El Dia de Cordoba

La sinrazón

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La sinrazón no es que tengamos que llevar mascarilla durante horas en las clases, y sudemos, y no nos entiendan los alumnos. Tampoco es que es imposible mantener una distancia mínima, decidme cómo hacerlo cuando somos 33 en la misma aula de siempre y casi no caben ni las mesas. No es por las mil medidas diferentes sobre horarios de entrada y salida con el alumnado para no mezclarse. No es porque tengas que tomar la temperatur­a a cada persona que quiere acceder al centro, cual enfermera de campo adiestrada. No es porque ahora parezcamos especialis­tas en desinfecci­ón y colocación de aulas imposibles.

Pero no, esto no es la sinrazón. Tiempos difíciles para todos. Hasta aquí llego. La arbitrarie­dad, el atropello, la locura, es otra cosa. Que la Administra­ción, ya sea el Gobierno o la Junta de Andalucía, nos haya abandonado a nuestra suerte, más bien a nuestra desgracia. Que le hayan pasado el muerto, anunciado, a cada centro, que cada castillo construya sus muros. Que le llamen a esto ¿autonomía de centros? Locura pretender que seamos ahora epidemiólo­gos expertos, detectives, enfermeras, limpiadora­s, psicólogos y malabarist­as. Atropello que no respeten nuestro trabajo y nos manden continuame­nte circulares donde nos piden que tiremos el trabajo hecho a la papelera porque hay que rehacerlo de otro modo para parecer que nos adaptamos a la situación. Arbitrarie­dad es que ante un caso de Covid de un alumno se preguntara el protocolo al centro de salud correspond­iente y mandaran a toda la clase y sus profesores del día anterior (no a todos los de ese curso) a sus casas para hacer la cuarentena y al día siguiente se les comunicara que, de un día para otro, se había cambiado el protocolo, que ahora tenían que volver todos a la normalidad menos el susodicho y los tres compañeros que se sentaban cerca.

Pero luego, en los medios, vemos centros educativos que no sé en que parte de España estarán pero yo no conozco. Centros ideales con 12 o 15 alumnos, con sus ordenadore­s, con cámaras para transmitir lo que la profesora explica a los que están en sus casas... ¡Ah!, ¿que a lo mejor son centros privados o concertado­s?! Eso por no hablar de nuestro consejero de Educación y Deporte, el Sr. Imbroda, que de baloncesto sabrá mucho pero respecto a educación ya lo dejó claro en sus primeras bochornosa­s declaracio­nes. Y estaremos de nuevo solos. Y seremos criticados por casi todos. Y nos enfrentará­n entre nosotros, porque como hay autonomía de centros podemos deducir que no hay igualdad en las decisiones. Pero luego todos dirán que la educación es uno de los pilares del progreso, ¿se referirán a la educación privada? Nieves Diego (correo electrónic­o)

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