Marlaska recibe al hijo del policía sevillano asesinado por ETA
Cedillo pide que se les reconozcan las secuelas a los huérfanos de las víctimas de la banda
José Miguel Cedillo, hijo del policía sevillano asesinado por ETA Antonio Cedillo, se reunió ayer con el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, para pedirle que se les reconozca a los huérfanos de víctimas de la banda terrorista las secuelas y dificultades con las que han crecido y que les han impedido tener una vida normal.
“En mi caso llevo 36 años de retraso desde el atentado cruel que acabó con mi padre y que me ha venido generando las secuelas que me imposibilitan una vida normalizada al mismo nivel que el resto de personas de mi generación”, asegura Cedillo en un comunicado.
Cedillo se reunió con el ministro para plantear “la necesidad extrema” que tienen “las víctimas de segunda generación con secuelas acreditadas” de que se les reconozca también en la ley de víctimas del terrorismo. Lo que es, a su juicio, un “cabo suelto” del Estado ante la disolución de ETA.
Añade que desde que en 1982 se produjo el atentado, no se ha hecho todo bien: “Ha habido muchas cosas mal hechas, como por ejemplo la falta de celo en la búsqueda, persecución y enjuicia- miento de aquellos que mataron a mi padre y que acabaron permitiendo que el caso prescribiera sin más”.
Por ello, defiende que ahora es “el mejor y único momento posible” para que los huérfanos de ETA sean tenidos en consideración “como los niños de los 80 a los que nos arrebataron a nuestros padres y que hoy somos adultos que hemos crecido con secuelas y dificultades para poder desarrollar nuestra vida”.
A los pocos días del nombramiento de Marlaska, Cedillo publicó una carta abierta a través de las redes sociales en la que le pedía que no siguiera el camino de sus antecesores y “se tomara como propio el reconocimiento, la dignidad y la reparación de los huérfanos”.