Restauraciones indirectas de composite con dos procedimientos diferentes: un ensayo clínico con 10 años de seguimiento
Indirect composite restorations luted with two different procedures: a ten years follow up clinical trial. Barabanti N, Preti A, Vano M, Derchi G, Mangani F, Cerutti A. J Clin Exp Dent 2015 Feb 1;7(1):e54-9.
Los principales objetivos propuestos por este estudio han sido dos: evaluar el rendimiento clínico de las restauraciones indirectas con composite cementadas con dos sistemas diferentes y averiguar si el rendimiento clínico de las restauraciones indirectas en resina compuesta son fiables para la recuperación de grandes defectos a largo plazo.
La tarea de la restauración de los dientes posteriores, en concreto en el caso de grandes cavidades, es complicado, y depende de la elección del material y de la técnica más adecuada para la restauración. En la actualidad, las consideraciones estéticas juegan un papel muy importante en la planificación del tratamiento dental. La amalgama y las restauraciones de oro, a pesar de haber mostrado buenos resultados a largo plazo, ya no son aceptadas por los pacientes. Las alternativas válidas desde el punto de vista estético incluyen restauraciones directas en composite, incrustaciones inlay/onlay o la cerámica. Las restauraciones directas en composite para los elementos posteriores son preferidas por muchos dentistas para actuar de un modo mínimamente invasivo. Estas se realizan en una sola sesión de tratamiento a un coste relativamente bajo. En el caso de rehabilitaciones de elementos posteriores especialmente comprometidos o fracturados, las técnicas directas pueden ser inadecuadas y no lograr el éxito a largo plazo debido a la insuficiente resistencia al desgaste, una morfología proximal u oclusal inadecuada y a falta de propiedades mecánicas. Precisamente para superar estos problemas se introdujeron las técnicas indirectas. Las incrustaciones de composite son más resistentes al desgaste que los composites directos, especialmente en las zonas de contacto oclusal, y muestran una contracción reducida pro la polimerización, que se limita a la capa fina de material endu- recido. Por estos motivos, se suelen indicar las técnicas indirectas para la restauración de defectos grandes. Por lo general, las incrustaciones se cementan al sustrato utilizando cementos de tipo dual o completamente fotopolimerizables. Los materiales con doble posibilidad de polimerización son los favoritos por la posibilidad de obtener la conversión incluso con una escasa luz irradiada, pero tienen la desventaja de requerir un paso adicional: la mezcla de dos componentes. Este paso puede ser responsable de la formación de porosidad o de vacíos debido a la incorporación de burbujas. Por otra parte, los composites fotopolimerizables son fácilmente manipulables y se caracterizan por tiempos de endurecimiento controlables, que crean márgenes de alta calidad. La desventaja se debe al hecho de que su activación solo está permitida a través de una radiación específica. Según los autores, la limitada cantidad de información clínica sobre las técnicas de cementación más adecuadas para las piezas directas merece ser abordada a través de este trabajo, en el que se comparan las dos técnicas (con cementos duales y fotopolimerizables). Entre las sistemáticas de valoración de las prestaciones de las restauraciones suele utilizarse la del USPHS (United States Public Health Service) modificada. Esta ha sido diseñada para medir las características clínicamente importantes de las prótesis dentales, tales como la decoloración marginal, el mantenimiento de la correcta forma anatómica, la adaptación marginal o la presencia de caries secundarias. Mediante el esquema valorativo del USPHS modificado se han analizado 48 incrustaciones en composite realizadas en 23 pacientes. 22 reconstrucciones de tipo inlay y onlay se cementaron con cemento dual (Calibra, Dentsply, Woodbridge, Ontario, Canada), mientras que 26 fueron cementadas con la ayuda de un material resinoso totalmente fotopolimerizable (Filtex Z250, 3M ESPE, St. Paul, MN, USA). Las restauraciones se evaluaron en 2 momentos: • una semana después de la colocación; • diez años después de la colocación. Se han determinado diferencias numéricas pero no estadísticamente significativas entre los parámetros clínicos de los dos materiales cementantes ( p>0,05). En el grupo en el que se utilizaron los cementos duales, el 91% de las rehabilitaciones se ha considerado como clínicamente aceptable a los 10 años, mientras que los porcentajes de satisfacción han sido ligeramente superiores en el grupo tratado con cemento totalmente polimerizable (94%).