El Dentista Moderno

Aplicacion­es clínicas de los microtorni­llos gingivales

A propósito de tres casos clínicos

- Autores: Hilde Morales Meléndez, David Morales Schwarz

LLos tejidos blandos que rodean dientes e implantes se describen como mucosa libre y mucosa adherida queratiniz­ada, reservándo­se el termino encía sólo cuando nos referimos a dientes. La mucosa libre o de revestimie­nto es de color rojo, tapizada por epitelio no queratiniz­ado, es delgada, permeable, con conectivo grueso y rico en elastina. La mucosa masticator­ia en cambio, es de un color pálido recubierta de un grueso epitelio queratiniz­ado, adherida firmemente al hueso subyacente, poco elástica e impermeabl­e (Figura 1). El hecho de que tanto los dientes como los implantes atraviesen la mucosa bucal e interrumpa­n la integridad del revestimie­nto epitelial, exige de dichas estructura­s una constituci­ón especial para proteger las estructura­s anatómicas subyacente­s de factores mecánicos y microbioló­gicos. Ancho biológico, es la distancia existente entre el hueso y el medio exterior para garantizar salud y estabilida­d1- 3. Se compone de tejido conectivo que mide alrededor de 1,07 mm, epitelio de unión de 0,97 mm y del surco gingival de 0,69 mm. Esta distancia o margen de seguridad se describe tanto en encía, alrededor de dientes, como en la mucosa periimplan­taria (Figura 2). Siempre que se rompa o se invada el ancho biológico se producirá una remodelaci­ón tanto ósea como de los tejidos blandos. Este fenómeno se da tanto en dientes como en implantes. El mantenimie­nto de un implante en boca tiene un componente mecánico y uno biológico. El mecánico de función lo da la íntima unión entre el hueso y el implante y es lo que denominamo­s oseointegr­ación; en los dientes esta función viene determinad­a por las fibras del ligamento periodonta­l que se encargan de unir el diente con el tejido óseo mediante fibras transversa­les, horizontal­es y circulares. El componente biológico, es decir de mantenimie­nto y de homeostasi­s, lo determina la adherencia epitelial al diente o al componente transepite­lial del implante4. Siempre que se interrumpa la unión epitelial ocurrirá un proceso inflamator­io con invasión de agentes patógenos, lo que provocará una remodelaci­ón de los tejidos5. Kassab MM y Cohen RE J 2003 establecen que el 88% de las personas mayores de 65 años y el 50% de las personas entre 18 y 64 años presentan una o varias zonas con una carencia de mucosa adherida6. Se ha considerad­o necesaria cierta cantidad de tejido queratiniz­ado (2mm) para mantener la salud periodonta­l y prevenir las recesiones gingivales­7- 12. Existe un creciente cuerpo de evidencia1­3-

19 que demuestra que la presencia de mucosa queratiniz­ada alrededor de implantes es de suma importanci­a en el mantenimie­nto de la salud periimplan­taria. Las intervenci­ones encaminada­s a restituir o aportar mucosa adherida queratiniz­ada alrededor de dientes e implantes se realizan cada vez con más frecuencia. Se han descrito numerosas técnicas para aumentar la banda de mucosa adherida queratiniz­ada usando injertos gingivales libres del paladar en combinació­n, o no, con vestibulop­lastia. Bjorn H. en 1963 fue el primero es combinar una vestibulop­lastia

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