violencia no absorbía la reali‐ dad del País Vasco. La

y la limi‐ tada ilusión que despertó la campaña las destrozó, como era previsible, la banda terro‐ rista. Desde que se lanzase en los medios, este fue el sello de su terror: 1994, 13 asesinados; 1995, 18 asesinados; 1996, 5 asesinados; 1997, 13 asesina‐ dos y 1998, 6 asesinados. La mayoría de ellos perpetrado­s en el País Vasco. El PNV, en 1999, apartó el "¡Ven y cuénta‐ lo!" y lo sustituyo por el crípti‐ co

nuidad de Rosa Díez inge‐ "Euskadi, con mucho gus‐ to".

"Rosa Díez, consejera de Turis‐ mo del Gobierno vasco puso en marcha una campaña de imagen ingenua que Mingote desbarató con una viñeta" ¿Era compatible el "¡Ven y cuéntalo!" con esa tragedia constante, en la que medió, no se olvide, el brutal secuestro de José Antonio Ortega Lara

y

el secuestro y asesinato de Mi‐ guel Ángel Blanco? No lo era. Y fue el que en una viñeta publicada en ABC desmontó la campaña de imagen y devolvió a la realidad a la mayoría de los ciudadanos con buen juicio. El académico dibujó la escena de un asesi‐ nato consumado el 1 de junio de 1994 en una playa sobreim‐ presionand­o el lema "¡Ven y cuéntalo!" y añadiendo otro: "Si abres los ojos a la realidad, de‐ jarás de creer en las mentiras de siempre".

A Mingote le cayó una

De la propia Rosa Díez (de lo que después se arrepintió), apoyada por el Gobierno Vasco y de distintas instancias sociales vascas. Sin embargo, en 1996 todas se desestimar­on y la jueza impu‐ so las costas del proceso al Ejecutivo de Vitoria. La campa‐ ña de imagen había muerto al poco de nacer y, a la postre, sirvió más para un encendido debate sobre sus propiedade­s persuasiva­s que para la finali‐ dad que dijo pretender. En aquellos años era casi imposi‐ ble que determinad­as realida‐ des positivas del País Vasco se sobrepusie­sen a las

Antonio Mingote demandas civiles. lluvia de barba‐ ridades que perpetraba­n ETA.

Antonio Mingote, se había limi‐ tado a denunciar que el "¡Ven y cuéntalo!" era un error porque trataba de evadir la realidad vasca. Es seguro que Rosa Díez, ahora, está de acuerdo en esta apreciació­n. No así los nacionalis­tas. Iñaki Anasagas‐ ti, cuando falleció Antonio Min‐ gote en 2012, solo le recordó por su viñeta. En el PNV la tie‐ nen clavada en el corazón. "En el País Vasco se registra un proceso de normalizac­ión que mantiene el fingimient­o de que Bildu es una izquierda ho‐ mologable"

Cuando la imagen vasca re‐ montaba tras la renuncia al te‐ rror de ETA en 2011 y su diso‐ lución en 2018; cuando el País Vasco ofrece perspectiv­as dis‐ tintas y mejores; cuando, en fin, el turismo es ya una con‐ sistente fuente de ingresos, empleo e inversión, la irrupción protagonis­ta de la controver‐ sia sobre la naturaleza de aquella violencia (desde luego, terrorista) nos ha devuelto al pasado: la que hoy

podría ser la coalición ganadora de las elecciones vascas

(EH Bildu) sigue sin condenarla y sin re‐ conocer su carácter netamen‐ te criminal. Lo que demostra‐ ría, sencillame­nte, algo sabido, y es que, en el País Vasco, en medio de un lento y tuerto pro‐ ceso de normalizac­ión, persis‐ te el terrible fingimient­o de que el núcleo duro de Bildu -Sortu, el heredero de HB- se ha trans‐ formado en una izquierda ho‐ mologable a cualquiera otra. Y no es así: sigue manteniend­o todas las tesis que urdió ETA sobre un supuesto 'conflicto'.

No ha habido ese saneamient­o moral

que requiere el volver a empezar de las sociedades que han sufrido una traumáti‐ ca e injusta violencia que, ade‐ más, ha ido expulsando a de‐ cenas de miles de vascos de su propia tierra.

"En el País Vasco hay proble‐ mas comunes a otras comuni‐ dades, pero el peor de todos es que aún no ha hecho el due‐ lo por el terrorismo de ETA" Euskadi tiene

serios proble‐ mas de carácter social y eco‐ nómico,

algunos específico­s y otros compartido­s con el resto de España. Registra una crisis demográfic­a muy seria, el fun‐ cionamient­o de los servicios públicos se ha deteriorad­o (en especial, el Servicio Vasco de Salud), la delincuenc­ia común ha aumentado en toda la ga‐ ma de delitos sin que una poli‐ cía integral -la Ertzaintza- con casi ocho mil efectivos haya registrado los deseables nive‐ les de eficacia; también la ca‐ rencia de vivienda se percibe en el País Vasco, comienza a aparecer preocupaci­ón por la inmigració­n, la atracción de ta‐ lento es dificultos­a por el con‐ dicionante nacionalis­ta e iden‐ titario impuesto por cuarenta años del PNV en el gobierno, la educación primaria y secunda‐ ria renquea según el Informe Pisa y la comunidad se ha con‐ vertido en un territorio sin las infraestru­cturas de acceso a la altura de su capacidad econó‐ mica (la A-1 es insuficien­te, el aeropuerto de Loiu es evitable tanto cuanto se pueda y hasta dentro de muchos años, un quinquenio al menos, no llega‐ rá a las capitales vascas la al‐ ta velocidad ferroviari­a). Todo compatible con una

de la que no dis‐ ponen en ninguna otra comuni‐ dad autónoma, salvo en Nava‐ rra.

Que la sociedad vasca

ción pública financia‐ no haya hecho el duelo del terrorismo de ETA

(que no lo ha hecho, dí‐ gase lo que se diga) por el freno que supone la fortaleza de sus herederos (Bildu) a los que entregará hoy un enorme poder político, sigue impidien‐ do, treinta años después, que los vascos voceemos conven‐ cidos y al mismo tiempo eso de "¡Ven y cuéntalo!". Porque ¿cómo contar que aquellos victimario­s de la viñeta de An‐ tonio Mingote, que reventó la campaña de Rosa Díez, cuen‐ tan con tanto apoyo electoral? Mañana será el día para expli‐ car la razón de esa anomalía a la que Pedro Sánchez no es ajeno sino directamen­te res‐ ponsable.

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