Amar, respetar y defender la vida
Recientemente se publicó una noticia sobre el “acoso y hostigamiento” a mujeres y profesionales en centros acreditados en España para la “interrupción del embarazo”. En Córdoba existe uno de esos centros donde, tres días a la semana, se realizan abortos a mujeres que allí acuden; algunas, suponemos de forma privada, pero otras son derivadas desde su centro de salud, lo que implica que todos los contribuyentes a la Seguridad Social, partidarios o no del aborto provocado, lo costeamos.
Desde finales de abril, un grupo de personas pertenecientes a la Plataforma Córdoba por el derecho a la vida –después se han unido otras– decidimos ir a dicho centro movidos por la intención de salvar la vida de esos niños que están en el vientre de sus madres. Nuestro ofrecimiento a las mujeres que acuden al centro referido siempre ha sido correcto y respetuoso. ¡No podría ser de otra forma, pues nosotros respetamos y valoramos la dos vidas!. Porque algunas se sienten desbordadas por problemas económicos, laborales, de soledad y falta de apoyo. Aunque se afirme que acuden voluntariamente, sabemos que muchas tienen su libertad mediatizada por circunstancias adversas. De ahí que necesiten ayudas y alternativas al aborto. Tenemos la certeza de que si hubiera en España más ayudas a la maternidad, muchas mujeres no abortarían.
Al acercarnos a ellas, les preguntamos: “¿Podemos ayudarte?”. Y si nos escucha y acepta hablar, le explicamos qué le ofrecemos. Cuando mani-
fiestan falta de medios, contamos con el respaldo de tres asociaciones provida, integradas en la Plataforma, que les proporcionan recursos cuando dan a luz. Siempre demostramos comprensión y afecto hacia la mujer y le comunicamos que no está sola y que queremos y podemos ayudarla. Alguna, después de haber abortado, nos ha llamado pidiendo ayuda personal. ¡Nunca se la negamos! Y nunca juzgamos. Así pues, cualquier acusación de “acoso” es totalmente contraria a la realidad.
La Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del Embarazo considera que es imprescindible que el Gobierno y el poder legislativo asuman esta realidad “injusta promuevan una iniciativa legislativa que tipifique como “delictivas” aquellas conductas que obstaculicen, impidan, restrinjan, limiten o entorpezcan el acceso de la mujer a la llama- da IVE, que no es interrupción (porque después no se puede reanudar) y muchas veces, tampoco es voluntaria. Desde estas páginas, reivindicamos que los que queremos salvar vidas de niños y rescatar a mujeres que acuden a abortar ¡No somos delincuentes! Somos personas que amamos, respetamos y defendemos la Vida. Porque es el primero de los derechos humanos. Y porque no queremos que haya una mujer que sufra porque ya nunca va a conocer a su hijo. O que se pregunte si era un varón o una niña y que arrastre el sentimiento de culpa por haber permitido que le quitaran la vida antes de nacer. María José de Francisco
(Grupo Sí a la vida - Córdoba)
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