California sigue siendo un infierno
El incendio del norte del estado solo está controlado en un 20% y ya contabiliza 25 muertos y 100 desaparecidos
Al menos 25 personas han muerto y más de 100 siguen desaparecidas en el incendio que arrasa el norte de California (EEUU) bautizado como Camp Fire, el más destructivo en la historia de este estado.
Miles de personas han tenido que ser evacuadas de sus hogares por los fuegos que han llevado a la declaración de emergencia en Malibú, Ventura y Los Ángeles.
El sheriff del condado californiano de Butte, Kory Honea, informó ayer a los periodistas del hallazgo de 14 nuevos cuerpos, diez de ellos en Paradise, una ciudad de unos 26.000 habitantes.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se había referido previamente en su cuenta de Twitter a la cifra de once fallecidos (los nueve que se conocían por entonces más otras dos personas halladas calcinadas en un incendio en el sur del estado).
“Nuestros corazones están con los que combaten los incendios, los 52.000 que han evacuado y las familias de los 11 que murieron”, expresó Trump.
Según las últimas estimaciones del Departamento Forestal y de Protección contra Incendios del estado, Calfire, el fuego ha arrasado unas 42.500 hectáreas y se encuentra contenido en un 20 %.
Las mejores condiciones meteorológicas del sábado, porque el viento no sopló con la extrema intensidad de las dos jornadas an- teriores, concedieron una breve tregua a los bomberos en la lucha contra las llamas, pero las predicciones apuntaban a que iban a regresar las condiciones adversas.
El Camp Fire fue declarado en la mañana del jueves en las faldas de la Sierra Nevada estadounidense y avanzó a gran velocidad hasta engullir por completo Paradise, a 140 kilómetros de distancia de la capital de California, Sacramento, y a unos 280 kiló- metros del área de la Bahía de San Francisco.
Desde entonces ha quemado más de 6.500 edificios, convirtiéndolo en el fuego más devastador de la historia del estado, y las 25 víctimas de las que por ahora se tiene constancia lo hacen el tercero más mortífero.
El humo sobre Paradise podía verse desde kilómetros de distancia. Tras el paso de las llamas, varios autos fueron reducidos a car- casas metálicas, mientras las líneas eléctricas también alimentaron el fuego. La mayoría de los habitantes logró huir del peligro, aunque la Policía dijo a AFP que algunos granjeros volvieron para revisar cómo estaba su ganado.
En paralelo, otro gran incendio arrasaba el sur del estado, cerca de Los Ángeles, y mantiene evacuadas las poblaciones de Malibú, Calabasas y Thousand Oaks, localidad donde el miércoles un tiroteo se cobró la vida de 12 personas además de la del autor de la masacre.
Dos cuerpos fueron hallados con fuertes quemaduras dentro de un coche en esta zona y la Policía local mantiene abierta una investigación para determinar si el fuego fue la causa de la muerte o si los ocupantes del vehículo ya habían fallecido cuando las llamas les alcanzaron.
En total, unas 300.000 personas han sido evacuadas en el conjunto del estado más poblado de EEUU, donde los incendios se han vuelto más frecuentes y más violentos en los últimos años.