Las palabras que anticipan la Pasión
Baena, Pozoblanco o Cabra viven su pregón de Semana Santa
Bajo un cielo cargado de nubes, entre la intimidad y la fe colectiva, numerosos municipios cantaron ayer a la Semana Santa que está a punto de comenzar. Priego de Córdoba, Cabra, Baena o Pozoblanco son cuatro de los muchos municipios que celebraron sus pregones como anticipo de los días grandes de Pasión.
Cargado de sentimientos, de momentos de exaltación, de emoción en cada una de sus palabras. Así podría definirse el mensaje de Teresa Jiménez Gallego en Priego de Córdoba. Un discurso en el que destacaron las costumbres, las frases y las tradiciones más puramente prieguenses, que en la voz de Jiménez tomaron forma para exaltar una semana grande con múltiples matices, en cada uno de los cuales la pregonera fue fijando se mirada y sus palabras.
Jiménez fue presentada por Araceli Pérez de Rosas, quien describió detenidamente a esta prieguense que vive sus día alejada de este municipio, en Madrid, pero que sin embargo nunca ha faltado a su cita con la Semana Santa, salvo en una ocasión a causa de una enfermedad. Muy vinculada a los medios de comunicación, a los que se dedica profesionalmente, Teresa Jiménez comenzó su pregón reconociendo la labor que los distintos medios de ámbito local realizan durante estas fechas.
Poco a poco, y con los sentimientos siempre a f lor de piel, desgranó el rosario de cofradías protagonistas de la semana grande, intercalando referencias a distintas figuras y tradiciones que también forman parte de la semana mayor prieguense, como la figura del pedigüeño, la gastronomía propia de estas fechas, la antigua tradición de las promesas que suben hasta el Calvario en la madrugada del Viernes Santo.
Con una cuidada escenografía, escueta pero cargada de simbolismo, Jiménez supo llegar hasta un Teatro Victoria al completo, provocando los aplausos en numerosas ocasiones, y sin duda, llegando hasta cada una de las personas que asistieron ayer domingo a este pregón.
En Cabra, el pórtico literario lo puso el cofrade Rafael Mesa, quien fue presentado por Antonio José Grande. Un texto nacido del corazón de una persona íntimamente ligada a las cofradías egabrenses desde la cuna y con pasajes muy sentidos que hicieron vibrar al patio de butacas del teatro El Jardinito.
Todo ello, hilvanado con el hilo argumental de una medalla cuyo cordón fue tejiendo con los colores de cada hermandad. Como recurso novedoso, realizó un recorrido por las 27 corporaciones locales a través de las cuatro parroquias del municipio. También hubo espacio para la autocrítica, el compromiso cristiano y, como colofón, para un guiño hacia el picacho donde mora la Virgen de la Sierra, patrona de la localidad, a la que dedicó una prosa cargada de emoción, con la que concluyó su intervención.
En Baena, una exacerbada fe, luz tenue, olor a incienso, altar improvisado y música envolvente, fueron los acompañantes idóneos para un pregón religioso, sentido y emocionado en el que su pregonero, Juan Carlos Roldán Sillero, supo como nadie contar “sin ser un cuento” lo que es esta semana grande en la localidad de la Campiña Este.
Fotógrafo de profesión, a su canto dulce, sincero y entendido, puso preciosas imágenes de fondo que iban acompañando el devenir de estos días grandes, haciendo un guiño a que “no se pueden contar los sentimientos, porque no hay una sola Semana Santa, hay miles”, según los ojos que la miren.
Especialmente doliente, en el que su voz se vio quebrada, fue el momento en el que narró cómo Cristo se aferra a su Cruz por nosotros: “La enfermedad es cruz, la soledad es cruz, la indiferencia es cruz, el maltrato, la violencia y el abuso es cruz. Y nos damos cuenta de que si abrazamos la cruz, te abrazamos también a ti”. “Al abrazar esa que llevas entre tus brazos, abrazas también todas las nuestras”, rezó.
En Pozoblanco, resonaron las palabras de la trabajadora social África García, integrante de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Silencio y María Santísima de la Salud. Acompañada por la Banda Sinfónica Municipal, durante el acto que tuvo lugar en el Teatro El Silo sonaron marchas compuestas por pozoalbenses o dedicadas a las cofradías locales, como Amargura salesiana y Luna de Resurrección. El suyo fue también un pregón personal e íntimo, en el que hubo momentos para repasar las peculiaridades de la semana mayor pozoalbense.