El virus pasa factura a Johnson
● Las críticas acechan al primer ministro al rozar el Reino Unido los 40.000 fallecidos
Con cerca de 40.000 muertos confirmados en el Reino Unido, el coronavirus está pasando factura a la imagen del primer ministro británico, Boris Johnson, acechado por las críticas tanto desde sus propias filas como desde una oposición laborista cada vez más dura. El Gobierno comunicó ayer 176 fallecidos por el Covid-19 (fueron 359 el miércoles y 324 el martes), hasta un total de 39.904, y detectó 1.805 contagios en 24 horas.
A pesar de que el país se mantiene como el más castigado de Europa por la pandemia, un sector conservador presiona al premier para reactivar la economía. La desescalada que ha puesto en marcha Johnson en Inglaterra levanta recelos en ciertos ministerios, que reclaman celeridad, mientras que asesores científicos del Ejecutivo la ven prematura y alertan de riesgos de un rebrote.
El jefe de Gobierno arrastra la rémora de haber mantenido en el cargo a Dominic Cummings, su principal asesor, que indignó a la opinión pública al saltarse las normas del confinamiento. Juega un papel clave tanto en la respuesta al virus como en las negociaciones de la futura relación con la UE, y Johnson ha decidido pagar el precio de mantenerlo.
Tras estallar ese escándalo, el 43% de los británicos desaprueban la gestión de Johnson, frente al 37% que la respaldan, según una encuesta de Opinium. Esas cifras contrastan con las del líder laborista, Keir Starmer, que tiene el beneplácito del 44% de los ciudadanos y sólo al 19% en contra.
El distanciamiento de Johnson con una parte de sus colegas se ha agravado, además, porque algunos defienden la necesidad de aumentar el ritmo de la desescalada para evitar un mayor deterioro económico. Numerosos diputados tories han lanzado duras críticas a su propio Gobierno.
Escocia, Gales e Irlanda del Norte se mantuvieron alineadas con la estrategia del Gobierno durante las primeras semanas de la pandemia, pero desertaron cuando Johnson anunció la reapertura de colegios, que se materializó el 1 de junio sólo en Inglaterra. A esas dudas se suman también miembros del Grupo Asesor Científico para Emergencias del Gobierno, que han advertido de que existe el riesgo de un repunte si se levantan restricciones antes de tiempo.