El Dia de Cordoba

“Sin armas nucleares, Corea del Norte sería otro Iraq”

ALEJANDRO CAO DE BENÓS. DELEGADO ESPECIAL OCCIDENTAL DE COREA DEL NORTE

- Manu R. Macarro

El catalán de ascendenci­a granadina ve en la República Federal el mejor modelo para España Cree que la política española es un timo

–Proviene de familia aristocrát­ica y asegura tener un árbol genealógic­o con el que podría llegar a Adán y Eva.

–Nuestro linaje viene por el barón de Les y los marqueses de Rosalmonte y condes de Argelejo. El condado de Argelejo está en Andalucía y está relacionad­o con las islas de Fernando Pó y Annobón, en Guinea Ecuatorial. Del año 1300 hacia atrás mis antepasado­s se lo pudieron inventar, y de ahí que no haya datos veraces para buscar el parentesco con reyes de Egipto que mencionan en nuestro árbol genealógic­o. –Hasta su abuelo, granadino, eran una familia rica.

–Mi abuelo paterno tenía uno de los Cármenes más impresiona­ntes en Granada con vistas a la Alhambra. Después se lo quedaron los Rodríguez-Acosta. Mi padre se crió ahí con todo lo que acompañaba a la alta clase aristocrát­ica en la época de Franco. Mi abuelo se gastó la herencia. –¿Cómo llegó a Corea?

–Yo vivía en La Zubia y el interés por el comunismo y el socialismo me llevo a interesarm­e por países con esa ideología. Con la URSS en declive, vi que Corea del Nor- te seguía fuerte. Mi interés también por las culturas asiáticas, sus religiones y filosofía me llevó a querer trabajar allí para crear una sociedad diferente a esta. –¿Cuánto tardó en aprender coreano?

–No es necesario aprender coreano. Yo lo chapurreo. El inglés es mi idioma para el trabajo a nivel internacio­nal y también en Corea. Lo que cuenta es la voluntad y el trabajo que uno dedica a una pasión. Para mí Corea ha sido una pasión desde 1990.

–¿Qué piensa del modelo territoria­l español?

–La mejor fórmula para España es una federación con todas las nacionalid­ades de forma igualitari­a yendo juntas de la mano en un proyecto común. La división sólo crea problemas y la República Federal es la mejor forma. –¿A quién prefería invitar a tomar algo: a Casado, Abascal, Iglesias, Rivera o Sánchez? –Hablo con todo el mundo y tengo amigos de todas las ideologías. Pero no me gusta la gente falsa. No iría a tomar nada con Iglesias porque lo conozco personalme­nte y no me gustan las personas que aparentan defender unas ideas y luego hacen algo diferente. No me siento a gusto entre traidores. La política en Espa- ña es un timo; al final no cuenta la ideología y cuando llegas a ciertos estamentos, el pueblo no importa. La política española juega al interés personal y no a los del pueblo que pasa hambre y necesidade­s. Esos son los problemas que deberían afrontar. –¿Conoce la cuenta satírica de Kim Jong-un en Twitter @norcoreano? ¿Qué opina de ella? –No me gusta que usen la imagen de alguien que no conocen. Es un insulto al líder de una República que es respetado por su pueblo. Si quiere hacer bromas de Corea, que haga como Gran Wyoming: que se ponga su nombre o un apodo. Le quita honradez y valentía no mostrar la cara.

–Fue detenido por posesión de armas de fuego y puesto en libertad, aunque le retiraron el pasaporte. ¿Se lo han devuelto? –Debo personarme en el juzgado cada lunes. No me han devuelto el pasaporte y no me han permi- tido siquiera la salida puntual. Aquí se persigue a quienes no tienen su ideología. Estoy retenido para impedirme trabajar. –¿Deseando volver allí?

–Por supuesto, pero no sólo allí, sino también a Cambridge o Chile, donde tengo varias charlas pendientes en universida­des. Como delegado especial me dedico a trabajar por el mundo.

–¿Qué opina de la reunión de Trump con Kim Jong-un?

–Es muy positiva y todo va a ir hacia delante, pero Corea lleva un año sin hacer pruebas nucleares ni lanzar misiles interconti­nentales, mientras EEUU no ha dado ningún paso por rebajar las sanciones ni por firmar el tratado. Trump se arriesga a que nuestro Gobierno se acabe cansando. –¿Obama o Trump?

–Trump, sin duda. Obama fue Nobel de la Paz y acabó atacando otras naciones. Contra Corea del Norte actuó de forma violenta. Trump es un hombre de negocios y si ve que puede hacer un buen trato no le importa la ideología sino el resultado.

–¿Y qué hay del acercamien­to entre las dos Coreas?

–Estamos avanzando mucho. Se ha abierto la Oficina Intercorea­na. Hemos presentado la candidatur­a para los JJOO de 2032 co- mo una sola nación... Dentro de poco se podrá pasar en la frontera de Norte a Sur.

–¿Por qué el empeño norcoreano en las armas nucleares? –Viene de los 90, cuando Clinton amenazó con atacar Corea. Si no desarrollá­bamos armas nucleares podrían atacarnos. Seríamos un Iraq, Afganistán o Siria. El arma nuclear es una especie de seguro que hace que un país pequeño pueda enfrentars­e a EEUU. –¿Qué países podrían acompañar a Corea en una hipotética guerra nuclear?

–Ninguno en origen. Si EEUU cometiera el error de pasarse de la raya, China entraría en el conflicto. Compartimo­s frontera con los chinos, y según sea el ataque decidiría entrar o no.

–¿Cualquiera puede visitar Corea del Norte? ¿Qué requisitos hay y cuánto podría costar?

–Sí. Se necesita preparar el viaje con un mes de antelación para solicitar el visado. El precio puede ser similar a un viaje a Japón. Una semana puede salir por 2.500 euros por persona, con hoteles de cuatro estrellas, cena, transporte y conductor privado. No hay restriccio­nes.

–¿Cuál es el castigo máximo en Corea del Norte?

–Pena de muerte por fusilamien­to privado. No se emplea salvo en casos muy radicales. Se penalizan con ese castigo delitos como golpes de Estado militares, terrorismo o muertes civiles. Prácticame­nte ya no sucede. El último ocurrió con el general Jang Song Thaek. Fue condenado por un juzgado militar. Es el famoso caso en el que mintieron diciendo que había sido devorado por una jauría de perros hambriento­s. Jamás he visto una ejecución pública.

–¿Qué hay de verdad en las ejecucione­s y asesinatos de familiares del líder norcoreano?

–La mayoría de las informacio­nes son falsas.

–Sí hay trabajos forzados sembrando o recogiendo cereales. –Exacto. Hay muy poca criminalid­ad en Corea. Quien delinque va a una granja cooperativ­a, donde ayuda al pueblo recogiendo arroz o haciendo muebles para dar un servicio a la sociedad. Son los campos de trabajo. Trabajan de lunes a viernes ocho horas, no cobran salarios, pero comen y tienen ropa.

–¿Qué cambiaría de Corea?

–El sistema burocrátic­o. Es lento y pesado. Me llegan proyectos que a veces, cuando tengo respuesta, ya es demasiado tarde. En Corea además, tienen demasiado miedo a cometer errores. Ese miedo retrae a muchos ciudadanos y oficiales para crear nuevas expectativ­as políticas y sociales.

–¿Es cercano el líder?

–Muy cercano, como fueron los otros líderes. Son personas del pueblo, siempre están rodeados de personas y tienen mucho contacto con la gente. Por eso lo quieren tanto los coreanos.

No iría a tomarme nada con Pablo Iglesias. Lo conozco y no me siento a gusto entre traidores”

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EFE Alejandro Cao de Benós, en el local que la Asociación de Amigos de la República de Corea del Norte tiene en Tarragona.

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