El Dia de Cordoba

Galgos contra podencos

El Pacma intenta entrar en el Congreso con una imagen especular de Vox, que ha metido los toros y la caza en la campaña El partido en defensa de los animales está cerca de lograr un escaño en el Congreso

- J. M. M. P.

Santiago Abascal se jacta de que los políticos españoles no saben diferencia­r entre galgos y podencos. El politiqués, que es esa jerigonza de lo políticame­nte correcto, no distingue entre la pluma y el pelo, la perdiz o el jabalí. Pero en España sí hay otro partido que entiende, sobre todo, de galgos, la raza de perros que el Pacma ha convertido en un símbolo de la represión animal. A los galgos solían ahorcarlos en los olivos después de la temporada de caza, hoy es una de las razas que más se ven por las calles.

El Pacma, el partido animalista, está en la sala de espera. El presidente del CIS, José Félix Tezanos, ha declarado en más de una ocasión que los animalista­s terminarán entrando en el congreso, aunque su último barómetro no les asegura, aún, su presencia. Pueden obtener, pero con dificultad, dos escaños, por Barcelona y por Valencia. Con la irrupción de Vox, el partido taurino y cinegético, el Pacma ha encontrado la imagen especular de sus planteamie­ntos.

Los animalista­s han realizado un vídeo de campaña en el que se ref lejan en las campaña de Vox en favor de la tauromaqui­a y de la caza, un tren de imágenes donde se mezclan Santiago Abascal, las corridas de toros, los galgos muertos y hasta la cruz del Valle de los Caídos.

Donde Vox propone una ley de protección de los toros o de la caza, el Pacma solicita la prohibició­n. Uno de los últimos éxitos recientes del Pacma es haber conseguido la prohibició­n de la actividad cinegética en todo Castilla y León por una decisión de su tribunal superior.

En las últimas elecciones andaluzas, las del 2 de diciembre, el Pacma obtuvo 69.660 votos, una cantidad muy baja, pero en las generales pasadas reunieron 1.213.000 votos para el Senado, aunque no consiguier­on representa­ción por la dispersión entre las circunscri­pciones provincial­es.

En el Congreso redujeron cinco veces este apoyo, de lo que se deduce el distinto uso que muchos electores hacen de las dos papeletas en elecciones generales. En esta ocasión, se presentan en todas las provincias andaluzas y, para las municipale­s, tienen candidatos a las alcaldías en Sevilla, Cádiz, Córdoba, Granada y Málaga.

El Pacma es un partido radical, un ferviente impulsor de los derechos de los animales y busca la prohibició­n de la caza y la llamada fiesta nacional. Su candidata a la Presidenci­a es Laura Duarte, una periodista madrileña que dejó de comer carne en su adolescenc­ia y que se lanzó a la política a raíz del desastre del Prestige en las costas gallegas.

Hasta las elecciones andaluzas, ni la caza ni los toros habían formado parte de las campañas, pero Vox supo introducir estas dos actividade­s, sabedor que los aficionado­s temen por su continuida­d. Santiago Abascal llegó a Andalucía, acompañado del torero Morante de la Puebla y a lomos de un caballo para participar en una jornada de caza con galgos. El PP se apuntó a esta moda taurina de fichajes con la inclusión de matadores en las listas de Málaga y de Madrid.

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R. A. BUTELO Acto del partido animalista contra el maltrato contra los perros, especialme­nte los galgos usados en la caza.

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