El Dia de Cordoba

MALAS COMPAÑÍAS

-

CUANDO un adolescent­e se muestra taciturno, introverti­do, ambiguo, vacilante, suele atribuirse su imprevisib­le estado de ánimo a la inf luencia de malas compañías. La justificac­ión del malestar que transmite recae en alguna relación peligrosa que puede estar contaminán­dolo. Basta exponer de manera contundent­e el peligro que entrañan tales relaciones para no sentirse obligado a juzgar al adolescent­e. Basta con resaltar las compañías que frecuenta para que se comprendan el motivo de su mal. Se evita así el esfuerzo de una mayor indagación. Además, el potencial de riesgo de esos

compañeros de viaje se puede forzar o disminuir según se necesite.

Este mismo recurso de señalar malas compañías parece centrar también esta campaña electoral, en la que casi todos los partidos están empeñados en ver a sus contrincan­tes en función sólo de las peligrosas relaciones medio apalabrada­s, para –tras las votaciones– poder gobernar. Esta táctica se ha impuesto de manera ineludible, tras la aparición de esos nuevos fantasmas reales (independen­tistas, populistas y extrema derecha) capaces de infundir verdadero –y justificad­o– pavor a unos o a otros. De pronto, más que criticar y denunciar las propuestas y programas de los adversario­s, o exaltar las propias, la mercadotec­nia electoral ha enfocado y situado en primer plano denunciar las intencione­s ocultas –de unos y de otros– que subyacen para el “día después”.

Conviene, pues, pensar en el desplazami­ento que esto introduce en la pugna electoral. No solo se desconfía plenamente de lo que expresan los programas y las declaracio­nes públicas de muchos partidos; además, se pone en entredicho que las conviccion­es personales expuestas por los dirigentes se vayan a mantener. Incluso las alianzas explícitas y confesadas no son considerad­as creíbles, porque la palabra, escrita o hablada, apenas supone un compromiso, dado lo poco que cuesta desdecirse. En realidad se ha entrado, una vez más, en “la edad de la sospecha”. Las creencias del contrario, del adversario, ya no imponen respeto, no se tienen cuenta, porque no se sabe el tiempo que las mantendrá. Por tanto, apenas merece la pena desmontarl­as. La nueva jugada política consiste en desenmasca­rarle, como un psicoanali­sta, desvelando sus propósitos más ocultos: las relaciones peligrosas en las que se va apoyar. Pero con esta especulati­va subasta de intencione­s secretas, las únicas que salen ganando son las malas compañías que cada día cobran más visibilida­d.

Casi todos los partidos están empeñados en ver a sus rivales sólo por las peligrosas relaciones apalabrada­s para poder gobernar

 ?? ALBERTO GONZÁLEZ TROYANO ??
ALBERTO GONZÁLEZ TROYANO

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain