TÁCTICAS
CON esto del coronavirus, cada cual está desarrollando, en la medida que puede, su propia táctica de supervivencia. Pero hay algunas que ya, así de buenas y a primera vista, nacen con el pie cambiado. Una de ellas es la ponerse trampas al solitario a la hora pedir ayudas a la OTAN como ha hecho el Gobierno. No y no. O la de cambiar las fechas del inicio de la pandemia en España, que es de traca y que viene mejor de cara a la opinión pública. Luego está la guerra entre comunidades, que si yo no puedo comprar mascarillas, que si me las retienen –gran bulo ese–, que si me salto cualquier control y al mando único también, que ciertamente, está haciendo aguas. Y luego, la semiótica de los comunicados de los dirigentes contagiados, que eso es harina de otro costal y, además, lamentable. Por cierto, que les deseo a todos ellos una pronta recuperación.
En estos días, todos intentamos protegernos de la mejor manera que podemos y todos tenemos, como decía al principio, o desarrollamos tácticas, más o menos acertadas, pero son las nuestras y las compartimos de la mejor manera que podemos. También está quien de manera errónea está poniendo palos –y demasiados– en la rueda y se está retratando de una manera descarnada y vergonzosa.
Hay quien de manera errónea está poniendo palos en la rueda y se retrata de manera vergonzosa
Por cierto, menuda táctica esa, que pone de manifiesto lo peor de cada persona, aunque es mucho peor quien la ensalza y la aplaude, que para malos los otros. Pobres de ellos.
Que esto se ha ido de las manos es absolutamente cierto, que se está controlando también y que la curva se va a superar, por supuesto que sí, cueste más o cueste menos. Pero todos deberíamos desarrollar la táctica de la paciencia y de la espera y dejar eso de resolver las cuentas para más adelante –nos queda un camino nunca antes recorrido y habrá que sortear cada piedra con mucho esfuerzo– y no convertir esto es un escarnio público, que son muchas vidas las que se han ido y muchos los esfuerzos por contener esta pandemia.
Y entre todas estas tácticas ya estamos iniciando una de las mejores, que es la de empezar a pensar en qué se va a hacer cuando podamos salir de casa y la pesadilla del coronavirus acabe de una vez por todas. Esta táctica te puede llevar a soñar, pero también a la realidad futura y tener que hacer examen de conciencia para no cometer errores. Y es que hay quien tiene ya la agenda completa hasta mayo del año que viene. Yo, por ahora, con la de mañana, que es sábado, tengo suficiente, pero todo se verá.