El Dia de Cordoba

La fidelidad de Córdoba a su ‘Señora’

● La plaza de Capuchinos se abarrota un año más para visitar a la Virgen de los Dolores

- N. Santos

El empedrado de la plaza de Capuchinos marca el inicio de la semana grande cofrade. Los días previos a la Pasión han llenado las calles de vía crucis y quinarios a las santas imágenes. Sin embargo, el espacio que acoge al Cristo de los Faroles aporta ese algo que no se ve en otros sitios. Córdoba se abona a la primavera junto a su Señora, por eso, tras una semana de lluvias y frío, el sol ha sido el gran protagonis­ta.

No hace falta si quiera ser cofrade para sentir el Viernes de Dolores de una forma especial. Aunque claro, la Semana Santa está a la vuelta de la esquina y ya sea por arraigo tradiciona­l o por devoción, estos días en la ciudad son de incienso, capirote recogido a última hora y búsqueda incesante de estampitas para la colección particular.

Son muchos los niños que recogen las notas tras haber participad­o en la procesión del colegio, muchas las mujeres que procesiona­n a su manera callada hasta San Jacinto para la promesa de cada año y muchas las cofradías que dan el último tirón antes de entronizar a sus titulares y dejarlos preparados para que Córdoba los salude.

El Viernes de Dolores es, por lo tanto, ese punto de partida de la Pasión, una fecha del calendario religioso y festivo de una ciudad que cada año no perdona la visita a la Virgen con más devotos. Desde bien temprano ha estado San Jacinto abierta de par en par para que todo el que así lo quisiera saludara a la Señora de Córdoba. Ha sido a media mañana y a media tarde cuando las colas se han sucedido en este rincón para admirar la belleza de la singular Dolorosa. Colas, además, que se han vuelto a juntar con las de aquellos que también tienen por costumbre visitar a la Virgen de la Paz y Esperanza en su solemne besamanos. Y todavía más. El cocherón de Capuchinos ha abierto para ver a los titulares de la Hermandad de la Sangre (El Císter) y hacer un pack completo de visita cofrade.

El obispo, Demetrio Fernández, ha presidido en San Jacinto la Fiesta de Regla de la Virgen de los Dolores (en la iglesia se han sucedido las misas a lo largo de todo el día). Fernández ha reflexiona­do sobre la relación del creyente con María, una relación que considera “fundamenta­l” para entender el cristianis­mo. “No se puede ser cristiano sin ser mariano porque el cristianis­mo brota del fruto virginal de María”, ha explicado. En este sentido, el prelado ha recordado cómo es “el sufrimient­o de una madre por sus hijos y cómo ella está pendiente siempre de lo que les ocurra, así como María está pendiente de todos y cada uno de nosotros, aunque a veces no nos demos cuenta”. “Exponerle nuestras preocupaci­ones, nos hace compartir con Ella lo más valioso que tenemos; por eso, que no se nos pase ningún día de acordarnos de Nuestra Madre Santísima”, ha pedido el obispo.

Finalmente, Fernández ha solicitado la intercesió­n de la Virgen y “que Ella proteja nuestra ciudad y a cada uno de sus ciudadanos”.

El prelado ha presidido la Fiesta de Regla de la Hermandad de los Dolores acompañado por el vicario general, Antonio Prieto, el vicario de la ciudad, Jesús Poyato, el delegado diocesano de Hermandade­s y Cofradías, Pedro Soldado; el capellán de la Iglesia de San Jacinto, Manuel María Hinojosa y el jesuita José A. Rincón. Además, han estado presentes, como es habitual, algunos políticos populares, entre ellos, el delegado de la Junta en Córdoba, Antonio Repullo, y el parlamen

tario y exalcalde José Antonio Nieto, también ha estado el que fuera delegado de Cultura de la Junta durante el gobierno del PSOE Francisco Alcalde.

Y aunque Capuchinos siempre sea el centro del Viernes de Dolores, por toda la ciudad se ha recreado una Semana Santa en miniatura, con minicostal­eros, minimantil­las e incluso miniguardi­as civiles. Desde hace años, los centros católicos inculcan la Pasión a sus alumnos con procesione­s que salen a la calle con titulares que son propiedad de los propios colegios, cirios hechos en clase de Plástica y, si hace falta, una banda de música donde el instrument­o estrella es la f lauta dulce.

La Sagrada Familia (Las Francesas), la Milagrosa o la Inmaculada son algunos de los centros educativos que han sacado sus pasos a las calles para el deleite de un público compuesto por madres, padres, hermanos mayores y abuelos que aplaudían el marchar rápido de uno costaleros que apenas levantaban un palmo del suelo y de unos penitentes nazarenos (sin cubrerrost­ro) que, en alguna ocasión, se han salido de la fila.

Hasta una quincena de cofradías ha celebrado el vía crucis de sus respectivo­s titulares

Y al atardecer, más saludos a la Pasión. Han sido numerosas las cofradías que han sacado en vía crucis a sus titulares cerrando así los quinarios en su honor y desfilando por las calles de las feligresía­s de sus respectivo­s templos. Hasta una quincena de procesione­s se han visto en una noche de Viernes de Dolores donde han procesiona­do el Cristo de la Misericord­ia, el de la Providenci­a, la Piedad, la Sangre, el Rescatado, Ánimas, el Caído, la Redención, el Santísimo Cristo de las Lágrimas, el Prendimien­to y Nuestro Padre Jesús Nazareno.

Así ha cerrado un Viernes de Dolores que pone el prólogo a la Pasión de Córdoba y donde los cofrades se preparan ya para vivir la semana más grande de todo el año.

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LAURA MARTÍN La plaza de Capuchinos llena para ver a la ‘Señora’ de Córdoba.
 ??  ?? Niñas de mantilla en una procesión infantil.
Niñas de mantilla en una procesión infantil.
 ?? REPORTAJE GRÁFICO: LAURA MARTÍN ?? Colas en Capuchinos para ver a la Virgen de los Dolores.
REPORTAJE GRÁFICO: LAURA MARTÍN Colas en Capuchinos para ver a la Virgen de los Dolores.
 ??  ?? Besamanos a la Virgen de la Paz y Esperanza.
Besamanos a la Virgen de la Paz y Esperanza.
 ??  ?? Vía crucis del Señor de la Sangre.
Vía crucis del Señor de la Sangre.

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