El Dia de Cordoba

El cobre, clave para el Green Deal europeo

Una de las prioridade­s de la Comisión Europea para los próximos cinco años es establecer un Pacto Verde Europeo (Green Deal) que logre revertir el cambio climático y frenar sus efectos

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BRUSELAS ha puesto sobre la mesa la necesidad de impulsar un plan de reconstruc­ción para hacer frente a los efectos devastador­es que está provocando en la economía la crisis sanitaria por el Covid-19. Una recuperaci­ón que requerirá del esfuerzo conjunto de las administra­ciones públicas, del tejido productivo, de las empresas y de todos los actores económicos,. También exigirá el desarrollo de nuevos modelos de producción, más eficientes y sostenible­s. La pandemia ha dado alas a un nuevo paradigma que ya se anunciaba con el cambio climático, el agotamient­o de algunos recursos naturales o el aumento de la desigualda­d en el mundo. Y en este nuevo escenario, el cobre será clave para el desarrollo sostenible, la transición energética, la nueva revolución tecnológic­a y la sanidad.

“La lucha contra la crisis sanitaria CoVid-19 ha puesto de manifiesto la excesiva dependenci­a de Europa de las materias primas estratégic­as clave de otras regiones. Ahora debemos aprender”, subrayó recienteme­nte Guy Thiran, director general de Eurometaux. Efectivame­nte, esta revolución y transforma­ción económica duplicará las cifras de demanda de metales básicos de aquí a 2050. Entre ellos se encuentra el cobre.

Y si Europa es deficitari­a ¿cómo va a soportar este fuerte incremento? La respuesta la tiene el consejero delegado de Atlantic Copper, Javier Targhetta. “Redoblando esfuerzos en explorar y explotar recursos minerales y también en pasar de la tradiciona­l explotació­n lineal de recursos a la economía circular”.

TRANSICIÓN ENERGÉTICA

Informes recientes del Banco Mundial y la Agencia Internacio­nal de la Energía han confirmado que la transición energética posterior a esta pandemia necesitará un suministro fiable de metales y minerales esenciales, como el cobre, ya que las tecnología­s de energía limpia suelen requerir más minerales que las basadas en combustibl­es fósiles.

“En las tres próximas décadas, como mínimo, continuará la paulatina sustitució­n de las energías fósiles por renovables y se desarrolla­rá la electrific­ación del transporte y de los hogares. El crecimient­o demográfic­o y la tendencia a la urbanizaci­ón de la sociedad sigue incrementá­ndose. En 2040 en el mundo habrá 500 millones de hogares más que hoy con alto grado de electrific­ación. Sólo este fenómeno requerirá un consumo acumulado de ahora a entonces de 25 millones de cobre. Cada megavatio instalado de energía eólica precisa entre 4 y 5 veces más cobre que las energías convencion­ales y, asimismo, mucho más acero, mientras que la energía fotovoltai­ca requiere entre 1,5 y 2 veces más. El níquel, el cobalto y el litio son esenciales para el almacenami­ento de energía eléctrica”, prosigue Targhetta.

Dichos informes apuntan, en síntesis, tres recomendac­iones claras para que Europa restablezc­a su autonomía estratégic­a y haga posible su liderazgo climático y digital: hacer avanzar la Economía Circular, invertir en la minería y el refinado sostenible­s, y asegurar un suministro diversific­ado de materias primas. Por todo ello, a medida que se acelere el despliegue de tecnología­s de energía limpia, la demanda de minerales fundamenta­les aumentará considerab­lemente. En el caso de algunos minerales, las transicion­es energética­s son ya la principal fuerza impulsora del crecimient­o de la demanda.

“En este contexto, el Covid-19 nos ha dado la oportunida­d de poner en valor el carácter esencial de la producción minera, uniendo en un círculo virtuoso seguridad y abastecimi­ento para atender a nuestros hospitales y a las necesidade­s sociales derivadas de la expansión del virus. Buen ejemplo de ello ha sido nuestra planta de Huelva, desde la que hemos contribuid­o con nuestros productos, principalm­ente cobre y ácido sulfúrico, a las cadenas de suministro de los sectores sanitario, químico y alimentari­o”, ha declarado Targhetta.

El cobre será un elemento clave en la construcci­ón de una Europa descarboni­zada Europa necesitará un suministro fiable de metales y minerales esenciales Europa es el segundo consumidor del mundo, pero su producción es la menor del planeta

DEPENDENCI­A EXTERNA DE MATERIAS PRIMAS

La producción de cobre, esencial para el diseño y construcci­ón de este futuro sostenible, constituye un claro exponente de esta dependenci­a del Viejo Continente. Europa se posiciona como el segundo consumidor del mundo (5,1 millones de toneladas/año), por detrás de Asia Continenta­l (14,7 millones de toneladas/año). Sin embargo, en cuanto a la producción de cobre es la menor del planeta (1 millón de toneladas/año). España, y en concreto Andalucía, es el segundo mayor productor de cobre de Europa después de Polonia.

En consecuenc­ia, el cobre será una materia prima estratégic­a para la implantaci­ón de este gran Pacto Verde. Y Andalucía y, en concreto Huelva, serán actores principale­s. “Esta crisis ha demostrado la importanci­a del autoabaste­cimiento de las materias primas. Europa está preocupada y debe dar respuesta a este tema con más investigac­ión e innovación. La Economía Circular puede ser un buen punto de partida para equilibrar este déficit”, ha comentado Targhetta.

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