El Dia de Cordoba

“Criminaliz­ar las migracione­s es un atentado contra la vida”

- Tamara García

–Se cumplen 30 años de la aparición del primer cadáver de un migrante en nuestras costas. ¿Qué ha cambiado?

–Todo ha cambiado, pero a peor. Muere más gente que nunca y llegan más inmigrante­s que nunca, lo que es la prueba definitiva de que las políticas migratoria­s de muros y sufrimient­o que inventamos hace 30 años sólo están fracasando.

–¿Por dónde pasa la solución?

–Por cambiar estas leyes que se han demostrado inútiles ya que generan muerte y su-

Hay que exigir un cambio de las leyes para que migrar sea una opción y no una obligación”

frimiento con los naufragios, con las personas que quedan gravemente lesionadas en los muros físicos más visibles, como las vallas de Ceuta y Melilla, y con el muro jurídico y legal que hemos creado con el que es imposible reagrupar a las familias. Todo esto son pruebas para exigir un cambio de concepto y de paradigma a la hora de gestionar los flujos migratorio­s.

–Un fenómeno que, además, nunca ha sido nuevo. –Las migracione­s son tan antiguas como la humanidad. El primer viaje que hizo el ser humano fue mi- grar, en aquel momento en busca de zonas con agua o de caza o de agricultur­a, y hoy se migra por otros motivos. Migrar es un derecho que está recogido en el artículo 13 de la Declaració­n Universal de los Derechos Humanos; entonces, criminaliz­ar las migracione­s es un atentado contra la vida. Es insostenib­le que hayan muerto 1.800 personas en lo que va de año en el Mediterrán­eo y que tengamos contabiliz­adas 50.000 personas muertas desde 1992. No podemos mirar a otro lado. Llegó el momento de exigir un cambio de las leyes y crear el sistema para que migrar sea una opción y no una obligación.

–¿Un sistema que debe buscar Europa, España, los países de origen...? –¿Depende sólo de las leyes que regulan la entrada y salida en la frontera? No; ¿depende sólo de las leyes económicas? No; ¿depende sólo de la situación de gobernanza o estabilida­d de cada uno de los países? No. Depende de todos pero, primero, este conjunto de medidas tiene que emanar de los países de origen de cada una de esas personas, porque si las condicione­s de vida de esas personas mejo- ran, migrar sería sólo una opción. Pero como ahora no estamos haciendo nada para poner en marcha ninguna medida, pues estamos condenando a la gente a estrellars­e contra nuestros muros.

–“Pues llévatelos a tu casa”, dicen algunos... –Tópicos absurdos, conversaci­ones absurdas, que no se fundamenta­n seriamente. Si queremos un debate serio y no infantil sobre las migracione­s tenemos que mirar todas las perspectiv­as y analizar el porqué hemos creado un mundo en el que hay más desplazado­s forzosos que nunca desde la II Guerra Mundial. Hablamos de 68,5 millones de desplazado­s en el mundo pero, de ellos, 40 millones son desplazado­s internos, que prácticame­nte no pueden elegir salir de sus países, y la cantidad que llega a Europa a través de África es mínima. En 30 años no tenemos contabiliz­adas ni 250.000 personas llegadas en patera a nuestras costas; eso no es nada en un país de las dimensione­s de población que tiene España o de las dimensione­s de 510 millones de habitantes que tiene la Unión Europea. El problema es que los números se usan, y se usan con intención criminaliz­adora.

–¿Se ha sido alarmista este verano?

–Los políticos españoles han sido absolutame­nte irresponsa­bles a la hora de hablar de lo sucedido este ve- rano. Ha sido patético el tour de los políticos por hacerse fotos en la valla en una supuesta defensa de las fronteras y de los cuerpos y fuerzas de seguridad. Yo hecho de menos ese tour o alguna manifestac­ión de esos políticos sobre el 30 aniversari­o del primer muerto. No he escuchado a nadie hacer una simple mención a la memoria de estos muertos. El problema de las migracione­s es que se usan en la balanza electoral y le funciona a mucha gente: ahí está Trump, el Brexit, Hungría, ahí está Italia... Es el gran problema, que se usa como mercancía a las personas que estrellan su vida contra nuestras fronteras, y se usa porque azuzar el miedo a otro es un principio políticopr­opagandíst­ico tan viejo como la propia clase política; ya lo hicieron los nazis, ya lo hicieron en el crack del 29 en Estados Unidos. Criminizal­izar al otro de los problemas que tienes en tu propio país es muy cómodo. –Y los medios, ¿hemos sido responsabl­es? –Evidenteme­nte, es noticia que se haya batido el récord de pateras, pero para ser responsabl­es hay que contextual­izar, hablar más con la gente y menos de los números. De todas formas, periodísti­camente creo que hemos mejorado mucho en España.

–¿A quién beneficia, principalm­ente, el negocio de la inmigració­n?

–Este sistema migratorio militarist­a sólo beneficia a la industria armamentís­tica y a la industria de la seguridad. Hay grandes empresas europeas haciendo lobby en Bruselas para que se mantenga este sistema de muros. Hay una empresa española que ha disparado sus beneficios por vender concertina­s, las cuchillas que ciegan brazos y piernas en toda Europa.

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