Manual de redacción en la UCO
Un documento de la institución académica recoge las “buenas prácticas en publicaciones y autorías” para sus investigadores
Un investigador tiene que publicar los resultados de su trabajo de “forma honesta, abierta y transparente” y solo tiene que dar ese paso cuando “haya satisfecho todas las condiciones de calidad y rigor pertinentes”. Son algunos de los conceptos que aparecen recogidos en el documento de Buenas prácticas en publicaciones y autoría elaborado por la Universidad de Córdoba (UCO) y acordado en el consejo de gobierno de la institución académica del pasado mes de marzo. El documento es un manual que muestra a los investigadores de la UCO cuáles son las mejores formas de llevar a cabo una publicación y, además, responde a cuestiones como el hecho de tomar la decisión de no publicar los resultados o hacerlo con “retraso injustificado”. Por cierto, que en este caso las consecuencias de las que alerta el manual es que se puede interpretar o calificar como “falta grave por malversación de recursos”.
Otra de las recomendaciones que hace es sobre el lenguaje que se ha de utilizar en la divulgación de la investigación. En este caso subraya que “nunca el sensacionalista”. “Sin prescindir de la honestidad y el rigor, la divulgación al público en general se hará de manera que resulte comprensible para éste, transmitiendo a la vez el valor de la búsqueda del conocimiento”, añade. Pero hay más, porque también recuerda que a la hora de hacer cualquier tipo de publicación se tiene que evitar “cualquier exageración de la importancia y de la aplicabilidad de los resultados difundidos” y agrega que los textos, ilustraciones o discursos que se utilicen “deberán estar basados en una investigación rigurosa”.
Esta guía, además, recuerda a los científicos de la UCO –el colectivo del personal docente investigador funcionario está formado por más de 600 personas– las razones por las que se publican los resultados de investigación. Pues no es otra que la de “difundir la interpretación de los resultados de investigación, contribuir al desarrollo del saber y generar conocimiento”.
También deja claro que los investigadores han de elegir las revistas en las que publicar sus artículos según su finalidad. No obstante, la UCO subraya que la publicación de los resultados se tiene que hacer “en medios científicos reconocidos que respeten una adecuada evaluación por pares garantizando la integridad de la publicación”.
Otro de los aspectos a los que alude este manual es al hecho de que las publicaciones tienen que tener acceso abierto, siempre y cuando los resultados “no estén protegidos por derechos de propiedad intelectual o industrial”. También recuerda que el hecho de ser la persona con “más autoridad jerárquica” no significa que tenga derecho a firmar como autor. Es más, asegura que el derecho a la autoría se basa en “haber realizado contribuciones creativas y aportaciones significativas a la investigación”.
Además de recordar las fuentes que se han de citar en un trabajo científico y la forma más correcta de hacerlo, este manual deja bien claro que citar a la Universidad de Córdoba es “obligatorio”. Es más, aclara que “la correcta filiación del lugar donde ha sido realizada una investigación repercute directamente en la visibilidad y trazabilidad de la productividad científica, así como en el correcto posicionamiento de las instituciones en los rankings nacionales e internacionales”.
Los investigadores de la UCO lideran numerosas clasificaciones. Una de las últimas ha sido el el informe Las universidades españolas. Una perspectiva autonómica. 2018, publicado por la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD), que señala que entre los años 2012 y 2016, los investigadores de la Universidad de Córdoba registraron 5.205 publicaciones científicas. Otro dato significativo es que el 56,8% de estos trabajos lograron publicarse en revistas del primer cuartil de su campo, es decir, las de mayor impacto de su ámbito de estudio. Junto a este informe, el de La Universidad Española en Cifras 2016-2017, que se presentó en Madrid en diciembre del año pasado, desvelaba también que la producción científica media por docente de la UCO era la más elevada del conjunto de universidades andaluzas, al alcanzar un promedio anual del 1,02%.
El documento recuerda que “nunca” se tiene que utilizar un lenguaje “sensacionalista”