El Dia de Cordoba

Ni la corrupción lo salpicó

- Ana Cárdenes (Efe) JERUSALÉN

Ni el anuncio de la Fiscalía de que lo imputará por cargos de corrupción, ni el poderoso rival que se consolidó un mes antes de los comicios, el militar Beni Gantz, destronaro­n a Benjamin Netanyahu, que trabaja ya para formar la próxima coalición de Gobierno israelí. Hasta el último minuto, el actual jefe del Ejecutivo estuvo amenazando a los votantes con la perspectiv­a de “un Gobierno de izquierdas apoyado por los árabes”, si no se movilizaba el voto.

Su estrategia fue proyectars­e como probable perdedor en la jornada electoral para animar a acudir a las urnas. También hizo todo lo posible por arrancar los votos que pudiese de los partidos afines, pese a riesgo de provocar que no entraran en la Cámara. Y funcionó, aunque por la mínima.

El logro sigue a la que ha sido definida como la campaña más dura a la que este dirigente se ha enfrentado nunca, aunque con guiños, eso sí, tanto de Donald Trump como de Vladimir Putin.

La decisión del fiscal general israelí, Avichai Mandelblit, de acusar de soborno, fraude y abuso de confianza a Netanyahu, no parece haberle restado votos, a pesar de que su formación intentó sin éxito que esta se retrasase hasta final de los comicios. Lo que si logró el Likud es que la Fiscalía no entregase el escrito de acusación

a los abogados con antelación, para evitar filtracion­es que podrían haber dañado su imagen en plena campaña electoral. Ayer los fiscales entregaron la documentac­ión, que podría transcende­r en los próximos días o semanas.

Pese a ello, el apodado rey Bibi, que se ha sometido a más de una decena de largos interrogat­orios en los últimos dos años y ha visto cómo las television­es mostraban a los investigad­ores y coches policiales entrando en su casa para tomarle testimonio, ha logrado que la sombra de la corrupción apenas le salpique en estas elecciones, y que no desinfle a sus votantes.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain