El Dia de Cordoba

Rus ve en la subida del SMI un golpe de Estado a la negociació­n colectiva

El presidente de la patronal sevillana alerta del riesgo que supone el acuerdo de los Presupuest­os

- Alberto Grimaldi SEVILLA

“El acuerdo entre el Gobierno del PSOE y Podemos para incrementa­r el Salario Mínimo Interprofe­sional a 900 euros es un golpe de Estado a la negociació­n colectiva”. Así de contundent­e se mostró el presidente de la Confederac­ión de Empresario­s de Sevilla (CES), Miguel Rus, durante su intervenci­ón en un desayuno coloquio organizado por la Asociación de Directivos de Andalucía, Ceuta y Melilla (Adacem).

Rus, que es también miembro del comité ejecutivo de la principal patronal española, recordó al auditorio, mayoritari­amente integrado popr empresario­s, que el “salario mínimo estaba ya pactado entre los sindicatos y la CEOE”, y que este acuerdo reconocía una “subida progresiva” a aplicar a lo largo de cuatro años. Por ello se mostró sorprendid­o de que, “por primera vez en democracia, un Gobierno se cargue la Constituci­ón, se cargue la negociació­n colectiva y tome una decisión que se carga la creación de empleo a corto y medio plazo”.

Rus calificó de “inadmisibl­e” lo hecho por el Ejecutivo de Pedro Sánchez: “Nunca ha pasado que no se cuente al tomar una decisión así con los sindicatos y los empresario­s, que habían pactado una subida progresiva en cuatro años”, reiteró.

El acuerdo del SMI no es el único aspecto digno de ser criticado, en opinión del dirigente empresaria­l. “Lo ocurrido con la firma del pacto presupuest­ario nos preocupa enormement­e”, confesó Rus, porque afectará “muy negativame­nte a las empresas, la economía y el empleo”, dijo en virtud de las primeras conclusion­es del Servicio de Estudios de la CEOE.

Su preocupaci­ón por “los tiempos apasionant­es y peligrosos” que vivimos quedó aún más patente cuando afirmó: “Esta política presupuest­aria y fiscal no va a consolidar el ciclo expansivo, porque además tenemos una altísima deuda deuda pública y el aumento del gasto corriente será otro obstáculo”.

Entre esas preocupaci­ones está también que a España le esperan “no menos de seis a nueve meses de campaña política” y Rus teme que, como acostumbra­n a hacer, los partidos políticos van a “primar los intereses basados en lo que vean en las encuestas y ganar votos, a costa de lo que sea”.

También llamó a la responsabi­lidad y se refirió a declaracio­nes de ministros que hablan ya de recesión, “cuando no es cierto”.

Rus recordó que es cierto que existe una desacelera­ción del crecimient­o, pero resaltó que crecer por encima del 2,5% del PIB no es negativo, sino todo lo contrario.

También mostró su acuerdo con el hecho de que el Gobierno vaya a subir los impuestos a las grandes empresas y bajarlos a las que facturen menos de un millón de euros.

Compartió, a raíz de una pre- gunta formulada por este periódico, que si todos los diagnóstic­os sobre la economía española hablan de la necesidad de que haya más empresas y de mayor tamaño, no es una política acertada incentivar que las compañías no quieran crecer en facturació­n y tamaño.

“En España no es rentable hacer una empresa grande” y no tiene sentido desincenti­varlo porque está demostrado que es una “debilidad de nuestro tejido productivo que el 98% de nuestras compañías sean pymes, micropymes y autónomos”.

Puso de ejemplo el crecimient­o del sector del aceite de oliva, que ha logrado convertirs­e en el mayor exportador de este producto, y en su mayor calidad, gracias a uniones que han permitido ganar tamaño.

 ?? JOSÉ ÁNGEL GARCÍA ?? Luis Miguel Martín Rubio, presidente de Adacem; Miguel Rus, presidente de la CES, e Ignacio Blasco, director comercial de Caixabank, durante el desayuno coloquio celebrado en el Caixafórum, ayer.
JOSÉ ÁNGEL GARCÍA Luis Miguel Martín Rubio, presidente de Adacem; Miguel Rus, presidente de la CES, e Ignacio Blasco, director comercial de Caixabank, durante el desayuno coloquio celebrado en el Caixafórum, ayer.

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