El presidente ataca a la gobernadora de Michigan, objetivo de una milicia ultraderechista
Donald Trump atacó a la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, horas después de que más de una docena de personas vinculadas a una milicia de extrema derecha fueran detenidas y acusadas de planear el secuestro y posible asesinato de la dirigente demócrata.
Trump, que criticó el “trabajo terrible” de Whitmer durante la pandemia, se atribuyó el mérito de haber descubierto el complot contra la gobernadora, a la que además acusó de “desagradecida”. Los ataques del presidente a Whitmer se produjeron después de que ésta criticase sin nombrarlo al presidente por no haber rechazado de manera categórica la violencia de los grupos de ultraderecha durante los recientes disturbios raciales en todo el país, en línea con el candidato presidencial demócrata, Joe Biden.
“La gobernadora Whitmer de Michigan ha hecho un trabajo terrible. Cerró su estado para todos, excepto para las actividades de navegación de su esposo. El Gobierno federal brindó una gran ayuda a la gran gente de Michigan”, tuiteó Trump aludiendo a unas declaraciones del marido de la gobernadora.
“Mi Departamento de Justicia y la Policía Federal frustraron un peligroso complot contra la gobernador de Michigan. En lugar de dar las gracias, ella me llama supremacista blanco, mientras que Biden y los demócratas se
niegan a condenar a Antifa, los anarquistas, los saqueadores y las turbas que incendian ciudades gobernadas por demócratas”, continuó Trump.
El presidente prosiguió su alegato. “No tolero ninguna violencia extrema. ¡Defender a todos los estadounidenses, incluso a los que se me oponen y me atacan, es lo que siempre haré como su presidente!”. Y terminó instando a Whitmer: ¡abra su estado, abra sus escuelas y abra sus iglesias!”, escribió, aunque tanto los colegios como los templos de ese estado no están cerrados, según el periódico Detroit Free Press.