El Confidencial

Los jueces temen "el golpe final" a su independen­cia tras la carta de Sánchez

- Beatriz Parera La judicatura sigue con preo‐ cupación la evolución a mi esposa", lo calificaba Sán‐ chez.

de los acontecimi­entos después de que este miércoles la apertura de una investigac­ión judicial contra la mujer de Pedro Sán‐ chez desencaden­ara su inédita decisión personal de 'retirarse' unos días y decidir si quiere seguir al frente del Ejecutivo. Múltiples fuentes consultada­s ven en la carta que dirigió a la nación y, sobre todo, en las reacciones posteriore­s, un pró‐ logo en el que se sentarán las bases para

a la independen­cia del poder judicial. En las últi‐ mas horas, Sumar y Podemos han reclamado oficialmen­te cambios legislativ­os para re‐ novar el Consejo General del Poder Judicial "excluyendo a la derecha". Ese será el primer paso de la estrategia, avisan magistrado­s y fiscales. El obje‐ tivo final es "la toma del Supre‐ mo", dicen.

Llueve sobre mojado, ya que las de gran parte de los miembros de la carrera judicial arrancaron después del verano, coincidien­do con el avance de las negociacio­nes

para la investidur­a de Sánchez. Los términos del acuerdo con el partido de Car‐

golpe final" suspicacia­s con Junts tratar de dar "el

les Puigdemont y, en concreto, el trato para que se impulsen comisiones de investigac­ión, se interpreta­ron ya por enton‐ ces como una amenaza. Des‐ pués vinieron los insultos des‐ de el Congreso a distintos ma‐ gistrados por su intervenci­ón en causas relacionad­as con el procés y

la permanente acusa‐ ción de lawfare,

es decir, la existencia de una guerra sucia judicial.

En las últimas 24 horas, el law‐ fare ha pasado de ser un tér‐ mino de uso habitual en esfe‐ ras más reducidas,

como los partidos independen­tistas o Podemos, a un concepto gene‐ ralizado, ampliament­e agitado ahora

en contra de la decisión adoptada por el titular del Juz‐ gado de Instrucció­n 41 de Ma‐ drid, Juan Carlos Peinado. En la propia carta del presidente del Gobierno se incidía en que la denuncia que provocó la apertura de diligencia­s proce‐ día de una "organizaci­ón ultra‐ derechista" basada en la difu‐ sión de informacio­nes de "ca‐ beceras ultraconse­rvadoras", lo que sitúa sobre el papel la acción judicial en ese marco del ataque personal. "Una ope‐ ración de acoso y derribo por tierra, mar y aire, para intentar hacerme desfallece­r en lo polí‐ tico y en lo personal atacando

Sánchez provoca una crisis de Estado y medita renunciar por la investigac­ión penal a su es‐ posa

José Antonio Zarzalejos El pre‐ sidente del Gobierno hizo pú‐ blica su decisión de suspender su agenda pública los próxi‐ mos cuatro días sin antes in‐ formar ni al Rey, ni al Gobierno, ni a su propio partido

Para algunas de las fuentes consultada­s, con estos cimien‐ tos, el Gobierno comienza a propiciar un clima que justifi‐ que

una serie de reformas des‐ tinadas "a maniatar a cualquier disidente".

"Van a por cual‐ quier cosa, no ya que exprese disidencia, sino que no sea se‐ guidista", asegura uno de los magistrado­s consultado­s, mientras que otro se refiere a que está cocinándos­e

para forzar reformas legislativ­as que, en otro momento, serían difíciles de justificar.

"Primero, el CGPJ"

En el primer lugar de la lista se encuentra el Consejo,

do de cultivo ideal" Con la excusa de "la "un cal‐ dicen.

instru‐ mentalizac­ión política de la justicia por parte de la dere‐ cha"

que viene sugiriendo Pe‐

dro Sánchez, la judicatura ve posible que el Ejecutivo aprue‐ be una rebaja de las mayorías necesarias para elegir a los 12 vocales jueces. De la actual mayoría cualificad­a de tres quintos, que permite que el PP pueda bloquear la renovación, se pasaría a una elección de los vocales por mayoría abso‐ luta de 176 diputados, accesi‐ ble con los números actuales de la investidur­a.

Las fuentes consultada­s ase‐ guran que, una vez salvado

ese escollo, se impondría un

del Ejecuti‐ vo sobre el órgano de gobierno de los jueces por un periodo de cinco años. Además de eli‐ minar de la ecuación al PP, hasta ahora necesario para emprender cualquier cambio, esto supondría que Moncloa

a la mayor parte de los miembros del Consejo.

completo dominio coloque, de forma directa,

El Gobierno da munición a Puigdemont para acusar a los jueces de prevaricac­ión

Beatriz Parera Los magistra‐ dos ven en esta concesión a Junts un enorme riesgo para la judicatura a la que se está acu‐ sando, desde el Ejecutivo, de delinquir

El siguiente paso del plan

se centraría en el nombramien­to de las decenas de cargos pen‐ dientes a consecuenc­ia de la reforma que impide al CGPJ realizar designacio­nes mien‐ tras se encuentra en funcio‐ nes. En la actualidad hay 122 plazas vacantes, 94 de ellas en la jurisdicci­ón ordinaria.

Nada menos que 25 correspond­en al Supremo.

Un Consejo con este tipo de mayorías

"cortadas a la medida de Moncloa",

sería el encargado de elegir quien ocu‐ pa esos cargos sin tener con‐ trapeso alguno.

En un tercer escalón se en‐ cuentran los efectos de esas nuevas designacio­nes. Los jueces advierten que la cadena de nombramien­tos del Supre‐ mo

permitiría a los magistra‐ dos selecciona­dos para esos puestos tanto

controlar la Sala del 61 como la Sala de Go‐ bierno del TS. Ambas son fun‐ damentales. La primera, for‐ mada por 16 miembros, se ocupa de resolver las deman‐ das de responsabi­lidad civil que se dirijan contra los presi‐ dentes de sala o contra la ma‐ yor parte de los magistrado­s de una Sala. También de la

ins‐ trucción y enjuiciami­ento

de las causas que se abran en su contra.

Esta Sala está formada por el presidente del Tribunal Supre‐ mo, los presidente­s de Sala y el magistrado más antiguo y el más moderno de cada una de ellas. Entre los

puestos pen‐ dientes de nombramien­to

se encuentran todas las presiden‐ cias de Sala con excepción de la de lo Penal, que ahora dirige el magistrado Manuel Marche‐ na hasta el próximo noviem‐ bre, cuando se cumplen cinco años desde su reelección. Además,

entrarían los cinco magistrado­s de incorporac­ión más reciente.

La Sala de Go‐ bierno está integrada por el presidente del Tribunal Supre‐ mo los cinco presidente­s de Sala y por cinco magistrado­s del Tribunal Supremo elegidos por sus compañeros del alto tribunal. Aprueba, por ejemplo, las normas de reparto de los asuntos que entren.

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