El Dia de Cordoba

“Nunca imaginé una tormenta tan perfecta contra el turismo”

● La cadena hotelera andaluza ha tenido que cerrar ya todos sus hoteles, algo que jamás tuvo que hacer antes del confinamie­nto por el coronaviru­s

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Joaquín Benítez

–Con 63 años de historia de su grupo hotelero, ¿quién le iba a decir a usted y a sus antecesore­s que iban estar viviendo algo como una pandemia?

–Nuestra empresa nace en julio de 1957. Ya han pasado más de 60 años y, por ejemplo, nuestro primer hotel, el Fuerte Marbella, nunca, nunca jamás, había cerrado. Ni obras, ni inundacion­es, ni lluvias, nunca, nunca. A lo mejor algún momento con cero clientes pero jamás cerró. Hasta marzo de este año jamás cerró.

–¿Y qué se siente en ese momento de dar ese primer cerrojazo?

–Se siente mucha pena. La realidad ha superado a la ficción. Uno puede pensar que puede haber un cataclismo, pero nunca imaginé que pudiera darse esta tormenta tan perfecta contra el turismo... Y, además de pena, sorpresa, porque se te queda cara de tonto cuando de un día para otro... Una semana antes lo tenía todo preparado para acudir en marzo a la ITB (Feria Internacio­nal de Turismo de Berlín), y de pronto, estaba yo en Sanlúcar, pasando un fin de semana con mi mujer, y leí que se suspendía la convocator­ia.

Habla de sorpresa, pero no de miedo.

–En ese momento, más que miedo fue pena, porque cerrar todos los hoteles cuando venía la temporada... y, después, sorpresa. El miedo se siente más adelante, porque, en ese momento, el miedo sanitario no se percibía aún. Luego empezaron a salir las cifras de muertos. Hasta entonces era pena y sorpresa, y de ahí pasamos al temor. Ya me refiero al temor económico y financiero. En ese mismo momento nos pusimos manos a la obra y empezamos a calibrar y ver cuál era el escenario y a hacer proyeccion­es de tesorería par ver cómo estábamos. Hay una cosa peor que el miedo que es la angustia, el miedo a lo desconocid­o, pero ya entonces sabíamos cuál era nuestro escenario económico y ya, después de ahí, se trataba sólo de ponernos a trabajar.

– Los más optimistas piensan que esta normalidad terminará siendo realmente normal y que todo volverá a ser cómo era antes. ¿Cree que esto volverá a ser del todo normal?

–Creo que sí. Soy gran amante de la Historia. La historia de la Gripe

Española me la he empapado y me he documentad­o y visto sus precedente­s claros. Era este mismo siglo pasado y ahí al final todo vuelve a la normalidad.

–¿Y es de los que confían en que esto les hará más fuertes, nunca mejor dicho?

-Sí, de hecho la última crisis de los Lehman Brothers nos hizo más fuertes. Eso nos preparó muchísimo. Si esto nos hubiera pillado sin haber pasado antes por esa crisis, el guantazo habría sido mucho más gordo.

–Vuestro distintivo de Andalucía segura deja entrever que sabéis lo que tenéis entre manos. ¿Siente que han conseguido que el cliente se sienta tan seguro como en su casa?

–Un dato interesant­e. Por Conil han pasado este años unos 6.000-7.000 clientes. Desde el 1 de julio hasta el 27 de septiembre. Conil cerró el domingo 4 de octubre. En ese periodo no hemos tenido ni un solo incidente con un cliente por el Covid. Ni uno solo. Con esto le quiero decir que se puede uno sentir más seguro en las vacaciones en un hotel que en su vida normal. No digo más que en su propia casa sino en su vida normal en la que uno sale, entra, va a una boda, a un entierro, a una reunión de amigos... Durante el confinamie­nto no hemos dejado de trabajar para ver cómo nos íbamos a organizar. Se han tomado medidas como el checking online, opción a la que se han acogido casi un 40% de los clientes, que hemos logrado que estén en recepción no más de dos segundos. El sistema de turnos en las comidas ha hecho que no haya masificaci­ones. Después, un sistema que hemos denominado de mercado que era que los clientes entraban en los sitios como si fuera un mercado, con guantes, por supuesto con mascarilla, que era obligatori­a excepto mientras se estaba en la tumbona o comiendo. Después animación separada por grupos pequeños, policía Covid por todos los rincones cuidando que la gente llevara las mascarilla­s. El lema era “considerac­ión cero” con la gente que no cumplía las normas. Esto ha provocado que la gente se sintiera tan segura que han terminado por prolongar sus estancias o han dicho a sus familiares: "Esto es totalmente seguro, vente para acá". La consecuenc­ia ha sido que la ocupación de agosto haya estado por encima de la de julio.

–¿Tiene los datos de ocupación a mano?

–Sí. En Cádiz y Huelva ha sido superior a la obtenida en Málaga. El récord de ocupación lo hemos registrado, sin duda, en Grazalema donde hemos tenido un julio con un 58%, un agosto con un 71% y un mes de septiembre con un 47%.

–¿Grazalema ha sido el éxito del verano?

–Desde el punto de vista de ocupación, sin duda.

–Lo que demuestra que la gente lo que buscaba era huir de las ciudades.

–Así ha sido. En segundo lugar, Huelva en julio, con un 53%, un 67% en agosto, y un septiembre con un 59%. Después, en tercer lugar está Conil, que en julio registró un 37%, agosto un 61%, y septiembre un 25%. Y, en último lugar, Málaga, donde tenemos dos productos, uno genérico y otro sólo adultos que se llama

Amare. Allí tuvimos, de media entre los dos productos, en julio un 39%, en agosto un 42% y en septiembre un 20%.

–El panorama del otoño es complicado. ¿No?

–Complicado no, lo siguiente. Mire. El 4 de septiembre cerramos el último hotel que teníamos abierto. Grazalema ha cerrado después del puente del Pilar y ya sólo dejamos abiertos unos apartament­os en Torrox.

–¿Es lo habitual?

–No, lo habitual es que los hoteles de temporada hubieran abierto hasta octubre o primeros de noviembre, y, los que nunca cierran, pues eso, no habrían cerrado. El de Marbella, por ejemplo ha cerrado el 4 de octubre y nunca había cerrado hasta que llegó el confinamie­nto.

–Estarán echados en oraciones oraciones pensando en la reapertura, ¿no?

–Esa fecha es totalmente desconocid­a. No sabemos si tendremos oportunida­d de abrir Grazalema o Marbella en Navidad, no tenemos certeza. Nosotros esperamos que las reapertura­s no se producirán hasta antes de la Semana Santa del año que viene por darle una fecha orientativ­a.

–¿Eso quiere decir que el Fuerte Grazalema se pierde la ocupación que atraen las primeras nevadas de la sierra gaditana?

–En Grazalema solemos abrir el puente de Andalucía, y puede ser que este año también lo hagamos, pero realmente no lo sabemos. Es verdad que el turismo rural puede sobrevivir los fines

Si esto nos pilla sin haber pasado antes la crisis de los Lehman Brothers, el guantazo habría sido más gordo”

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José Luque, director general del grupo Fuerte Hoteles.

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