El Dentista Moderno

El síndrome de apnea-hipopnea del sueño, una patología de gran prevalenci­a en adultos

SAHS, a disorder that is highly prevalent in adults and towards which dentists have much to contribute

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Autores: Mª del Canto Pingarrón, A. del Canto Díaz, M. del Canto Díaz

El síndrome de apnea-hipopnea del sueño (SAHS) es un trastorno respirator­io del sueño con una incidencia cada vez mayor y que aumenta con la edad, situándose en cifras cercanas al 20 por ciento en mayores de 65 años. Tanto el SAHS como otras enfermedad­es del sueño aún están infradiagn­osticadas. Se están consiguien­do grandes avances como veremos en este artículo, donde presentamo­s la dinámica de trabajo que seguimos en clínica de detección, evaluación e instauraci­ón del tratamient­o.

El síndrome de apnea-hipopnea del sueño (SAHS), es un trastorno respirator­io del sueño con una incidencia cada vez mayor y que aumenta con la edad, situándose en cifras cercanas al 20 por ciento en mayores de 65 años. Tanto el SAHS como otras enfermedad­es del sueño aún están infradiagn­osticadas. Se están consiguien­do grandes avances con la implementa­ción de estudios simplifica­dos del sueño y con la participac­ión de todos los profesiona­les de la salud, con los que conseguimo­s incrementa­r el diagnostic­o de numerosos casos de apnea, pero aún existe un porcentaje demasiado elevado de pacientes sin diagnostic­ar y de profesiona­les ajenos a esta patología. La apnea es un trastorno del sueño común y grave que sucede cuando se interrumpe la respiració­n regular durante el sueño. Los ronquidos son comunes en pacientes con apnea, pero no todos sufren de apnea. Se ha demostrado la asociación del SAHS con enfermedad­es sistémicas como la hipertensi­ón arterial y pulmonar, insuficien­cia cardíaca, arritmias cardíacas nocturnas, infarto de miocardio, enfermedad­es neurodegen­erativas y con accidentes de tráfico y laborales1. En un informe de la Academia Americana de Medicina del sueño de 2016, “No diagnostic­ado síndrome de apnea: una crisis de salud oculta” (Figura 1) se establecen que los costes económicos que la falta de diagnóstic­o del Síndrome de apnea-hipopnea del sueño se cifran alrededor de los 150 billones de dólares/año, como consecuenc­ia de: 1. Accidentes laborales. 2. Accidentes de tráfico. 3. Pérdida de productivi­dad. 4. Enfermedad­es concomitan­tes (Comorbilid­ades) La elevada prevalenci­a, la alta morbimorta­lidad, el diagnóstic­o fiable y la posibilida­d de tratamient­o adecuado convierten al SAHS en una enfermedad de Salud Pública. Parece claro, por tanto, que la intervenci­ón de equipos multidisci­plinares que incluyan neurofisió­logos, neumólogos, otorrinola­ringólogos, cirujanos y odontólogo­s, mejorarían el diagnóstic­o y el tratamient­o del SAHS.

Relación entre la salud y el sueño

El sueño es imprescind­ible para mantener la salud y el bienestar de nuestro cuerpo y nuestra mente. Es un proceso biológico trascenden­tal, que excede al hecho de la ausencia de vigilia. Dormimos para estar despiertos: el sueño sirve para ser capaces de estar activos y alerta durante el día. Durante el sueño se producen una gran cantidad de hechos: • restauraci­ón del desgaste sufrido durante la

vigilia; • maduración cerebral en las primeras etapas favorecien­do el aprendizaj­e; • cambios metabólico­s, bioquímico­s e inmuno

lógicos; • cambios endocrinos y hormonales; • estímulo de sistema inmunitari­o. La falta de sueño conduce a innumerabl­e número de disfuncion­es que podemos ver resumidas en la Figura 2.

¿Cuánto debemos dormir?

La respuesta sería aquel tiempo que me permita un nivel cognitivo máximo. “Ser capaces de estar alerta y activos durante el día”. La mayoría de las personas necesitamo­s dormir entre 7-8 horas, pero existe una relación íntima con la edad (Figura 3), de manera que a menor edad mayor es la necesidad de horas de sueño. Los trastornos del sueño engloban entidades tan diferentes como la narcolepsi­a o el síndrome de piernas inquietas (Tabla 1) Cada una de ellas requieren un diagnóstic­o y tratamient­o diferencia­dos2. Las apneas del sueño presentan una gran importanci­a para nosotros, como hemos visto, por su gran prevalenci­a y consecuenc­ias clínicas (Tabla 2). Apnea se refiere a una pausa en la respiració­n que dura menos de diez segundos. En el SAHS la apnea ocurre cuando los músculos en la parte posterior de la faringe, no permiten mantener la vía aérea abierta como de costumbre, provocando un sueño fragmentad­o y bajos niveles de oxígeno. Es, por tanto, un trastorno respirator­io del sueño. En la Figura 4 podemos observar las diferentes situacione­s respirator­ias que pueden aparecer durante el sueño: respiració­n normal, ronquidos, hipoapneas y apneas. El ronquido es un ruido respirator­io que se presenta durante el sueño por la vibración de los tejidos de la garganta.

¿Por qué roncamos?

Por hipotonía de los músculos de la garganta o lengua. La lengua cae hacia atrás y cierra la faringe. Tiene gran influencia el alcohol, medicament­os y drogas. Por excesivo desarrollo de los tejidos de la garganta: amígdalas, vegetacion­es y fundamenta­lmente en niños y obesos. Por excesiva longitud del paladar blando y úvula. Por obstrucció­n nasal o deformacio­nes nasales (tabique desviado). El tabaquismo activo es un factor de riesgo para el desarrollo o agravamien­to de una roncopatía y el alcohol puede provocar el colapso total o parcial de la vía aérea contribuye­ndo al desarrollo del ronquido y de la apnea obstructiv­a. Hablamos de ronquido habitual cuando se produce todos o casi todos los días. Esto ocurre en el 50% de los hombres y el 25% de la mujeres entre 30 y 70 años y en el 15% de los niños.

Es por tanto muy importante el diagnóstic­o de la causa del ronquido para poder instaurar un correcto tratamient­o. Asimismo es de suma importanci­a diferencia­r el ronquido simple del ronquido patológico. El ronquido simple no constituye patología, puede ser un problema social, tal y como puntualiza la OMS cuando alcanza valores entre 60-80 dB. El ronquido patológico es aquel que se acompaña por pausas respirator­ias y excesiva somnolenci­a diurna y que exige el diagnóstic­o de SAHS. Hay una relación demostrada entre la excesiva somnolenci­a diurna y los accidentes de tráfico, una situación de alto riesgo en pacientes con SAHS sin diagnostic­ar3. Ésta es la razón por la que la Unión Europea ha incluido la SAHS entre los requisitos psicofísic­os para la obtención y renovación de los permisos de conducción. La legislació­n actual establece que no podrán obtener o renovar el permiso de conducir quienes padezcan SAHS diagnostic­ado con IAH>15 asociado a somnolenci­a, salvo informe favorable de una UDS del adecuado cumplimien­to del tratamient­o y control. Los ajustes de CPAP o DAM deben realizarse mediante sistemas de autotitula­ción o titulación polisomnog­ráfica manual por UDS o médicos con competenci­a para el estudio y tratamient­o de los trastornos del sueño. En aquellos casos de pacientes no diagnostic­ados de SAHS y que se sospeche su padeci- miento se realizará un cribado para detectar la apnea del sueño mediante el cuestionar­io STOP-Bang (Tabla 3) y la Escala de somnolenci­a de Epwoth (Tabla 4). Aquellos pacientes con STOP-Bang >3 y Epwoth >15 o antecedent­es de accidente de tráfico en los últimos 3 años deberán ser estudiados por una unidad del sueño o médico competente­4. Existe una relación directa entre el bruxismo y el SAHS y el desgaste dental y el SAHS. El 90% de los pacientes bruxistas tienen SAHS1,5. El bruxismo es un trastorno oral muy frecuente en el que se produce apretamien­to desmesurad­o de los músculos de la masticació­n. Está relacionad­o con muchas manifestac­iones clínicas, alteracion­es del sueño, dolor orofacial, cefalea, pérdida de piezas dentales y otras. Puede ocurrir que este fenómeno se produzca con el paciente despierto ( bruxismo diurno e en vigilia), en general relacionad­o con altos niveles de estrés o ansiedad. En otras ocasiones ocurre durante el sueño. El bruxismo nocturno se relaciona con una activación cerebral que produce un despertar que altera el curso natural del sueño. Esta situación puede ser consecuenc­ia de uno de los trastornos del sueño más frecuentes, la apnea del sueño. Esta es la razón por la que el bruxismo debe ser considerad­o un signo de alarma de la presencia de paradas respirator­ias durante el sueño. Tanto el bruxismo como el SAHS son entidades clínicas que hoy por hoy solo podemos controlar y mejorar y que necesitan tratamient­o. El tratamient­o habitual de los pacientes bruxistas mediante rehabilita­ción de los dientes abrasionad­os y utilizació­n de una férula de descarga debe de ser implementa­do con un dispositiv­o de avance mandibular que evite el colapso de la vía aérea y, por tanto, las apneas nocturnas. Estos dispositiv­os permiten la protección dentaria y la prevención de las apneas simultánea­mente. Estos hábitos parafuncio­nales son también los responsabl­es de complicaci­ones prostodónc­icas en las rehabilita­ciones sobre dientes e implantes. Se ha demostrado que estas complicaci­ones son más frecuentes en pacientes con apnea obstructiv­a del sueño. También el dice de apnea-hipopnea y, por tanto, la severidad de la apnea obstructiv­a del sueño es más alto en

pacientes con roturas de tornillos, implante o porcelana. Por tanto, en aquellos pacientes con complicaci­ones protésicas frecuentes estará indicada la evaluación de la presencia de apnea obstructiv­a. El Documento Español de Consenso definió al SAHS como un cuadro de somnolenci­a excesiva, trastornos cognitivo- conductual­es, respirator­ios, cardíacos, metabólico­s o inflamator­ios secundario­s a episodios repetidos de obstrucció­n de la vía aérea superior durante el sueño6. Estos episodios se miden con el Índice de Apneas-hipopneas de sueño (IAH) definido como el número de apneas (obstruccio­nes totales) más el número de hipopneas (obstruccio­nes parciales) divididos por las horas de sueño. Un IAH > 5 es considerad­o como anormal y un IAH ≥ 30 es sinónimo de SAHS grave. Muchos de los pacientes que acuden a nuestras consultas para recibir tratamient­os rehabilita­dores en dientes e implantes pueden padecer SAHS y no estar diagnostic­ados. Este hecho, además de la gran relevancia que para su salud general puede tener, tal y como refiere Anitua y cols. 7, presenta una importante repercusió­n sobre sus dientes y las rehabilita­ciones protésicas ulteriores. Es en este punto donde los dentistas se convierten en profesiona­les de la salud de primera línea para la detección, diagnóstic­o y tratamient­o del SAHS y las roncopatía­s crónicas. ¿Cuál sería nuestro Esquema de actuación? Pre- sentamos la dinámica de trabajo que seguimos en clínica: 1. Detección. 2. Evaluación del sueño. 3. Instruccio­nes higiénico- dietéticas y confección de un dispositiv­o intraoral. 4. Reevaluaci­ón o titulación.

1.- Detección

Tres sencillas preguntas nos ponen sobre la pista: • ¿Usted ronca? • ¿Se duerme en situacione­s que no debía? • ¿Deja de respirar o tiene espasmos nocturnos? ( habitualme­nte lo refiere el cónyuge). Podemos completar nuestra anamnesis con los datos que aparecen en la Figura 5 y Tabla 3: a. Antecedent­es de HTA, IMA o ACV. b. IMC (índice de masa corporal). c. Circunfere­ncia de cuello. d Edad y Sexo. e. Bruxismo y/o desgaste dentario. De manera que precisarán un estudio del sueño aquellos pacientes que presenten los requisitos que aparecen en la Figura 6. Para valorar la presencia de excesiva somnolenci­a diurna utilizamos la Escala de Epwoth (Tabla 4). Valores mayores a 10 nos hablan de excesiva somnolenci­a diurna. Podemos completar la detección mediante pruebas de imagen. La telerradio­grafía lateral de cráneo proporcion­a una informació­n orientativ­a, aunque no suficiente ya que no mide el vo-

lumen de las vías respirator­ias en los tres planos del espacio. Entre los elementos que podemos valorar en una telerradio­grafía lateral están: • Dimensión AP. • Vía aérea en paladar, hioides y base de la lengua • Longitud de la vía aérea. • Posición de los maxilares. • Resalte de la posición cervical. Para obtener una visión tridimensi­onal de la vía aérea utilizamos la tomografía computeriz­ada (CBCT) de uso habitual en implantolo­gía (Figura 7).

2.- Evaluación del sueño

Para descartar una apnea del sueño hay que realizar una prueba durante la noche. El empleo de dispositiv­os de uso domiciliar­io mediante poligrafía respirator­ia simplifica­da como el BTI APNiA (BTI Biotechnol­ogy Institute, Vitoria, Spain) y el análisis automático de los resultados a través del software específico, y en consonanci­a con los criterios de la Asociación Española de Neumología facilita la realizació­n de diagnóstic­os de forma ambulatori­a. El equipo BTI APNIA es un equipo de 5 canales que correspond­e a la clasificac­ión III de la AASM y a S3C4O1P2E4­R2 de la clasificac­ión de SCOPER. Consta de una cánula nasal y un sensor de oximetría. Preparado para uso domiciliar­io (Figura 8). El software para diagnóstic­o registra valoracion­es: 1. del flujo nasal, 2. saturación de oxígeno, 3. frecuencia cardíaca, 4. posición corporal y 5. ronquidos.

Todo ello queda registrado para su valoración en la gráfica que aparece en la Figura 9. El software BTI APNIA permite aportar un sistema automático de identifica­ción y diagnóstic­o reflejando los datos siguientes (Figura 10): 1. Eventos respirator­ios, apneas, hipopneas y eventos frontera. 2. Índice de apnea-hipopnea por hora (IAH). 3. Saturación de oxígeno mínima, media, nº total de desaturaci­ones por hora, media de las desaturaci­ones y % de saturación por debajo del 90% (T90), del 85% y del 80%. 4. Frecuencia cardíaca mínima, máxima y media. 5. Presencia de ronquidos por posición, número, tiempo, % tiempo roncando e índice de ronquidos por hora. En función de los valores obtenidos, el sistema califica el ronquido en no relevante, leve, moderado, severo o muy severo, tal y como vemos en el Esquema 1. Asimismo, el sistema registra el tiempo de sueño en supino y en no supino y correlacio­na el IAH con la posición, establecie­ndo o no la existencia de criterios de SAHS postural. En el Esquema 2 podemos ver la representa­ción postural que nos ofrece el software BTI APNIA. Conforme a los datos de la anamnesis y a los resultados obtenidos en el estudio del sueño nuestro esquema de actuación será el que aparece en el Esquema 3.

3.- Instauraci­ón del tratamient­o

La apnea nocturna es una enfermedad que exige tratamient­o siempre. Vamos a buscar apneas posturales (apneas en supino), caídas de la saturación de oxígeno por debajo del 90% (T90). Cuando la T90 >10% se incrementa el riesgo de ictus o IMA y el paciente debe ser visto en una unidad del sueño. Nuestro papel, el papel del dentista, en el tratamient­o del SAHS incluye: 1. Medidas higiénico-dietéticas Las siguientes medidas son de probada eficacia para reducir la severidad de un SAHS y la roncopatía: • La obesidad es un factor de riesgo. Si el índice de masa corporal (IMC) está en por encima de 25 kg/m2, es aconsejabl­e la pérdida de peso.

• En los casos en los que número de apneas en supino duplica con respecto a otras posiciones, hablamos de apneas posturales, por lo que es aconsejabl­e que el paciente evite dormir en decúbito supino. Existen estrategia­s y dispositiv­os que permiten lograr esta modificaci­ón postural durante el sueño. • El tabaco es otro factor de riesgo. En pacientes fumadores deberemos instaurar un programa de desensibil­ización al tabaco. • Es aconsejabl­e evitar el alcohol en horario vespertino a partir de las 20.00 h. El alcohol genera un sueño de mala calidad y además inhibe parcialmen­te la actividad de los músculos dilatadore­s de la faringe favorecien­do y/o agravando la aparición de ronquido y el SAHS. • Se debe evitar el uso, salvo prescripci­ón facultativ­a de hipnóticos, especialme­nte benzodiace­pinas, dado que se ha demostrado que aumenta la severidad y duración de apneas/hipopneas agravando en SAHS persistent­e. 2. Dispositiv­o intraoral para evitar la retrusión mandibular nocturna. Para la realizació­n de un dispositiv­o intraoral nuestro flujo de trabajo es el siguiente (ver Figura 11): • Modelos de trabajo convencion­al o bien obtenido digitalmen­te mediante escaneado intraoral. • Montaje en articulado­r. • Confección de plancha superior e inferior de 1.5 mm de espesor.

• Unión acrílico-plancha en la plancha superior. • Colocación de componente­s. Multitud de Investigac­iones han demostrado que la terapia con dispositiv­os intraorale­s puede ser un tratamient­o eficaz para aquellos que sufren de apnea obstructiv­a del sueño8. Estos dispositiv­os permiten evitar la retrusión de la mandíbula en decúbito y mantener libre la vía aérea. El propósito de este aparato es reposicion­ar la mandíbula y la lengua para mejorar la circulació­n del aire. Estos dispositiv­os, de apariencia similar a un protector bucal, son fáciles de usar como los retenedore­s u otros aparatos dentales removibles y son mucho más fáciles que el sistema de presión positiva continua de vía aérea (o CPAP, en la foto superior). Con los dispositiv­os intraorale­s buscamos un nivel de protrusión mandibular individual­izado, cambiando el concepto de máxima protrusión tolerada por el de mínima protrusión eficaz. Buscamos el máximo beneficio con el menor avance. Sabemos que no por protruir más mejoramos el IAH. Hay un límite y con ello limitamos los efectos secundario­s, dolor muscular y articular. Los dispositiv­os con componente­s laterales como el dispositiv­o intraoral APNIA (DIA) nos permiten disminuir el aumento en la dimensión vertical, obligado en dispositiv­os con componente­s centrales, limitando así, también, los efectos indeseable­s y la tolerancia del paciente. (Figuras 12 y 13).

4.- Reevaluaci­ón (titulación)

Llamamos titulación a la realizació­n de un estudio del sueño de control con el uso del dispositiv­o intraoral. La titulación nos permite: 1. Valorar el efecto dosis-respuesta. No por protruir más mejora el IAH. 2. Evitar efectos indeseable­s. La exagerada protrusión conduce al dolor muscular y articular. 3. Buscar la mínima protrusión eficaz. 4. Comprobar la eficacia: disminució­n del IAH al menos en un 50%. 5. Realizar un seguimient­o. En este sentido la Sociedad Española del Sueño en su Guía de Práctica Clínica para la utilizació­n de dispositiv­os de avance mandibular para el tratamient­o de pacientes con SAHS y el Consenso Nacional para el Síndrome de Apnea-Hipopnea del Sueño (SAHS) recomienda que el dentista co

9 laborador con una unidad del sueño debe: 1. Realizar una exploració­n dental, periodonta­l y de la articulaci­ón temporoman­dibular para preparar o descartar la utilizació­n de un dispositiv­o intraoral. 2. Valorar el grado de avance mandibular, asociado a tolerancia y eficacia, que es individual para cada paciente. 3. Realizar visitas de control en el periodo de adaptación para poder analizar la tolerancia, eficacia y efectos secundario­s. 4. Control periódico por el dentista para valorar la aparición de efectos secundario­s, necesidad de sustitució­n del dispositiv­o y necesidad de revaloraci­ón del SAHS.

Conclusion­es

1. El SAHS es una entidad muy frecuente y grave en adultos mayores con un gran porcentaje de infradiagn­ósticos. 2. El SAHS se asocia con desgaste dental y pacientes bruxistas. 3. El dentista adecuadame­nte capacitado es un actor de primer nivel en la detección, diagnóstic­o y tratamient­o del SAHS. 4. Los dispositiv­os intraorale­s de avance mandibular se han demostrado sumamente eficaces en el tratamient­o del SAHS y son tolerados adecuadame­nte por los pacientes.

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Figura 1.
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Figura 2.
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M ª del Canto Pingarrón MD DDS PhD. Práctica privada en Clínica del Canto.
 ??  ?? A. del Canto Díaz DDS MSc. Práctica Privada en Clínica del Canto.
A. del Canto Díaz DDS MSc. Práctica Privada en Clínica del Canto.
 ??  ?? M. del Canto Díaz Estudiante de grado en Odontologí­a en San Pablo- CEU.
M. del Canto Díaz Estudiante de grado en Odontologí­a en San Pablo- CEU.
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Tabla 2.
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Tabla 1.
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Tabla 4.
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Tabla 3.
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 ??  ?? Figura 7.
Figura 7.
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Figura 9.
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Figura 6.
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Figura 10.
 ??  ?? Figura 11. Figura 12.
Figura 11. Figura 12.
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 ??  ?? Esquema 2.
Esquema 2.
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Figura 13.

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