Morricone en diez trabajos
Por un puñado de dólares
Silbidos, látigos o gritos se mezclan con los sonidos de las guitarras, las trompetas y hasta el arpa de boca para una innovadora composición que marcó el estilo musical de los spaguetti western y dio a conocer al mundo el genio de Morricone.
El clan de los sicilianos
El compositor demostró con esta película que era capaz de adaptar su música a cualquier género y realizó una de las composiciones más bellas para una película de robos, ligera e intensa a la vez, sin olvidar sus característicos silbidos.
Días del cielo
La película maldita de Terrence Malick ha sido valorada con los años, pero su música fue considerada desde el principio como una de las mejores partituras de Morricone. Su primera nominación al Oscar.
La Misión
La consagración de Morricone con una complejísima banda sonora que supo captar todos los matices de esta historia de religión, sacrificio y abuso de poder. Épica en muchos momentos y delicadísima en piezas como El oboe
de Gabriel, fue otra confirmación de cómo el maestro se adaptaba a las necesidades de cada historia.
Cinema Paradiso
Difícil olvidar la imagen del joven Salvatore bajo la lluvia esperando a que Elena abriese la ventana. O la del niño aprendiendo el arte de la cinematografía de manos de Alfredo. Sin la emocionante y bellísima música de Morricone, esas escenas no formarían hoy parte del imaginario colectivo. El bueno, el feo y el malo Otra de las míticas colaboraciones entre Sergio Leone y su amigo Ennio. Con apenas un par de notas de flauta y de arpa, el músico italiano introduce al espectador en el ambiente de este memorable western y consigue que su banda sonora sea una de las más populares y reconocibles de la historia del cine.
Novecento
Bertolucci se rindió al genio de su compatriota y dijo que había compuesto para su película “uno de los himnos más bellos de la historia del cine”. Cuando el director murió, Morricone lo recordó como uno de los mejores de su país y confesó que lamentaba no haber hecho El último emperador.
Érase una vez en América
El compositor creó estilos diferentes para marcar las diferentes épocas en las que se desarrolla la historia. Y no dudó en utilizar piezas ajenas, como la conocida Amapola, para redondear una banda sonora que alcanzó cotas de belleza insuperables.
Los intocables de Eliot Ness
El dramatismo de la lucha contra la mafia en el Chicago de la Ley Seca queda reflejado en una música más clásica de lo habitual en las composiciones del italiano, que sirve de perfecto acompañamiento a la heroicidad de Ness y sus colegas.
Malena
¿Cómo captar musicalmente el amor platónico? Sólo hay que escuchar la banda sonora de este filme de Giuseppe Tornatore para entenderlo. Tristeza, melancolía y esperanza a partes iguales se deslizan entre sus notas.