El Dia de Cordoba

May se encomienda a los laboristas como única salida para salvar su ‘Brexit’

Afirma que es la vía para que no descarrile el proceso El partido de Corbyn exige gestos de la primera ministra, que apenas se ha movido

- Guillermo Ximenis (Efe) LONDRES

La primera ministra británica, la conservado­ra Theresa May, salió ayer al paso de las críticas internas que ha suscitado su intención de pactar el Brexit con la oposición laborista, asegurando que es la única vía a su alcance para evitar que descarrile el proceso de salida de la Unión Europea (UE).

El sector euroescépt­ico del Partido Conservado­r presiona a la jefa de Gobierno para que no acepte las demandas del Partido Laborista, que quiere forjar una unión aduanera con el resto de países comunitari­os tras el divorcio. Los tories euroescépt­icos creen que esa posibilida­d limitaría la capacidad del Reino Unido de forjar acuerdos comerciale­s con terceros países, como Estados Unidos, tras la ruptura con el bloque europeo.

La líder de los conservado­res en la Cámara de los Comunes, Andrea Leadsom, que encuadrada en ese sector crítico, aseguró que el Ejecutivo está dispuesto a dialogar sobre diversos “arreglos” comerciale­s con la Unión Europea. Sin embargo, cuestionad­a sobre la posibilida­d de aceptar una unión aduanera formal, Leadsom lo puso en duda: “Mi expectativ­a es que la primera ministra sólo busque un acuerdo en aquellos términos que todavía se podrían considerar como un Brexit’”, sostuvo.

Argumentó asimismo que una prórroga larga a la ruptura con la UE que obligue al Reino Unido a participar en las elecciones europeas de mayo es “inaceptabl­e”.

El conservado­r Jacob ReesMogg, por su parte, insistió en que el Reino Unido trataría ser “el miembro (de la UE) más problemáti­co posible” en caso de que permanezca en el club europeo durante un año más, tal como está evaluando Bruselas.

Rees-Mogg sugirió que Londres tendría la oportunida­d de vetar el próximo marco financiero plurianual de la UE, que debe entrar en vigor en 2021 para los siguientes siete ejercicios.

La primera ministra, por su parte, advirtió a los euroescépt­icos de su partido que el Brexit duro que defienden no es una posibilida­d que esté sobre la mesa, dado que el Parlamento ha votado en diversas ocasiones en contra de esa vía. Las únicas opciones viables son, por lo tanto, aprobar finalmente un acuerdo, para lo cual necesitará el apoyo de los laboristas, o bien que el proceso de salida de la UE se acabe frustrando.

Los laboristas han reprochado a May en los últimos días que no parece dispuesta a mover sus líneas rojas para acercar posturas, aunque el Ejecutivo ha recalcado que afronta el diálogo con mentalidad abierta y con voluntad de hacer concesione­s.

La portavoz de Negocios laborista, Rebecca Long-Bailey, dijo ayer domingo que los contactos entre ambas parte, que comenzaron el miércoles, han sido hasta ahora “decepciona­ntes”, aunque matizó que “el estado de ánimo general es bastante positivo”.

“Lo más triste es que hasta el momento no hemos visto ninguna modificaci­ón real al acuerdo (del Brexit), pero mantenemos la esperanza de que eso cambie en los próximos días. Estamos esperando continuar el diálogo y sabemos que el Gobierno quiere lo mismo”, recalcó Long-Bailey, parte del equipo negociador laborista. May prevé asistir el miércoles en Bruselas a la cumbre extraordin­aria de líderes europeos en la que se abordará una nueva extensión al plazo de salida de la UE, más allá del actual límite del 12 de abril.

La primera ministra ha pedido una prórroga hasta el 30 de junio, una propuesta que ya fue descartada por Bruselas el mes pasado. Las autoridade­s comunitari­as han sugerido, en cambio, que evalúa conceder a Londres una extensión “flexible” de un año, que terminaría cuando el Parlamento ratifique un acuerdo de salida.

Para garantizar una prórroga, May debe exponer ante los líderes comunitari­os su hoja de ruta para tratar de aprobar el tratado de salida durante ese periodo extraordin­ario, por lo que espera haber avanzado para entonces en el diálogo con la oposición.

Según el diario The Sunday Times, el Ejecutivo contempla la posibilida­d de incluir a un miembro del Partido Laborista en la delegación británica que irá esta semana a Bruselas.

La formación opositora, que dirige Jeremy Corbyn, afronta este proceso también dividida.

El sector proeuropeo de los laborista ha urgido a su líder a exigir a May un segundo referéndum de “confirmaci­ón” a cambio de respaldar su acuerdo en el Parlamento.

Los euroescépt­icos no quieren unión aduanera y los más europeísta­s piden otro referéndum

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ARCHIVO Debate en el Parlamento británico el pasado mes de enero.

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