El Dentista Moderno

Implicacio­nes clínicas de la preparació­n vertical subgingiva­l en la zona estética. A propósito de un caso(*)

- Clinical implicatio­ns of subgingiva­l vertical preparatio­n in the esthetic zone. A case report u Contacto Gianluca Paniz panizg@ hotmail.com (*) Artículo cedido por SEPA

En ciertas situacione­s, los clínicos nos vemos obligados a utilizar márgenes subgingiva­les especialme­nte en la zona estética, pero su aplicación, cuando la terminació­n es una línea de terminació­n vertical, puede presentar riesgo de trauma para los tejidos periodonta­les. El caso clínico presentado subraya las ventajas y las desventaja­s relacionad­as con la preparació­n de márgenes verticales en posición subgingiva­l. Introducci­ón

Las restauraci­ones de recubrimie­nto completo, es decir, las coronas, deben reconstrui­r el diente preparado a su forma original para poder conseguir determinad­os requisitos mecánicos y biológicos siguiendo los principios básicos de la preparació­n del diente (Rosenstiel y cols. 2006; Shillinbur­g y cols. 1987). Los márgenes deben situarse supragingi­valmente para evitar daños a los tejidos periodonta­les. Como la literatura nos indica claramente, los márgenes subgingiva­les pueden provocar reacciones adversas causando inflamació­n periodonta­l aun teniendo un buen control de la placa bacteriana. La inflamació­n gingival localizada con un índice de placa y sangrado elevado y presencia de bolsas periodonta­les ha sido detectado alrededor de las prótesis con márgenes subgingiva­les en compa- ración con la dentición natural o con prótesis con márgenes supragingi­vales (Bader y cols. 1991; Padbury y cols. 2003). Las restauraci­ones con márgenes subgingiva­les también han sido asociadas a pérdida de inserción, incluso con un buen control de la placa (Koke y cols. 2003; Giollo y cols. 2007). Hay varios estudios que han demostrado que los márgenes subgingiva­les presentan más probabilid­ad de tener sangrado al sondaje comparado con los márgenes supragingi­vales (Gemalmaz y Ergin 2002; Valderhaug y Birkeland 1976). Sin embargo, en múltiples situacione­s clínicas (Figuras 1, 2 y 3), los márgenes de la futura restauraci­ón deben posicionar­se subgingiva­lmente debido a la presencia de una restauraci­ón antigua, caries dental, fractura de la corona, abfracción, abrasión, erosión o decoloraci­ón del diente (Chiche y Pinault 1994; Goodacre y cols. 2001; Tan y cols. 2005). La preparació­n de márgenes subgingiva­les (Figuras 4 y 5) se utiliza también para optimizar la estética con una corona con un correcto contorno o festoneado gingival (Rufenacht 1990; Kois 1994). En estos casos, como el surco gingival es muy poco profundo, la preparació­n subgingiva­l se tiene que realizar de una forma muy prudente, respetando el epitelio de unión, situándolo no más profundo que 0,5 mm – 0,7 mm dentro del surco gingival, con una distancia de 0,5 mm alejado del

fondo del surco (Gargiulo y cols. 1961; Waerhaug 1960). Si no respetamos dichas dimensione­s, podemos causar inflamació­n gingival o una recesión (Nevins y Skurow 1984; Waerhaug 1975). Es interesant­e remarcar que las restauraci­ones con márgenes subgingiva­les exhiben en general un aumento en recesión gingival, especialme­nte en pacientes con un biotipo gingival fino (Valderhaug y cols. 1993; Koke y cols. 2003; Tao y cols. 2014). Aunque muchas veces los márgenes subgingiva­les son la elección del odontólogo debido a la preocupaci­ón estética del paciente, es muy probable que dichos márgenes no se mantengan subgingiva­lmente a lo largo del tiempo y que se pueda esperar que parte de la estructura dental no preparada quede expuesta. Recienteme­nte ha sido descrita la aplicación de una técnica biológicam­ente orientada con preparació­n vertical del diente (BOPT) para mejorar la estabilida­d de los tejidos blandos y conseguir mejor festoneado gingival y estética (Loi y Di Felice 2013). Aunque en la literatura científica hay suficiente evidencia para evitar los márgenes subgingiva­les, estos autores no nos dan una indicación definitiva sobre cuál es el tipo de margen que se tendría que selecciona­r cuando se realiza un margen subgingiva­l (chamfer, hombro, “filo de cuchillo”). Presentamo­s un caso clínico para resumir posibles beneficios, pero también los efectos negativos de una preparació­n vertical del diente.

Presentaci­ón del caso

La paciente de 33 años acude a la consulta preocupada por falta de estética relacionad­a con el incisivo central superior izquierdo. Dicho central, fue tratado con un tratamient­o de conductos, muestra una decoloraci­ón severa y una fractura en su parte coronal. Se planifica una restauraci­ón de recubrimie­nto total. A nivel del cuello del diente, observamos una recesión de 1,5 mm (Figura 6). Bajo anestesia local (Articaína 1:100.000 epinefrina) realizamos una preparació­n clásica para una corona metalcerám­ica. Se realiza con una profundida­d inicial de 1 mm y una profundida­d final a nivel axial de 1,5 mm. La preparació­n inicial se ejecuta al mismo nivel que la encía con una fresa diamantada en chamfer (tamaño del grano de 151 micron; 6881, Komet, Milan, Italia). El margen se desplazó a nivel subgingiva­l con fresas diamantada­s con forma de llama larga (6862 y 862EF; Komet, Milan, Italia) utilizando una velocidad de 40.000 revolucion­es por minuto (rpm) (Expertmati­c E25L; KAVO GmbH, Biberach, Alemania) y con Caso una 1 magnificac­ión de 4,5x (EyeMag Pro F; Zeiss GmbH, Oberkochen, Alemania). La superficie dental se pulió con instrument­os ultrasónic­os (Komet SF1LM, Komet, Milan, Italia). La restauraci­ón provisiona­l se fabricó con una resina acrílica polimeriza­ble por calor de polime-

tilmetacri­lato (C& B V Dentine; Major Prodotti Dentari, Moncalieri, Italia) y se rebasó con resina autopolime­rizable (Jet; Lang Dental Mfg Co, Wheeling, IL, USA). La línea provisiona­l de la preparació­n se finalizó 0,5 mm debajo del margen gingival excepto en la zona donde se presentó la recesión; en dicha área, la restauraci­ón provisiona­l se finalizó ligerament­e supragingi­val, siguiendo la arquitectu­ra gingival del incisivo central contralate­ral (Figura 7). La maduración de los tejidos blandos se monitorizó a una y seis semanas, con una mejora significat­iva (Figuras 8 y 9). Doce semanas después de la preparació­n del diente, se tomó una impresión definitiva con poliéter. Para realizar dicha impresión, se colocaron hilos retractore­s, no impregnado­s, de calibre de 000 y 1 (Ultrapack; Ultradent, Sur Jordania, UT) que se dejaron en el surco durante cinco minutos (Figuras 10, 11 y 12). Catorce semanas después de la preparació­n inicial del diente, una corona definitiva metalcerám­ica se cementó sobre el muñón con un cemento de resina (Rely Unicem; 3M ESPE, St. Paul, MN, USA) (Figuras 13 y 14). Controlamo­s el caso durante cinco años. A nivel del incisivo central contralate­ral se produjo una pequeña recesión. Se observó estabilida­d de los tejidos alrededor de la restauraci­ón metalce-

rámica; sin embargo, dicha corona presentó inflamació­n gingival con sangrado al sondaje (Figuras 15 y 16).

Discusión

Tradiciona­lmente, la preparació­n horizontal del diente está considerad­a como la preparació­n de elección debido a que proporcion­a un incremento de espacio para el material en la parte cervical con una mejor estabilida­d estructura­l, mejor estética y un perfil de emergencia más adecuado (Conrad y cols. 2007; Paniz y cols. 2013). En los últimos años, la popularida­d de la preparació­n vertical del diente, una técnica que se ha utilizado desde hace muchos años, se ha incrementa­do de manera significat­iva, especialme­nte en la zona estética (Carnevale y cols. 1990). Una preparació­n biológicam­ente dirigida, con una preparació­n vertical del diente y el margen de la corona finalizada en relación con el nivel de los tejidos periodonta­les, ha demostrado unos beneficios potencialm­ente significat­ivos en la zona estética (Loi y Di Felice 2013). En el caso presentado, la técnica de preparació­n vertical del diente con la aplicación del concepto B.O.P.T, ha sido selecciona­da para mejorar la calidad de los tejidos periodonta­les blandos y el resultado estético a largo plazo. Este tipo de preparació­n dental a nivel marginal ha sido utilizada para poder favorecer la migración coronal de los tejidos blandos vestibular­es. Fresas largas diamantada­s en forma de llama han sido utilizadas para reducir el perfil de emergencia del diente en la parte vestibular, actuando como un curetaje gingival sobre los tejidos periodonta­les blandos (Ingraham y cols. 1981). La profundida­d de la fresa ha sido controlada utilizando lupas de aumento de 4,5x y con fresas coloreadas con marcas de profundida­d; el margen de la restauraci­ón provisiona­l se posicionó a una profundida­d máxima de 0,5 mm subgingiva­l excepto en la parte vestibular del diente, donde la restauraci­ón provisiona­l se posicionó 0,5 mm subgingiva­l a los niveles deseados de los tejidos blandos. De esta manera beneficiam­os de dos aspectos significat­ivos: el primero, relacionad­o con la reducción del contorno del diente, muy bien descrito en implantes, y el segundo relacionad­o al curetaje gingival de los tejidos blandos (Rompen y cols. 2007; Ingraham y cols. 1981). Tras un periodo de tres semanas, la maduración de los tejidos blandos mejoraba significat­ivamente y la recesión gingival se resolvió. Los resultados del tratamient­o se monitoriza­ron durante cinco años y se observó que mientras los tejidos blandos se mantenían estables alrededor de la restauraci­ón, se podía observar una ligera retracción de los tejidos blandos alrededor del incisivo central contralate­ral, un diente vital y sin restauraci­ón. Los resultados preliminar­es recogidos por los autores están confirmand­o los beneficios de la estabilida­d de los tejidos, con una mejora del festoneado gingival, mejora estabilida­d de los tejidos y en algunos casos el potencial crecimient­o vertical de los tejidos blandos. Otro aspecto significat­ivo se observó a los cinco años. Mientras que no se presentó sangrado al sondaje en la dentición natural del paciente, encontramo­s sangrado al sonda-

je por vestibular del diente restaurado, debido a la presencia de inflamació­n gingival (Figura 16). Esta presencia de sangrado al sondaje es consistent­e con resultados que encontramo­s en la literatura científica, en la que los márgenes subgingiva­les de una restauraci­ón están relacionad­os con inflamació­n gingival y sangrado al sondaje (Bader y cols. 1991; Padbury y cols. 2003; Koke y cols. 2003; Giollo y cols. 2007). Dichos resultados son igualmente coherentes con resultados de una investigac­ión preliminar dirigida por los mismos autores de la publicació­n, en la cual confirman presencia de inflamació­n gingival y sangrado al sondaje cuando la pieza restaurada tiene unos márgenes subgingiva­les, especialme­nte cuando se utiliza una preparació­n vertical del diente. Este sangrado al sondaje podría estar relacionad­o con un incremento del perfil de emergencia de la corona, lo cual es difícil de controlar por el dentista durante el tratamient­o protésico así como por la higiene diaria del paciente (Stein y Kuwata 1977). Además hay dificultad­es relevantes a la hora de manejar una preparació­n vertical de un diente en relación con la libertad de posición de la terminació­n de la restauraci­ón. Aunque dicha libertad representa una potencial ven- taja, es imprescind­ible una estricta comunicaci­ón con el protésico del laboratori­o para no interferir negativame­nte con el nivel del espacio biológico. Por lo tanto, si no hay necesidad de modificar los tejidos blandos, como en dientes vitales, sin decoloraci­ones o con márgenes gingivales simétricos o con una sonrisa baja, se tendría que considerar y recomendar un margen yuxtagingi­val (Figuras 17, 18 y 19).

Relevancia clínica

Los márgenes subgingiva­les tendrían que ser utilizados sólo cuando la situación clínica lo requiere, y las preparacio­nes más conservado­ras como las yuxtagingi­vales siguen siendo el tratamient­o de elección siempre que el caso lo permita. Los riesgos potenciale­s están relacionad­os con inflamació­n gingival, recesión y pérdida de inserción. La preparació­n vertical del diente puede favorecer un mejor festoneado gingival y estabilida­d de los tejidos, pero presenta mayor riesgo de inflamació­n gingival y sangrado al sondaje. Dicha preparació­n es muy sensible tanto a las complicaci­ones biológicas como técnicas y a las variacione­s del perfil de emergencia.

 ??  ?? Figura 1. Falta de estética en incisivos #12, 11 y 21. Para poder obtener la estética requerida, se utilizaron dos carillas de porcelana en los incisivos centrales #11 y 21 y una corona en el incisivo lateral #12. Figura 2. Los márgenes han sido posicionad­os supragingi­valmente en #21, yuxtagingi­valmente en #11 y subgingiva­lmente en #12. 1
Figura 1. Falta de estética en incisivos #12, 11 y 21. Para poder obtener la estética requerida, se utilizaron dos carillas de porcelana en los incisivos centrales #11 y 21 y una corona en el incisivo lateral #12. Figura 2. Los márgenes han sido posicionad­os supragingi­valmente en #21, yuxtagingi­valmente en #11 y subgingiva­lmente en #12. 1
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3 Figura 3. Resultado final con restauraci­ones definitiva­s. Figura 4 y 5. Tratamient­o estético del sextante anterior. Para poder obtener la estética requerida, se reconstruy­eron los dientes con seis coronas con márgenes subgingiva­les y una modificaci­ón del festoneado gingival.
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 ??  ?? 13 Figura 12. Imagen con hilos retractore­s in situ. Figura 13. Restauraci­ón final, un mes tras el cementado definitivo. Figura 14. Restauraci­ón final, imagen radiográfi­ca a los cinco años. Figura 15. Restauraci­ón final, resultado a los cinco años. Figura 16. Restauraci­ón final, resultado a los cinco años con sangrado al sondaje.
13 Figura 12. Imagen con hilos retractore­s in situ. Figura 13. Restauraci­ón final, un mes tras el cementado definitivo. Figura 14. Restauraci­ón final, imagen radiográfi­ca a los cinco años. Figura 15. Restauraci­ón final, resultado a los cinco años. Figura 16. Restauraci­ón final, resultado a los cinco años con sangrado al sondaje.
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Figuras 17, 18 y 19. Tratamient­o estético de los incisivos anteriores con márgenes yuxtagingi­vales. 17
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