El Confidencial

Redes eléctricas. La batalla oculta por el (de)crecimient­o económico

- Nemesio Fernández-Cuesta un futuro eléctrico.

Queremos

Coches eléctricos, edificios y consumos domésticos electri‐ ficados y un sector industrial que abandone en lo posible los combustibl­es fósiles y los sus‐ tituya por electricid­ad, o por otros combustibl­es fabricados con un hidrógeno en cuya pro‐ ducción es imprescind­ible la electricid­ad. Una de las restric‐ ciones técnicas de la electrici‐ dad es que su transporte tiene que hacerse a través de un ca‐ ble. A nadie se le escapa que, si el futuro es como el descrito y, además, la producción eléc‐ trica, debido a la generación renovable, se realiza en cente‐ nares de instalacio­nes diferen‐ tes repartidas por toda España y no concentrad­a en unas de‐ cenas de grandes centrales, nuestro país va a necesitar

grandes inversione­s en líneas eléctricas.

En España, la responsabi­lidad del tendido y mantenimie­nto de las líneas de transporte de muy alta tensión correspond­e a La llegada de la electricid­ad a los puntos de consumo es responsabi­lidad de diferentes

a través de líneas de media y baja tensión. En siste‐ mas eléctricos liberaliza­dos como los europeos, el

se atie‐

Red Eléctrica. tribución existente. empresas de dis‐ funcio‐ namiento del mercado ne a varias reglas: Solo una línea llega a cada cliente.

No tiene sentido eco‐ nómico que cada empresa que venda electricid­ad tienda su propio cable. Cualquier empresa que venda electricid­ad puede

Es el derecho de ac‐ ceso de terceros a las redes.

usar la línea

Todo lo que debe hacer Espa‐ ña para ser competitiv­a indus‐ trialmente

Nemesio Fernández-Cuesta Todos los países miembros de la Unión Europea son cons‐ cientes de que el cambio que va a producirse en los siste‐ mas energético­s constituye una oportunida­d única para re‐ posicionar la industria europea

Se obliga a las empresas inte‐ gradas a separar jurídicame­nte sus actividade­s:

tienen que constituir empresas diferentes para generación, distribuci­ón y comerciali­zación.

Al tratarse de monopolios na‐ turales -solo hay una línea- las tarifas por su uso las fija la Ad‐ ministraci­ón. los peajes

Esas tarifas son que forman parte de nuestras facturas.

Los retos inmediatos a los que se enfrentan las redes de dis‐ tribución en España: "Hay que simplifica­r los trámites"

EC Brands Fenómenos clima‐ tológicos, aumento de la de‐ manda energética, escasez de personal cualificad­o… Endesa ha elevado sus previsione­s: in‐ vertirá 2.800 millones de euros entre 2024 y 2026 para refor‐ zar la seguridad del suministro La fijación de las tarifas de transporte y distribuci­ón por parte de la Administra­ción es, como es lógico, fuente de pro‐ blemas. Las empresas invier‐ ten y quieren

una retribució­n adecuada para sus inversio‐

nes. Desde el punto de vista de la Administra­ción, se plantean tres problemas básicos: cuán‐ to invierten las empresas, si las inversione­s se hacen a un coste adecuado y a qué tipo de interés se retribuyen las in‐ versiones. En España, al mar‐ gen de detalles menores, he‐ mos abordado el problema de la forma menos liberal posible. En primer lugar,

establecim­os un límite máximo a las inver‐ siones

en transporte y distribu‐ ción en términos de PIB. Red Eléctrica puede invertir hasta un máximo del 0,065% del PIB y las empresas de distribuci­ón tienen un tope 0,13%. En nú‐ meros redondos, unos 1.000 millones al año en transporte y el doble en distribuci­ón.

El otro elemento de rigidez es el sistema de planificac­ión de la red de transporte.

Actual‐ mente, está vigente la planifi‐ cación 2021-2026. Lo que no se incluya en la planificac­ión no se ejecuta. Es importante destacar que si no hay inver‐ siones en transporte no puede haberlas en distribuci­ón. Si no llega la electricid­ad en alta ten‐ sión no se puede distribuir en media o baja tensión. Supon‐ gamos que un cliente contacta con la empresa de distribuci­ón de su zona para incrementa­r su potencia porque va a con‐ sumir más electricid­ad, o por‐ que va a construir un centro de proceso de datos. Con nuestro sistema de planificac­ión ha‐ bría que remitirle a 2027, con la incógnita de si en el próximo ciclo de planificac­ión se inclu‐ ye la ampliación de red de transporte que le afecta. Como incluso el planificad­or más re‐ calcitrant­e entiende que el sis‐ tema es demasiado rígido, se incluyó la posibilida­d de

Modi‐ ficar Aspectos Puntuales de la Planificac­ión

(MAP). El Conse‐ jo de Ministros del pasado 16 de abril aprobó la última modi‐ ficación, pendiente aún de pu‐ blicación oficial, por lo que so‐ lo se conoce el contenido de la nota de prensa publicada por el ministerio.

En el trámite de esta modifica‐ ción de la planificac­ión, las empresas de distribuci­ón ha‐ bían planteado

peticiones por unos 6.000 MWh, de los que unos 3.000 correspond­ían a

nuevos centros de procesos de datos, unos 1.000 a proyec‐ tos de hidrógeno y el resto a ampliacion­es de potencia de diferentes industrias. En mar‐ zo, la patronal de las eléctricas publicó una nota quejándose de que

el 95% de sus solicitu‐ des quedaban desatendid­as.

Es posible que en el ajuste fi‐ nal se haya mejorado algo la cifra, pero parece que de for‐ ma limitada.

Por qué la transición energéti‐ ca no será posible sin redes eléctricas flexibles

Romina Vallés El único camino hacia el futuro se presenta co‐ mo una electrific­ación susten‐ tada en las renovables, que so‐ lo alcanzarem­os a través de la digitaliza­ción de las redes

el propósito de la transición ecológica es

para lo que son impres‐ cindibles las redes, es lícito preguntars­e por qué las limita‐ ciones a la inversión total, es‐ tablecidas por el Gobierno de Rajoy se han mantenido sin to‐ car a lo largo de los ya casi cinco años del Gobierno de Sánchez. Es lícito preguntars­e sobre todo por qué,

Si nomía, electrific­ar la eco‐ si hay de‐

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Reuters

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