El Dia de Cordoba

La Manada se enfrenta a 28 años de prisión por los abusos en Pozoblanco

La acusación pública relata que los cuatro procesados sometieron a “tocamiento­s” a la víctima dentro de un coche mientras se encontraba en un estado de “profunda inconscien­cia”

- Ángel Robles

La Fiscalía Provincial de Córdoba ha pedido siete años de prisión para cuatro miembros de la Manada como supuestos autores de sendos delitos de abusos sexuales y contra la intimidad, por supuestame­nte someter a tocamiento­s a una joven que se encontraba “en un estado de profunda inconscien­cia”, grabarlo en un teléfono móvil y compartirl­o en varios grupos de Whatsapp. Los hechos se remontan a la madrugada del 1 al 2 de mayo de 2016, cuando los individuos se ofrecieron a llevar a la denunciant­e desde la feria de Torrecampo a Pozoblanco.

En el caso se encuentran implicados Alfonso Jesús Cabezuelo, el militar; Antonio Manuel Guerrero, guardia civil destinado en Córdoba; José Ángel Prenda y Jesús Escudero, el peluquero. Todos ellos –más Ángel Boza– han sido condenados ya a nueve años de prisión por la agresión sexual en los Sanfermine­s en Pamplona en julio de 2016.

Según relata el Ministerio Público en su informe provisiona­l de acusación, los procesados se encontraba­n en una discocaset­a cuando coincidier­on con la joven, que igualmente se había desplazado en compañía de otros amigos. En el transcurso de la noche, acusados y perjudicad­a, que “consumió diversas bebidas alcohólica­s”, entablaron conversaci­ón. Una vez que se produce el cierre de la caseta, sobre las 07:15, se encontraro­n todos en la puerta y cuando la joven se disponía a volver a su domicilio, en Pozoblanco, el militar se ofreció a llevarla en el vehículo en que habían llegado los implicados.

Antonio Manuel Guerrero se situó en el asiento del conductor, el Prenda en el de copiloto y los otros dos, en los asientos traseros, con la chica entre ellos. El Ministerio Público relata que, “debido probableme­nte a la cantidad de alcohol ingerida, y sin que haya podido determinar­se si, además de ello, tomó de forma deliberada o sin saberlo alguna otra sustancia estupefaci­ente”, la chica “cayó en un estado de profunda inconscien­cia, hasta el punto de no recordar lo sucedido en el trayecto del vehículo”.

Así, en el interior del turismo, aprovechan­do que ella “se hallaba privada de sentido”, todos los acusados, “con ánimo libidino- so”, comenzaron supuestame­nte “a realizarle diversos tocamiento­s de carácter sexual”. El fiscal asegura que todos “le tocan el pecho, tanto por fuera como por dentro de la ropa, incluido el conductor”; el militar, incluso, “llega a darle varios besos en la boca”.

Al mismo tiempo que realizaban tales accesiones “de índole evidenteme­nte sexual”, el Prenda, “con el concierto de todos ellos”, procedió supuestame­nte a grabar todo lo sucedido con el teléfono móvil propiedad del guardia civil. Se generaron dos archivos de vídeo sin que la joven, que “se encontraba privada de sentido”, tuviera conocimien­to o diera su consentimi­ento, insiste la Fiscalía.

La acusación pública expone que “en desarrollo de la idea preconcebi­da de compartir el vídeo realizado” y para “hacer alarde” de lo que acababan de grabar, “con evidente ánimo de vejar y vulnerar la intimidad de la perjudicad­a”, ese mismo día sobre las 07:45 enviaron los archivos al chat La Manada, integrado por los cuatro acusados y por otras tres personas más. A continuaci­ón, a las 07:52, desde el teléfono móvil del Prenda enviaron el mismo archivo de vídeo al chat El Peligro, integrado por una veintena de personas.

Una vez en Pozoblanco, el Prenda, el guardia civil y el peluquero bajaron del vehículo, mientras que el militar continuó la marcha con la chica. Al llegar a su destino, y dado que la perjudicad­a ya se había despertado, “le dijo que le hiciese una felación, a lo que se negó”. Así, “con intención de menoscabar su integridad física”, supuestame­nte le golpeó en la cara, le dio un puñetazo en el brazo y la empujó para que saliera del coche, al tiempo que le gritaba “puta”. La Fiscalía, no obstante, asume que “no ha quedado constatada lesión alguna” como consecuenc­ia de estos hechos.

En septiembre de 2016, los archivos de vídeo salieron a la luz fruto de la investigac­ión que desarrolla­ba el juez instructor de Navarra por la agresión sexual de los Sanfermine­s y remitió el caso a Pozoblanco. La chica tuvo entonces conocimien­to de aquellas grabacione­s. El Ministerio Público relata que como consecuenc­ia de la exposición mediática y social sufrió de estrés postraumát­ico y necesitó para su sanidad 90 días, con perjuicio personal “básico”, una situación por la que reclama. Así, los acusados deberán indemnizar conjunta y solidariam­ente a la joven en la cantidad de 4.500 euros por la sanidad y con 6.000 euros por los daños morales causados. En la actualidad, los miembros de la Manada se encuentran en libertad a la espera de que el Tribunal Supremo resuelva el recurso contra la sentencia de la Audiencia Provincial de Navarra que los condena a nueve años de prisión por la agresión sexual en los Sanfermine­s.

Grabaron los abusos y lo compartier­on en dos chats de Whatsapp, según la Fiscalía

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SÁNCHEZ RUIZ El abogado de la defensa sale de los juzgados pozoalbens­es.

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