El Confidencial

Milei y Sánchez: paren esta jugamos demasiado

- Ignacio Varela

Con la excepción de México durante el franquismo y del atentado contra nuestra Emba‐ jada en Guatemala (1980), creo que es la única vez que España retira a su representa­n‐ te diplomátic­o de un país ibe‐ roamerican­o. Ni siquiera lo hi‐ zo Franco con la Cuba de Cas‐ tro. y

han fabricado un conflic‐ to estúpido que quizá les apro‐ veche personalme­nte, pero po‐ ne en peligro algo de lo más preciado que tenemos. No se‐ ré yo quien tome partido en es‐ ta y desearía que ningún español o argentino conscien‐ te mordiera el anzuelo. Quizá sea una de las escasas personas que empleamos una parte de la mañana del domin‐ go en contemplar íntegramen‐ te desde casa la deposición verbal de Javier Milei. Como también seguí exhaustiva­men‐ te su campaña electoral, poca sorpresa. El tipo

y solo levantó la vis‐ ta del papel para aullar algún "¡carajo!" que estremecía de placer al distinguid­o auditorio. En un 90%, la soflama fue cal‐ cada de las que viene soltando

Javier Milei chez farsa, so escrito Pedro Sán‐ traía el discur‐

desde que irrumpió en la políti‐ ca de su país. Un

indigesto po‐ taje ideológico de tintes anar‐ copopulist­as

en el que solo queda claro cuánto odia al Es‐ tado, trufado de improperio­s en todas direccione­s. El típico discurso embustero de los po‐ líticos profesiona­les que bus‐ can el poder para sí denigran‐ do a la política como actividad y a los políticos como especie. Por lo demás, Milei únicamen‐ te destaca sobre otros dema‐ gogos por lo

zafio de su voca‐

bulario, lo extremadam­ente im‐ postado de la puesta en esce‐ na (sin duda, ensayada mil ve‐ ces ante el espejo) y lo caver‐ nario de sus conceptos, disfra‐ zados de un ropaje de preten‐ dida posmoderni­dad económi‐ ca.

El 10% restante lo introdujo 'ex profeso' para la ocasión. Un

guiño servil a Donald Trump;

una insistenci­a obsesiva en fo‐ calizar al socialismo como el mayor enemigo de la humani‐ dad (en Argentina el socialis‐ mo no existe como fuerza rele‐ vante, así que allí el catálogo de “enemigos de la humani‐ dad” es otro); y un breve inciso para soltar una coz a Pedro Sánchez y otra a su mujer. La imprecació­n antisocial­ista y el escupitajo sobre Pedro y Bego‐ ña fueron una

gentileza de Mi‐ lei con sus anfitrione­s de Vox.

Sin duda, los metió con calza‐ dor en su discurso-tipo

Si algo hay en esa pieza de agresión a Espa‐ ña o a sus institucio­nes, se de‐

ción de parte. a peti‐

bería reclamar la autoría a Santiago Abascal.

El Gobierno retira a la embaja‐ dora española en Argentina El Gobierno retira a la embajado‐ ra española en Argentina Javier Milei no vino a atacar a España, más que nada porque España le trae tan sin cuidado como Argentina a Pedro Sán‐ chez. Vino a escenifica­r un choque ideológico y a presen‐ tar sus credencial­es como uno de los principale­s líderes de la internacio­nal nacionalpo­pulis‐ ta, a la espera del mesías yan‐ qui. Y Sánchez no habría reac‐ cionado de esta forma despro‐ porcionada si no tuviera unas elecciones dentro de 20 días. Por su parte, en sus seis años como presidente, Sánchez ha viajado dos veces a Buenos Ai‐ res: una para participar en una reunión del G-20 y otra para confratern­izar con el presiden‐ te pelele Alberto Fernández. Todo indica que ha empezado a importarle Argentina cuando

Milei le ha brindado una baza electoral.

Pablo Pombo ha explicado ca‐ balmente cómo la bronca es‐ cenificada desde hace meses

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EFE

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