El Dia de Cordoba

Las variadas máscaras de la dominación

- Juan Bosco Díaz-Urmeneta

1 Hace poco más de un siglo, en 1916, el escritor austriaco Karl Kraus publicó en su revista La Antorcha (leída en todos los lugares de habla alemana) un texto, entonces, de novedosa estructura. Constaba de dos columnas yuxtapuest­as y cada una refería un viaje diferente. La de la derecha narraba el trayecto en un tren elegante y cuidado, aunque la cafetería (eran tiempos de guerra) abría sólo al mediodía para desazón de los viajeros: escritores y periodista­s áulicos, es decir, los que trabajan a la sombra de algún gobierno. La columna de la izquierda contaba, en apretada prosa, el caminar, sin meta precisa, de una multitud: hombres, mujeres y niños, desplazado­s de sus pueblos y aldeas (eran tiempos de guerra), mezclados con soldados también carentes de norte. En este segundo viaje faltaba todo, incluso el pan y los mínimos recursos para protegerse de la fría noche (15 grados bajo cero) en los Balcanes.

Recordé el texto al ver Crossing (Travesías), aunque más que ver, habría que decir entrar en la am- biciosa videoinsta­lación de Angela Melitopoul­os (Múnich, 1961). En ella no hay dos textos sino cuatro pantallas de proyección (y numerosos puntos de sonido) que recogen la historia, esto es –siguiendo a Aristótele­s–, cuanto hacen y padecen los refugiados sirios, los resistente­s kurdos, los jornaleros griegos o los labradores privados de su tierra (y de su pasado) por exigencias tecnocráti­cas.

Las proyeccion­es y el sonido rodean al espectador, surgiendo de improviso en una o varias pantallas. A veces recogen objetos: cosas y enseres que los refugiados debieron abandonar o interminab­les vallas que, aunque usuales, hoy se antojan símbolos.

También da su lugar a los ministros de economía de la zona euro: reunidos, toman decisiones. Hay entre ellos una educada relación, no exenta de camaraderí­a, parecida a la de los periodista­s del tren descrito por Kraus. Muy distinta es la relación entre los refugiados. En el relato de Kraus, hay entre ellos ese cuidado mutuo que los antiguos griegos llamaron piedad. En las grabacione­s de Melitopoul­os late un sentir compartido: sutilmente lo expresan las distintas formas, en cada lengua, de palabras decisivas para todos: miedo, libertad, vida digna.

Christophe­r Clark publicó en 2014 una historia de la Primera Guerra Mundial con el expresivo título de Sonámbulos. En ese estado, entre la compulsión y la ignorancia, provocaron los líderes de europeos los desastres de aquella guerra. Melitopoul­os añade a sus proyeccion­es una concisa nota: la época global no necesita guerras mundiales, le basta con decisiones justificad­as por razones financiera­s, empresaria­les o técnicas. Los efectos, ayer y hoy, son análogos. Resta saber qué grado de sonambulis­mo aquejaba a los impulsores de ciertas aventuras militares, a los propulsore­s de las hipotecas basura y a los celosos defensores del pago de la deuda.

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La obra justifica plenamente permanecer durante 105 minutos entre sus cuatro pantallas. Sabemos qué ha ocurrido y sospechamo­s qué puede seguir ocurriendo, pero el arte tiene un valor añadido: hace sentir y a la vez da que pensar, por eso impulsa asociacion­es que la mera descripció­n ignora.

La videoinsta­lación se vincula estrechame­nte a otro filme de Melitopoul­os, Passing Drama, que narra otro gran desplazami­ento: el que, en 1923, expulsó de Grecia a las minorías islámicas y de Anatolia, Turquía, a las cristianas. Pactado el intercambi­o entre los dos gobiernos, las expulsione­s se hicieron por sorpresa y con violencia. Víctima de ellas fue la propia familia de Melitopoul­os. Passing Drama es sobre todo un ejercicio de memoria: la autora reconstruy­e la narración, la acompaña de objetos familiares perdidos y le otorga un extraño compás: las imágenes de repente se deslizan en un torbellino, una expresión ajustada al desarraigo de quienes de repente se ven forzados a perder su entorno y su pasado.

El trabajo de Melitopoul­os se entiende mejor partiendo de As-

2. semblages, el vídeo proyectado en la capilla de Colón. Imágenes, textos y entrevista­s en torno a las ideas del pensador Félix Guattari. No hace falta ser experto. Basta ser consciente del alcance de una palabra, dominación. Occidente creyó liberarse poniendo a su servicio la naturaleza, reduciendo los extravíos del deseo y labrando una subjetivid­ad ordenada y coherente. Pero bajo esos proyectos alienta la dominación.

Se advierte esta dominación en la explotació­n del medio natural, en la miedosa ceguera que nos paraliza ante los conflictos psicológic­os y, sobre todo, en el afán de poder agazapado en ciertas lógicas que imponen y justifican proyectos tan razonables como crueles. El vídeo apunta con claridad una idea: hay otros modos de vivir como seres humanos. Tal cambio de vida tendrá saludables consecuenc­ias en política pero para edificarlo hay que partir de niveles algo más profundos.

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Hay una resonancia en estas obras que remite a los escritos de Karl Kraus de hace un siglo

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 ??  ?? 1. ‘Assemblage­s’, la videoinsta­lación en torno al pensamient­o de Félix Guattari que se puede ver en la capilla de Colón del CAAC. ‘Crossings’, otra de las obras centrales de la exposición de la artista alemana de origen griego Angela Melitopoul­os.
1. ‘Assemblage­s’, la videoinsta­lación en torno al pensamient­o de Félix Guattari que se puede ver en la capilla de Colón del CAAC. ‘Crossings’, otra de las obras centrales de la exposición de la artista alemana de origen griego Angela Melitopoul­os.

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