¿Proteccionismo o sentido común? El veto a TikTok es solo el principio
más de 150 millo‐ nes de usuarios Estados Unidos. Su importancia en la cultura estadounidense es ca‐ da vez mayor: muchos produc‐ tores musicales, por ejemplo, adaptan las canciones al for‐ mato de los vídeos de TikTok para maximizar su repercu‐ sión. La red social tiene ade‐ más un impacto económico enorme: presume de generar 24.000 millones de dólares del PIB de Estados Unidos y dar trabajo indirecto a 224.000 de sus ciudadanos, aunque sin duda exagera. Y es muy
casi todos los candidatos y los influence‐ rs ideológicos exprimen las muchas posibilidades de esta plataforma.
Hoy, el Senado de Estados Uni‐ dos obligará a su propietaria, la empresa china ByteDance, a vender su filial estadounidense a inversores nacionales o, de lo contrario, dentro de un año la prohibirá. El argumento de los legisladores es que Byte‐ Dance puede compartir datos de ciudadanos estadouniden‐
en vante en la política: rele‐
ses con el Gobierno del Parti‐ do Comunista de China. Es un miedo fundado: se sabe que en el pasado TikTok espió a estadounidenses, incluidos al‐ gunos periodistas, aunque la empresa afirma que despidió a los empleados que lo hicieron.
EEUU da los primeros pasos para prohibir TikTok en todo el país
M. MC. La Cámara de Repre‐ sentantes aprueba por mayo‐ ría un proyecto de ley que obli‐ garía a su matriz a desinvertir en la aplicación o enfrentarse a un veto. La norma pasa aho‐ ra al Senado
Algunos legisladores estadou‐ nidenses algo más paranoicos afirman que TikTok -que tiene un algoritmo muy inteligente que hace que los usuarios pa‐ sen horas y horas consumien‐ do vídeos- pretende que los ni‐ ños y los adolescentes esta‐ dounidenses
se conviertan en adictos a una aplicación
que, en última instancia, podría ser una herramienta de propagan‐ da comunista. Este último ar‐ gumento, algo disfrazado, tam‐ bién lo ha utilizado la Comi‐ sión Europea, que a principios de esta semana propuso prohi‐ bir un nuevo servicio de la pla‐ taforma, llamado que recompensa con dinero virtual a los usuarios por ver más vídeos. el comisario de Asuntos Digita‐
TikTok Lite, Thierry Breton,
les, dijo, con buen criterio, que se trata de una aplicación “tan tóxica y adictiva como el taba‐ co” y que piensa proteger a to‐ da costa a los niños europeos. Todo esto suena razonable. Sin duda, China es un adversa‐ rio político de Occidente
y su
Gobierno autoritario tiene un control sobre las empresas de su país muy distinto del que tienen los Gobiernos occiden‐ tales sobre las del suyo. Y, ade‐ más, quiere aumentar su in‐ fluencia política y su capaci‐ dad de espionaje en Europa y Estados Unidos. Pero estos cierres y amenazas forman parte de una
nueva oleada de proteccionismo. Facebook e
Instagram hacen cosas terri‐ bles con los datos que recopi‐ lan; los han vendido a terceros, los han utilizado para engan‐ char a sus usuarios con recur‐ sos sucios, según algunos es‐ tudios contribuyen al aumento de la depresión entre los me‐ nores de edad y, hace no mu‐ cho, Europa tenía serias dudas sobre el uso que estas y otras aplicaciones hacían con los datos de los ciudadanos euro‐ peos en los servidores esta‐ dounidenses. Pero nadie pien‐ sa en imponerles cambios ac‐ cionariales o prohibirlas. El ve‐ to de TikTok tiene que ver con la nueva rivalidad global. Es una decisión política. Y segu‐ ramente es acertada. Pero es solo la parte más visible del nuevo proteccionismo global. Periódicos, infraestructuras, energía
En esa misma oleada se en‐ marca la decisión del Gobierno británico de revisar la regula‐ ción para impedir que
un fon‐ do apoyado por Abu Dabi se
haga con el control de 'The Te‐ legraph', el principal periódico de derechas de Reino Unido. El Gobierno español no ha veta‐ do la entrada de capital saudí en Telefónica, pero, en parte en respuesta a ella, com‐ prado un porcentaje de las ac‐ ciones de la empresa. Al mis‐ mo tiempo, está vetando que un grupo de medios francés, Vivendi, aumente su participa‐ ción en Prisa, la editora de 'El País'. El argumento oficial es que Prisa es
una compañía es‐ tratégica para España,
lo cual es absurdo: la verdadera razón es que Vivendi es de derechas y el Gobierno no quiere perder el apoyo de Prisa.
La Unión Europea prohibió que
los medios estatales rusos operaran en su territorio.
Hay argumentos de todo tipo para defender algunos de estos mo‐ vimientos, que tienen muchos precedentes históricos. El más evidente, por supuesto, es que regalar a los regímenes autori‐ tarios acceso directo a la infor‐ mación, y las mentes, de los ciudadanos de las democra‐ cias es
Pero aunque esto es muy
so. ha enormemente peligro‐
cierto, tras estos argumentos hay también un riesgo real: un creciente proteccionismo puesto al servicio de las em‐ presas locales, o de las de los aliados -como Estados Unidosy, en última instancia, la cerra‐ zón a lo extranjero con excu‐ sas arbitrarias, como que un periódico es un activo nacional estratégico. ¿Es permisible, en cambio, que algunos empresa‐ rios chinos compren equipos de fútbol, o que lo hagan mag‐ nates árabes? ¿Que los regí‐ menes autoritarios tengan par‐ ticipaciones en ámbitos tradi‐ cionalmente estratégicos co‐ mo las
infraestructuras de te‐ lecomunicaciones o energéti‐ cas,
como estamos discutien‐ do ahora en el caso de Naturgy y Emiratos?
Naturgy, Telefónica y la maldi‐ ta geopolítica
Carlos Sánchez El mundo ha cambiado y se ha desplazado hacia Oriente. Esto deja a las grandes empresas a merced de una nueva correlación de fuerzas. El mejor instrumento para defender los intereses ge‐ nerales es una buena regula‐ ción
El dilema es real y, quizá, el más profundo al que nos en‐ frentaremos en los próximos años. Uno muy difícil de resol‐ ver si se cuenta con una pre‐ disposición liberal. Obviamen‐ te, los países democráticos
no tienen más remedio que tener tratos con dictaduras.
Por otro lado, si las democracias sue‐ len ser más justas, ricas y efi‐ cientes que las dictaduras es, precisamente, porque están más abiertas, no solo al dinero exterior, sino a la competencia y a la genuina interacción de intereses distintos e incluso enfrentados: China veta todas las plataformas tecnológicas occidentales, pero es exacta‐ mente lo que se espera de una dictadura como ella. Al mismo tiempo, sin embargo, en un mundo que se asemeja cada vez más al de la Guerra Fría, que los países occidentales pongan activos estratégicos en manos de adversarios
Ahora bien, ¿qué es estratégico? Me temo que esta respuesta será cada vez más arbitraria y peli‐ grosa: lo que al Go‐ bierno o a la facción dominan‐ te
dría parecer un suicidio. interese po‐ de la élite económica y em‐ presarial. Resulta tan claro que podría explicarse
en un breve y diver‐ tido vídeo de TikTok.