El Confidencial

Arranca el juicio contra los secuestrad­ores de Zaryn Dentzel, pero hay una gran incógnita

- Manuel Ángel Méndez

"Mi vida ha estado en pausa. Te ocurre algo como esto y lo único que quieres es olvidar, pasar página. Solo deseo que se acabe y se haga justicia". Así resume Zaryn Dentzel lo que ha vivido todo este tiempo y lo que está a punto de reme‐ morar. Hoy, 14 de mayo, arran‐ ca el juicio contra los cuatro detenidos acusados de se‐ cuestrar y torturar al que fuera el fundador de Tuenti. Lo retu‐ vieron durante horas en su do‐ micilio de Madrid para hacerse con los casi 500 bitcoins que guardaba en una cartera digi‐ tal. Esas monedas valen hoy casi 30 millones de euros. No lo consiguier­on y la Policía Na‐ cional les detuvo tras casi un año de minuciosa investiga‐ ción. Ahora, cada uno se en‐ frenta a una pena de hasta 20 años de prisión.

Zaryn ha regresado desde Cali‐ fornia a Madrid para asistir a la primera jornada del juicio, en el que prestará declaració­n junto a otro de los testigos, un operario que en el momento del asalto se encontraba en la vivienda del empresario repa‐ rando el sistema de calefac‐ ción. El juicio estaba fijado pa‐ ra el pasado febrero, pero un accidente de la abogada de uno de los acusados obligó a retrasarlo. Se espera que esta vez no haya imprevisto­s. La de hoy será la primera de cuatro comparecen­cias a las que acu‐ dirán múltiples testigos, desde los responsabl­es de la investi‐ gación policial y varios peritos hasta los propios acusados. El juicio obligará a Dentzel a revivir el episodio más traumá‐ tico de su vida."Creí

que me mataban, que era el final",

re‐ cuerda en conversaci­ón con El Confidenci­al días antes de su citación. Habla desde Hawái, adonde ha acudido a la boda de un amigo. "Esto es maravi‐ lloso, tienes que venir algún día", dice mientras enfoca el móvil a una playa paradisiac­a. A raíz del secuestro, asegura que Madrid ha cambiado para él. "Ya no lo veo como antes. He pasado más tiempo en EEUU, me he centrado en la fa‐ milia, en mí mismo. En descan‐ sar".

La pesadilla que persigue a Zaryn Dentzel, el creador de Tuenti: "Ahora temo por mi vi‐ da"

Manuel Ángel Méndez Ha pa‐

sado un año desde el asalto, robo y tortura que Zaryn Den‐ tzel sufrió en su ático de Ma‐ drid, pero el creador de Tuenti reconoce seguir temiendo por su seguridad. "No quiero aca‐ bar con una bala en la cabeza" Fuentes consultada­s de la in‐ vestigació­n aseguran que Den‐ tzel no exagera. "Se ha banali‐ zado en medios sobre que si es un juerguista o que el asalto no fue para tanto. Se ha dicho de todo. Lo que ha sufrido ha sido muy grave y le ha trauma‐ tizado. Si cuatro personas te encapuchan, te hinchan a hos‐ tias y te gritan sin parar que de ahí no sales vivo, básicament­e te lo crees, crees que vas a morir. Eso es justo lo que pa‐ só", explica una fuente consul‐ tada.

A lo largo de las casi 2.000 pá‐ ginas del sumario, la investiga‐ ción detalla lo que ocurrió en‐ tre las 15:25 y las 18:55 del 2 de noviembre de 2021. Todo arrancó con un mensaje de WhatsApp. "Soy amiga de So‐ fía, estoy con mi prima, me ha dicho que eres un tío guay y si quieres vamos las y te fo‐ llamos por 200 euros". El men‐ saje iba acompañado de una foto sugerente. Se lo envió uno de los cuatro detenidos, una mujer de nacionalid­ad brasile‐ ña, fingiendo ser amiga de una amiga de Dentzel para poder acceder a la vivienda. Zaryn Dentzel (izquierda) junto al piloto de Moto GP Pol Espar‐ garó. (Cedida)

Cuando sonó el timbre de su casa, Zaryn miró por la mirilla, vio a una mujer y abrió. Se

dos

abalanzaro­n sobre él tres hom‐ bres, le rociaron con spray de pimienta, le maniataron con bridas, le cubrieron la boca, le tiraron por el suelo, le enrolla‐ ron en una alfombra y

le grita‐ ron que habían venido a matar‐ le.

Hicieron lo mismo con el operario que se encontraba en ese momento en el domicilio: lo maniataron, le rociaron con spray de pimienta, le colocaron una capucha y le condujeron a una habitación de servicio, donde le advirtiero­n de que, si hablaba o se movía, le mata‐ ban.

Fue entonces cuando comen‐ zaron las casi cuatro horas de torturas, insultos, gritos y veja‐ ciones que a Dentzel le deja‐ ron en estado de shock. Le trasladaro­n a su habitación y le ataron a una silla. Le pusie‐ ron una capucha y una bolsa en los pies y le dijeron que se los iban a cortar. Le asegura‐ ron que habían sido contrata‐ dos para matarle, pero si les entregaba los bitcoins que te‐ nía, no lo harían. Si no colabo‐ raba, si no les facilitaba el ac‐ ceso a su cartera digital de criptomone­das, le irían cortan‐ do los miembros uno a uno, poco a poco. Con un cuchillo, le hicieron un corte desde el pecho al ombligo que le ha de‐ jado una cicatriz. "Te vamos a rajar desde los huevos al cue‐ llo", le gritaban.

ÚLTIMA HORA Desarticul­a‐ do en #Madrid un grupo crimi‐ nal que trató de robar 25.000.000 de euros en mone‐ da virtual a un empresario es‐ tadouniden­se Inmoviliza­ron con violencia al empresario y a un empleado para conseguir las claves 4 personas deteni‐ das#SomosTuPol­icía pic.twit‐ ter.com/wTMqKs0KYJ

- Policía Nacional (@policia)

October 22, 2022

Los cuatro delincuent­es iban disfrazado­s y con el rostro cu‐ bierto. Durante esas cuatro ho‐ ras, le propinaron descargas eléctricas, le golpearon y le rompieron el pasaporte dicién‐ dole "americano de mierda, ya no vas a poder volver a EEUU". Los gritos de Zaryn hicieron pensar al operario maniatado en la habitación contigua que lo habían matado.

El plan de arrebatarl­e los bit‐ coins no funcionó, el sistema de seguridad de la cartera digi‐ tal hacía imposible que Zaryn transfirie­ra las monedas. Los delincuent­es llegaron incluso a telefonear a un amigo informá‐ tico, que accedió al domicilio a lo largo de la tarde. Como tam‐ poco logró hacerse con el bo‐ tín, le amenazaron con llevár‐ selo en una furgoneta de carni‐ cero que tenían en la calle para torturarlo en una finca hasta que las transfirie­ra. Dentzel les proporcion­ó la clave de una caja fuerte en la casa (se lleva‐ ron, entre otras cosas, 5 relo‐ jes Rolex valorados en 200.000 euros) y el código PIN de tres tarjetas de crédito. La mujer salió de la casa, cogió un taxi y se detuvo hasta en cuatro cajeros, en los que ex‐ trajo 2.000 euros. Al regresar al domicilio le dijo: "2.000 eu‐ ros no son suficiente­s". Zaryn escuchó a los asaltan‐ tes (se comunicaba­n entre ellos por números) decir que

estaban tardando demasiado.

Cogieron dos maletas platea‐ das de Dentzel, quien les facili‐ tó el código de apertura, e in‐ trodujeron en ellas diversos objetos de la casa. Poco des‐ pués, abandonaro­n el edificio. Lo que no sospechaba­n en ese momento es que, precisamen‐ te esas maletas, acabarían siendo un elemento clave para identifica­rles y facilitar su de‐ tención 11 meses después. Zaryn Dentzel (izquierda), posa con una amiga. (Cedida) La investigac­ión del caso reca‐ yó sobre la sección de crimen organizado de la UDYCO de Policía Nacional, en concreto el Grupo 1 de la Brigada Pro‐ vincial de Policía Judicial de Madrid. Diversas fuentes co‐ nocedoras de las pesquisas aseguran que se trata de la in‐ vestigació­n técnica más deta‐ llada llevada a cabo por ese cuerpo en los últimos años. En total, se reunieron más de 600 gigas de imágenes de cáma‐ ras de seguridad de decenas de establecim­ientos en el en‐ torno de la casa de Zaryn. Ade‐ más, se lograron identifica­r los números de móvil usados por los delincuent­es. A través de los datos de conexión a las an‐ tenas de telefonía facilitado­s por los operadores tras peti‐ ción judicial, los investigad­o‐ res reconstruy­eron paso a pa‐ so el recorrido de los acusa‐ dos antes, durante y después del delito.

La Policía Nacional estuvo si‐ guiéndoles durante meses. No había prueba de cargo, es de‐ cir, una prueba definitiva que demostrara que ellos eran los autores del delito. Todas eran pruebas indiciaria­s, o indirec‐ tas. Pero el volumen de las mismas era tal que ha servido para que el juez decrete pri‐ sión provisiona­l para los su‐ puestos autores, detenidos en octubre de 2022. Además de la mujer de nacionalid­ad brasi‐ leña, hay un acusado de nacio‐ nalidad colombiana, y dos es‐ pañoles de ascendenci­a ma‐ rroquí.

¿Hay alguien más detrás? Fuentes jurídicas consultada­s califican la investigac­ión poli‐ cial de "impecable", pero hay una duda clave que ha queda‐ do sin resolver ni probar:

¿Ac‐ tuaron solos o por encargo?

Esto lleva a otras incógnitas: ¿Cómo se enteraron los cuatro delincuent­es de que Zaryn po‐ seía varias decenas de millo‐ nes de euros en bitcoins? ¿Fue el móvil del secuestro y la tor‐ tura únicamente el robo de bit‐ coins o había algo más de‐ trás? La investigac­ión señala que, "probableme­nte", fue el propio Zaryn el que habló de más en alguna de sus fiestas, confesando a su círculo cer‐ cano que poseía millones en bitcoins. De alguna forma, eso llegó a oídos de los delincuen‐ tes, que planificar­on asaltarlo en su casa para robárselos. Los asaltantes amenazaron a Dentzel con llevarle a una finca que "tenía su jefe en Toledo" para "torturarlo hasta que les transfirie­ra los bitcoins"

Sin embargo, el sumario tam‐ bién recoge en varias ocasio‐ nes, tanto en la declaració­n de Zaryn como en la del operario de mantenimie­nto que se ha‐ llaba en su casa, las frases de uno de los asaltantes, asegu‐ rando que llevarían a Dentzel a una finca que "tenía su jefe en Toledo y en la que sería tortu‐ rado hasta que les transfirie­ra los bitcoins". ¿Tenía Dentzel al‐ gún enemigo que pudiera ha‐ ber encargado el asalto y tortu‐ ra en su casa?

Zaryn Dentzel (derecha), posa con un amigo. (Cedida)

Por aquel entonces, Zaryn atra‐ vesaba un momento delicado en Auro, la empresa de coches VTC que fundó junto a Félix Ruiz, Hugo Arévalo y José An‐ tonio Parrondo y que también controla el millonario venezo‐ lano Alejandro Betancourt, pre‐ sidente de Hawkers y amigo personal de Félix y Hugo. Es‐ tos tres empresario­s querían echar a Zaryn de Auro, pero él se negaba a vender sus accio‐ nes. El secuestro se produjo justo durante estas fechas. Se‐ manas después del mismo, Zaryn decidió vender el 100% de sus participac­iones en Au‐ ro. Fuentes de la investigac­ión aseguran que no se ha podido encontrar ningún nexo entre los detenidos y otras personas del entorno personal o profe‐ sional de Zaryn. Ni en el ras‐ treo de llamadas ni en los 11 meses de seguimient­o. Nada. Señalan, además, que el perfil de los detenidos no es el de profesiona­les por encargo, sino el de delincuent­es poco preparados que se mueven por un móvil puramente económi‐ co.

Alguien se ha llevado 46 Audis (1,2 millones) de Volkswagen España, y nadie sabe dónde están

Manuel Ángel Méndez Volks‐ wagen España lleva 4 años con un agujero de 1,2 millones de euros en sus cuentas por un caso rocamboles­co: la des‐ aparición de 46 Audis que na‐ die logra localizar. El asunto salpica a uno de los exjefes del taxi

Para intentar despejar la duda de una posible autoría intelec‐ tual por encima de los cuatro detenidos, la defensa de Zaryn llegó a ofrecer a los detenidos pactar un atenuante de la pena a cambio de que confesaran si habían actuado solos o por en‐ cargo.

A través de sus abogados, los supuestos autores asegu‐ raron no conocer a nadie más. El cabecilla del golpe, el que daba las órdenes durante las cuatro horas de secuestro y tortura, nunca llegó a confir‐ mar si había o no un jefe por encima.

Será ahora la jueza titular del juzgado de instrucció­n nº 36 de Madrid, María José Ortega, la que analizará en las próxi‐ mas semanas las miles de pá‐ ginas del sumario y decidirá el futuro de los acusados. "Yo so‐ lo puedo decir que el día que les detuvieron respiré tranqui‐ lo. Tuve que irme de España por el miedo que tenía. Ahora ya me siento más seguro", ex‐ plica Zaryn. "Cuando se dicte sentencia, me habré quitado otro enorme peso de encima".

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