El Dia de Cordoba

Reflexione­s desde el otro mundo

Andrés Iniesta desgrana las claves de su aventura en un fútbol japonés que le sorprende por su buen nivel Tiene a Juanma Lillo de entrenador y a Villa y Samper de compañeros

- Antonio Hermosín (Efe)

Andrés Iniesta se marchó del Barcelona para emprender una aventura en el fútbol nipón porque quería seguir “sintiéndos­e futbolista” y está “encontrand­o” ese objetivo en el Vissel Kobe, según dijo en una entrevista a Efe.

Su rostro preside la fachada del estadio Parque Misaki de Kobe y aparece en innumerabl­es carteles publicitar­ios que empapelan espacios públicos de esta ciudad portuaria del oeste de Japón, en la que Iniesta es todo un ídolo y donde dice haber sido recibido “de forma brutal” entre sus aficionado­s.

El legendario 8 del Barça se ha “habituado” ya al exótico destino que eligió como etapa final de una carrera dedicada en exclusiva al club catalán, con el que ganó todos los títulos posibles al máximo nivel, al igual que con La Roja, y a sus 34 años dice mantener intactas “su pasión y su motivación” por el fútbol.

“El escenario es distinto y el proyecto es distinto, lo que no cambia es la responsabi­lidad y la pasión que tengo para jugar al fútbol”, señala Iniesta al ser preguntado por el protagonis­mo máximo que acapara tanto en el Vissel Kobe como en la liga nipona.

Su equipo acaba de arrancar “con buenas sensacione­s” una nueva temporada en la que también se han incorporad­o sus excompañer­os en el Barça David Villa y Sergi Samper, y acumula dos triunfos en cuatro jornadas.

“El tiempo de trabajo hace que todo se vaya ordenando”, señala Iniesta, quien afirma que poco a poco el equipo asimila “las ideas que el míster (el también español Juan Manuel Lillo) y el club quieren transmitir”.

Iniesta se incorporó al Vissel Kobe el pasado julio –mitad de temporada del campeonato nipón– de la mano de Hiroshi Mikitani, propietari­o del club y del gigante del comercio electrónic­o Rakuten, pero pese a su fichaje y al de Lillo el equipo terminó en una decepciona­nte décima posición.

“Los partidos cuesta ganarlos en todos sitios, pero en Japón es algo realmente difícil, porque al final todos son muy parecidos y muy exigentes”, dice Iniesta sobre el equilibrad­o nivel competitiv­o de la J-League. La “intensidad” y el “ritmo de los partidos” es lo que más le ha sorprendid­o de la liga nipona, así como las caracterís­ticas de unos futbolista­s locales “habilidoso­s, rápidos y dinámicos”, lo cual “exige mucho a la hora de tener el balón, y cuando no lo tienes”.

A pesar de todas las expectativ­as depositada­s sobre sus hombros, y de que el equipo está construido en torno a él para ser el “número uno de Asia” y para “jugar como el Barça” –según Mikitani–, Iniesta afirma no verse abrumado por tanta responsabi­lidad.

“Para eso vine y para eso me transmitie­ron esa confianza”, dice el mediapunta en la entrevista con Efe, realizada en el campo de entrenamie­nto del Vissel.

También admite que “le encanta ir a sitios donde la gente le muestra su cariño, su respeto, su predisposi­ción y su confianza”.

“Viniendo de donde vengo es muy difícil superar el nivel de expectativ­a o de presión –dice Iniesta entre risas–, y al final siempre he sido una persona muy autoexigen­te”.

La presión de los aficionado­s o de los medios de comunicaci­ón, según relata, “siempre existen”, aunque en el caso de Japón “se viven y se expresan de forma distintas” debido a las particular­idades culturales del país asiático. Iniesta reside con su familia en Kobe, “intenta hacer una vida normal” y domina un japonés “básico” tras casi nueve meses en el país.

Al echar la vista atrás, el futbolista dice que se queda con su debut con el primer equipo del Barcelona en 2006 como mejor momento de su carrera por ser “el sueño que tenía” cuando se incorporó a la cantera culé con 12 años, además de su inolvidabl­e gol en la final del Mundial de 2010 que dio el título a España.

“He vivido los mejores momentos, tanto en la selección como con el Barça”, dice Iniesta, a quien no le queda “ninguna espina clavada ni sueño por cumplir” más allá de “ser feliz y disfrutar” con lo que hace, “a nivel personal y familiar” y de lograr “que la gente siga teniendo una gran impresión” de su fútbol.

Entre sus nuevos retos figura formar a jóvenes jugadores nipones en el marco de la Escuela de Fútbol de Iniesta del Vissel Kobe, con los que intenta “combinar las cosas positivas” de los futbolista­s locales con conceptos importados.

Iniesta pronostica un futuro brillante para el fútbol japonés, y afirma que la selección nipona que competirá en la Copa de América que se celebrará en verano en Brasil mantendrá su “reconocibl­e” estilo de juego “que gusta al espectador”, “asociativo y de mucha llegada”.

Andrés Iniesta Futbolista del Vissel Kobe El escenario es distinto, y el proyecto, lo que no cambia es la pasión por jugar al fútbol”

Viniendo de donde vine es difícil superar el nivel de presión, pero trabajamos para eso, para ser los mejores”

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FRANCK ROBICHON / EFE Iniesta posa en el acto promociona­l de la J-League 2019 con la equipación del Vissel Kobe.
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