Detenido tras hallarse muerta a su mujer con signos de violencia
El asesino y la víctima son una pareja de turistas húngaros que llegó a Alicante el día anterior para pasar unas vacaciones
Una mujer de 39 años fue asesinada la noche pasada presuntamente por su pareja sentimental, un hombre de 49, en el apartamento de una urbanización del término de Rojales (Alicante), tan sólo unas horas después de que ambos llegaran a España para pasar unas vacaciones.
Fuentes de la investigación informaron de que la víctima mortal y su pareja –ambos húngaros– aterrizaron el lunes en el aeropuerto de Alicante, como así se reflejaba en los billetes de avión que había sobre una mesa del domicilio cuando llegaron los agentes.
Tres horas después del suceso, que ocurrió sobre las 18:00, él telefoneó a un compatriota que vive en la misma urbanización para confesarle lo ocurrido. Éste fue quien dio aviso al 112.
Cuando la Policía Local y la Guardia Civil llegaron al apartamento, los agentes observaron signos de violencia en la mujer, que estaba inconsciente y no respondía a estímulos –y que posteriormente los sanitarios confirmaron fallecida– y también lesiones en el hombro. Ninguno de los dos presentaba heridas por arma de fuego o blanca.
A falta de los resultados de la autopsia, todo apunta a un caso de violencia machista, según manifestó ayer el delegado del Gobierno en la Comunitat, Juan Carlos Fulgencio, quien desveló que el arrestado ofrece “constantes contradicciones” sobre lo ocurrido en los interrogatorios ante la Guardia Civil, por lo que deberán ser la investigación judicial y los forenses los que aclaren lo sucedido.
El arrestado fue trasladado a la Comandancia del instituto armado en Alicante, donde previsiblemente permanecerá hasta que pase a disposición judicial en un plazo máximo de 72 horas.
El Ayuntamiento de Rojales convocó una concentración silenciosa y ondeará las banderas a media asta durante tres días como muestra de repulsa. “Condenamos este crimen y pedimos a las administraciones públicas que actúen para acabar con esta lacra”, señaló el alcalde, Antonio Pérez.
A unos 10 kilómetros de Torrevieja, Pueblo Bravo –lugar de los hechos– es una de las mayores urbanizaciones de la Comunidad Valenciana y está principalmente habitada por ciudadanos extranjeros, sobre todo británicos aunque también de otros países europeos.