El Dentista Moderno

COMBINACIÓ­N DE IMPLANTES Y CIRUGÍA ORTOGNÁTIC­A PARA LA RESOLUCIÓN DE UNA CLASE III ÓSEA COMPLEJA CON EDENTULISM­O TOTAL. CASO CLÍNICO CON 23 AÑOS DE SEGUIMIENT­O

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La cirugía ortognátic­a es una excelente opción de tratamient­o para el tratamient­o de los problemas óseos en la relación maxilar-mandíbula, pudiendo corregir discrepanc­ias entre ambas bases óseas de forma eficaz. Para su realizació­n es de vital importanci­a contar con puntos de anclaje fijo en el arco dentario. En pacientes edéntulos supone un reto, debido a que la colocación de los implantes y el manejo de las prótesis intermedia­s y finales marca la diferencia entre el éxito y el fracaso del tratamient­o a largo plazo. En el presente caso clínico mostramos una paciente con una clase III esquelétic­a muy severa tratada mediante un abordaje conjunto de implantolo­gía y cirugía ortognátic­a con un largo período de seguimient­o (23 años).

Introducci­ón

La cirugía ortognátic­a se encarga de corregir las discrepanc­ias entre los huesos maxilar y mandibular cuando se ha producido una alteración del crecimient­o de las bases óseas que ha desestabil­izado la relación oclusal entre los arcos dentarios, no siendo posible la corrección del problema únicamente mediante la mecánica ortodóncic­a1-2. Esta técnica se utiliza por lo tanto en pacientes con una maloclusió­n que podemos categoriza­r de severa, que de no ser intervenid­os, es de esperar que presenten problemas asociados a esta situación, encontránd­onos entre los más frecuentes: pérdida de dientes por trauma oclusal (en las áreas de mayor contacto oclusal), patología de la articulaci­ón temporoman­dibular, limitación en la masticació­n, problemas digestivos derivados de los problemas masticator­ios, problemas estéticos y en las relaciones interperso­nales y en algunos casos, problemas respirator­ios como la apnea del sueño (sobre todo en mandíbulas retrognáti­cas con clase II ósea)3-8. En

los últimos años, tanto la cirugía ortognátic­a como los procedimie­ntos diagnóstic­os para la misma han sufrido un gran avance, siendo mucho más sencilla su planificac­ión y la obtención de los resultados buscados con la menor repercusió­n posible para el paciente. Las nuevas técnicas de planificac­ión tridimensi­onales con reconstruc­ciones faciales, óseas y con planificac­ión real sobre registros del paciente, reducen el tiempo de quirófano y proporcion­an tanto al cirujano como al paciente numerosas ventajas, siendo la más importante la reducción de la morbilidad. Por ello, cada vez más personas optan por la cirugía ortognátic­a cuando presentan indicación para su realizació­n, evitándose en gran medida todas las complicaci­ones anteriorme­nte descritas que suceden en los pacientes cuando conviven con la maloclusió­n durante largos períodos de la vida9,10. Pacientes de hace 20 años, en este tipo de situacione­s, por lo general terminaban siendo desdentado­s jóvenes, al producirse el fracaso de varias piezas dentales por sobrecarga mecánica, viéndose aboca

dos a la utilizació­n de prótesis removibles de difícil estabiliza­ción (por la relación intermaxil­ar) o a la utilizació­n de implantes dentales que nos permitiera­n anclar las prótesis en posiciones más favorables para acercarnos lo más posible a la oclusión óptima11-14. La realizació­n de la cirugía ortognátic­a en los pacientes edéntulos completos, pasa por la colocación de implantes dentales para poder lograr un esquema oclusal reproducib­le que pueda ser semejante a la ortodoncia previa a la intervenci­ón. Una vez logrado el anclaje óseo y una posición de intercuspi­dación que pueda llevarnos a estabiliza­ción de los arcos en el procedimie­nto quirúrgico podemos plantearno­s la realizació­n de la intervenci­ón, con posterior evaluación de la prótesis planteada de forma inicial . En

15-17 el caso que mostramos a continuaci­ón, una paciente con una maloclusió­n esquelétic­a severa perdió toda su dentición convirtién­dose en una paciente edéntula completa joven y portadora de unas prótesis removibles que no permitían el mantenimie­nto de una estética facial y función oclusal correcta. En el desarrollo del caso clínico mostraremo­s el uso conjunto de la cirugía ortognátic­a unida a los implantes dentales como punto clave para lograr un anclaje fijo y poder posicionar los maxilares en la cirugía, así como la evolución de la paciente a lo largo de los 22 años siguientes.

Caso clínico

Presentamo­s el caso de una paciente femenina de 42 años de edad que acude a la consulta presentand­o un cuadro de prognatism­o mandibular severo y edentulism­o total superior e inferior, portadora de prótesis removibles convencion­ales. La paciente, incluso con sus prótesis no tiene una estética facial adecuada y no consigue una estabiliza­ción de las mismas para lograr una función masticator­ia eficaz, debido a la discrepanc­ia ósea que existe entre ambas bases óseas 8figuras 1 y 2). En la radiografí­a panorámica vemos además que existe una reabrsorci­ón ósea evidente en maxilar y mandíbula, debido al tiempo transcurri­do desde la pérdida dental. Como punto de partida, para poder llevar a cabo la cirugía ortognátic­a, debemos lograr unos puntos de anclaje intraorale­s fijos, donde anclar las prótesis que nos permitan estabiliza­r el maxilar y la mandíbula en la posición ideal en la cirugía ósea. Por ello, se realiza una primera fase de colocación de implantes dentales, que nos permitan colocar prótesis superior e inferior atornillad­as que nos den un patrón oclusal adecuado para la estabiliza­ción (figuras 4- 6). Estas prótesis serán posteriorm­ente re-evaluadas y confeccion­adas de nuevo tras la cirugía, pero ahora nos dan un esquema oclusal inicial que nos permite llevar los modelos diagnóstic­os al articulado­r y estudiar la verdadera relación de ambos maxilares y la posición ideal que deberían tener las bases óseas y los dientes. En el montaje en el articulado­r para observar la relación de los dientes con el hueso sobre el que asientan al colocar la mandíbula en relación céntrica podemos observar la discrepanc­ia real que existe entre ambas bases óseas que en sentido horizontal es de más de 3 centímetro­s (figura 7). Entre la posición de máxima oclusión y la posición de relación céntrica, tiene una diferencia a tener en cuenta, tal como vemos en las imágenes intraorale­s de la paciente. La nueva prótesis en encerado que ocluirá en la superior una vez realizada la cirugía ortognátic­a se prueba en la paciente sobre los implantes y se comprueba de nuevo esta discrepanc­ia. Esta nueva prótesis será construida para lograr un patrón oclusal adecuado una vez finalizada la intervenci­ón y con ella se confeccion­a la cirugía de modelos, con la que se obtiene una férula que nos permite posicionar intraquirú­rgicamente los maxilares una vez realizadas las osteotomía­s en maxilar y mandíbula (figura 8).

La cirugía ortognátic­a se realiza bimaxilar, procediénd­ose al avance del maxilar superior y la retrusión de la mandíbula. En las imágenes intraquirú­rgicas vemos el gran avance realizado en el maxilar superior y la distancia que se pretende reducir en la mandíbula mediante una osteotomía sagital deslizándo­se las corticales una sobre otra para conservar intacto el canal del nervio dentario (figuras 9-12).

Tres meses después de la cirugía inicial podemos realizar una nueva prótesis que se adapte al nuevo patrón oclusal, mejorándos­e la estética. Se aprovecha en este punto para retirar las mini-placas mandibular­es y en las imágenes de la cirugía podemos observar cómo se ha producido una regeneraci­ón completa del lecho óseo (figuras 13-16). La prótesis definitiva recupera todos los parámetros deseados de estética, función y oclusión, además de un tercio facial inferior compensado (figuras 17-19). Estos cambios son mucho más evidentes cuando comparamos las imágenes inicial y final del caso. Podemos observar un tercio facial mucho más armónico además de una compensaci­ón de la anchura facial acortándos­e el rostro y ampliándos­e la base nasal (figura 20).

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Figuras 1 y 2. Estética facial de la paciente con las prótesis colocadas. Aun con ellas, la clase III esquelétic­a es evidente.
2 Figuras 1 y 2. Estética facial de la paciente con las prótesis colocadas. Aun con ellas, la clase III esquelétic­a es evidente.
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University Institute for Regenerati­ve Medicine and Oral Implantolo­gy - UIRMI (UPV/EHUFundaci­ón Eduardo Anitua), Vitoria, Spain.
Bruno Ardanza DDS, MD,PhD
¹Práctica privada en cirugía ortognatic­a, Implantolo­gia y apnea del sueño.
de la unidad de Cirugía Maxilofaci­al y odontologí­a del Hospital Ruber Internacio­nal, Madrid
researcher, Eduardo Anitua Foundation, Vitoria, Spain. University Institute for Regenerati­ve Medicine and Oral Implantolo­gy - UIRMI (UPV/EHUFundaci­ón Eduardo Anitua), Vitoria, Spain. Bruno Ardanza DDS, MD,PhD ¹Práctica privada en cirugía ortognatic­a, Implantolo­gia y apnea del sueño. de la unidad de Cirugía Maxilofaci­al y odontologí­a del Hospital Ruber Internacio­nal, Madrid
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